Créditos

    Cuartos de Baño y Oficinas Psiquiátricas (versión gratuita en español. Prohibida su venta)

    Copyright © 2021 de Sasha McCallum. (Algunos derechos reservados. CC-BY-NC-SA)

    Publicada en Artifacs Libros

    Traducción y Edición: Artifacs, diciembre 2020.

    Diseño de Portada: Sasha McCallum.

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    Obra Original: Bathrooms & Psychiatric Offices

    Copyright © 2017 de Sasha McCallum (Todos los derechos reservados).

    ISBN: 978 1 37 076006 0

    Publicada gratuitamente en Smashwords

Licencia Creative Commons

    Muchísimas gracias a Sasha McCallum por autorizar esta traducción al español y por compartir con el mundo Cuartos de Baño y Oficinas Psiquiátricas bajo Licencia CC-BY-NC-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/legalcode.es

    Si quieres hacer una obra derivada, por favor, incluye el texto de la sección de Créditos de este eBook.

Licencia CC-BY-NC-SA

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Sobre la Autora

    Comencé a escribir en junio de 2017. El plan era escribir cuatro historias, todas siguiendo temas y estilos similares. Debían ser experimentales, para ver de lo que yo era capaz y en qué dirección iría mi mente. Con la tercera historia me desvié un poco del curso, pero eso está bien, fue interesante. Creo que mis próximas cuatro probablemente seguirán más temas de misterio y terror.

    Tal vez.

    No le he mostrado estas historias a nadie antes de publicarlas en Smashwords, por lo que no he tenido aportaciones externas; por lo tanto, se agradecería cualquier comentario.

Contacto con Sasha

    Puedes contactar (en idioma inglés) con Sasha McCallum en: mccallumsasha@gmail.com

Otras Obras

    Todas estas obras son gratuitas y puedes descargarlas en inglés en el perfil de Sasha de Smashwords o en español en Artifacs Libros

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    • Cuartos de Baño y Oficinas Psiquiátricas (Bathrooms & Psychiatric Offices, 2017)

    • La Lectora y La Escritora (The Reader & The Writer, 2017)

    • Habrá Sangre (There Will Be Blood, 2017)

    • El Lago (The Lake, 2018)

    • El Arreglo (The Arrangement, 2018)

    • Hija de la Noche (Daughter of Night, 2018)

    • Dijo la Araña (Said the Spider, 2018)

    • Oculi ( 2019)

    • Lugar Bien Feo (Pretty Ugly Place, 2019)

    • Caja de Yesca (Tinderbox, 2020)

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Cuartos de Baño y Oficinas Psiquiátricas

por

Sasha McCallum

Capítulo 1

    "¿Dra. Straub? ¿Dra. Straub?"

    Carly estaba casi zarandeando a Alex por un hombro.

    "Por favor, no me llames así. Soy Alex. Te lo he dicho antes."

    "¿Está usted bien?"

    "Sí. Por supuesto."

    "Es que lleva ahí de pie mirando a la pared tres minutos enteros, quizá más. Está usted distraída total."

    "Sólo estoy esperando a que se imprima un archivo."

    "Bueno, muy bien, pero no está ocurriendo nada. La impresora se ha quedado sin papel otra vez. Puedo poner más ahora, pero voy a necesitar que usted..." Carly gesticuló con las manos, "ya sabe, se aparte de la copiadora. Además, hay gente para las dos en punto esperando en su sala."

    "Oh, perdón. ¿Llevan esperando mucho tiempo?"

    "No, va usted bien." Carly miró la pantalla de su tablet. "Una tal Sra. Forsyth. Acaba de llegar. Su gato ha dejado de comer."

    "Bien, bien. Estaré allí en un minuto," y se apresuró hacia la puerta del baño.

    A ella le espantaba tener que enfrentarse a otra anciana con gato. Era difícil para ella incluso en sus días buenos. Seguramente, pensaba, sería otro gato camino a la salida y ella se vería obligada a intentar consolar a la pobre anciana con palabras científicas que no significaban nada. Tenía certeza de que algunas de estas personas mayores veían la muerte de sus antiguos gatos, quienes les habían hecho compañía durante tanto tiempo, como preludio de su propia defunción. Ella simpatizaba, lo entendía y lo odiaba. Había demasiados pensamientos en su cabeza al mismo tiempo mientras estudiaba su reflejo. Quiero irme a casa, pensó por enésima vez ese día.

    "¡No!" Le dijo a sus oscuros ojos en el espejo, sin intención en realidad de haberlo dicho en voz alta, pero gustándole lo tranquilizadoramente determinada que había sonado. "Existe un sentido para que yo esté aquí... aunque no sepa cuál es. No puedo escaparme y hacer novillos esta tarde." Sí, eso es más propio.

    "Sé cómo te sientes."

    ¿Qué demonios? Mortificada, Alex se congeló y se quedó mirando el espejo mientras, detrás de ella, una mujer inmaculadamente vestida emergía de una de las cabinas y se dirigía hacia el lavabo a su lado.

    "Um... qué embarazoso, no me di cuenta de que había alguien aquí dentro," murmuró.

    "Estás teniendo una crisis existencial." Había sido una afirmación, no una pregunta, y Alex buscó a tientas las toallas de papel tratando de evitar el contacto con los grandes ojos azules que la miraban desde el espejo. "Yo misma he tenido algunas de esas. Entiendo que es bastante normal para alguien con un cerebro decente. El modo en que nos va la vida a la mayoría de nosotros es altamente cuestionable."

    "Sí, um... sin duda." Esta extraña mujer estaba siendo horriblemente familiar con ella. Quizá sentía pena por ella. Tal vez veía peligro en la desesperación de Alex. Alex la miró de reojo. "Todo es un juego en el que nos volvemos locas," dijo sin convicción, luego se sintió estúpida y se apresuró a salir del baño de mujeres con una mirada de disculpa sobre el hombro.

    Irrumpió en su clínica dando una muestra de apresurado profesionalismo a la anciana Sra. Forsyth.

    "Correcto, perdón por..." La sala estaba vacía, salvo por una jaula portátil donde dos pálidos ojos espiaban entre las barras delanteras. Alex examinó la sala de nuevo; no, estaba sola. Miró a la diminuta figura acurrucada en la jaula e hizo una evaluación inmediata: llorosos ojos medio cerrados, pelaje erizado, ligero temblor. Podría ser neumonía, podría no serlo.

    "¿Dónde ha ido tu vieja mamá entonces, ey, gatito?" Tocó el pelaje con el dedo entre los barrotes.

    "Ya conoces a Edad de piedra," dijo una familiar voz desde la puerta y Alex giró en redondo para encontrarse cara a cara de nuevo con la mujer del baño. "Yo soy su «vieja mamá»." Sonrió a Alex.

    "Guao, no podíamos haber empezado peor." Alex se estaba sonrojando ahora. Esto es terrible, pensó miserablemente mientras que, al mismo tiempo, se sintió aliviada de que su cliente no fuese una frágil geriátrica que pudiera verse devastada por malas noticias.

    "Un día malo, ¿eh? Así que tú eres la veterinaria. ¿Eres doctora? Pensé que todos llevabais batas de laboratorio." Estaba mirando a Alex de arriba abajo de un modo que la hizo sentir ligeramente incómoda. Alex cruzó la habitación, retiró la bata de un gancho y se la deslizó sobre los hombros.

    "¿Mejor?" Se acercó y le tendió la mano a la mujer. "Soy Alex Straub. Sí, soy una de las veterinarias aquí."

    "Alex, hola. Lily Forsyth." Tomó la mano de Alex y la estrechó lentamente, luego se retiró rápidamente pareciendo avergonzada. Alex se preguntó fugazmente si tenía las manos húmedas, pero ella las sentía bien. "Este es Edad de piedra," continuó Lily, "el gato de mi hijastro. No ha comido nada en tres días. Solo un poco de agua de vez en cuando. Tampoco se mueve mucho. Jacob lo adora, y yo también, a decir verdad, aunque rara vez lo admita." Sonrió tímidamente y Alex notó los hoyuelos que se formaron a ambos lados de su boca.

    Oh, Cristo, es hermosa, pensó y sintió que su corazón se saltaba un latido. Se quedaron mirando la una a la otra durante varios segundos antes de que Alex se acordara de respirar y desviar la mirada hacia la jaula.

    Cuando sacó suavemente a Edad de piedra de la jaula y comenzó a examinarlo sobre la mesa, su dueña se acercó también y observó con atención lo que Alex estaba haciendo. Era mucha distracción para Alex tener a esta mujer, a Lily, tan cerca. Qué raro, pensó. Había pasado tanto tiempo desde que había sentido una punzada siquiera por alguien. ¿Por qué hoy? ¿Por qué esta mujer? Podía oler su perfume con ella tan cerca y este era bastante intoxicante. El rostro de Lily pasó por su mente, los hoyuelos grabados en su suave y cremosa piel cuando sonreía. Lily tenía el cabello castaño claro recogido en un giro francés y grandes ojos azul claro que irradiaban sinceridad.

    "¿Qué edad tiene usted, Sra. Forsyth?"

    "¿Qué edad tengo?" La otra mujer pareció sorprendida.

    Alex hizo una mueca y se corrigió rápidamente. "Disculpe, ¿qué edad tiene Edad de piedra?"

    Después de algunas preguntas y de haber completado el examen, Alex supo que su diagnóstico inicial había sido correcto. Le explicó la situación a Lily Forsyth y trató de tranquilizarla.

    "Para un gato de esta edad esto no es una sentencia de muerte. Manténgalo dentro de casa, cálido y con mucha agua. Puedo recetarle un antibiótico de amplio espectro para tratar la infección, que necesitará tomar dos veces al día."

    "¿Son pastillas?"

    "Sí. Puedo dispensarlas directamente desde la clínica y añadirlo a su alvarán, si le parece bien a usted."

    "Por supuesto. Pero él no come nada. ¿Cómo consigo que las tome si no se las puedo poner en la comida?"

    "Oh, ya veo. Venga, se lo mostraré con su primera píldora. ¿Puede sostenerlo?" Lily lo sostuvo suavemente y Alex le demostró cómo hacer que se tragara la píldora. "Tiene que meter el dedo entre los dientes posteriores y poner la píldora en la lengua tan atrás como pueda y luego cerrarle la boca. Como reflejo, se verá obligado a tragarla. Es una práctica normal y esto no le molesta. Sé que parece cruel para alguien que no lo ha hecho antes..."

    "No. Lo hiciste muy bien. No se ha enojado en absoluto." Lily pareció sorprendida.

    "Yo creo que entienden de alguna manera que estás intentando ayudarlos. ¿Podrá hacerlo con su próxima píldora?"

    "Eso creo. Gracias."

    "No faltaba más."

    "¿Como te sientes?"

    "¿Qué? Oh, se refiere a lo del baño de señoras. Estoy bien de verdad, eso es parte integral de mi rutina diaria, nada de qué preocuparse," Alex soltó una risita.

    "Bueno, me alegra que no hayas salido corriendo hoy."

    Salieron andando juntas hacia el área de recepción y Alex trató de grabar a fuego en su cerebro la hermosa figura de la mujer. "Debería empezar a comer de nuevo en un par de días, pero si no, tráigalo otra vez, ¿de acuerdo?"

    "Claro, muchas gracias."

    Alex asintió y giró para caminar de regreso a su clínica, pero Lily le puso una mano en el brazo y la detuvo.

    "¿Te gustaría tomar un café alguna vez?"

    Alex arqueó las cejas con sorpresa. "Um... ¿no estás casada?"

    "Oh, Dios, no estoy ligando contigo ni nada de eso, es que creo que pareces una persona interesante. Me gustó especialmente ese pequeño discurso que te diste en el espejo. Me gustaría hablar más contigo, pero si estoy fuera de lugar, me disculpo."

    Sus ojos eran tan hermosos, tan penetrantes que Alex no pudo evitarlo.

    "Sí, claro, es decir, supongo que eso no podría hacer daño. ¿Tienes un móvil?" Lily metió la mano en su bolso y le entregó el teléfono a Alex.

    "Está bien. Este es mi número. Estoy aquí todos los días excepto en domingo, y suelo hacer un descanso para almorzar a eso de la 1 de la tarde. Podríamos encontrarnos entonces, si te viene bien."

    Lily recuperó su teléfono y le mostró a Alex la más deslumbrante de las sonrisas.

    "Tendrás noticias mías. Cuenta con ello," dijo y pasó rápidamente junto a Alex, desapareciendo por las puertas principales. Alex se quedó mirándola, un poco aturdida y aún rodeada por una nube de su delicioso aroma. Esto ha sido muy extraño, pensó, y volvió caminando con dificultad hacia las profundidades del edificio, encogiéndose de hombros ante la interrogante mirada de Carly desde el área de recepción.

***

    Alex sintió durante un tiempo una distintiva inquietud por haberle revelado su número tan fácilmente después de encontrarse por primera vez con Lily Forsyth, pero para el jueves siguiente había eliminado el encuentro de sus pensamientos previos, las ideas de ver de nuevo a la otra mujer fueron reemplazadas por la monotonía de sus días de trabajo y la insulsez de su vida personal. Que fue, por supuesto, justo cuando recibió un mensaje de texto de un número desconocido.

    Alex, hola. Soy Lily de la clínica la semana pasada. ¿Puedo recogerte para almorzar hoy?

    Una ola de ansiedad y conmoción hizo que las rodillas de Alex se debilitaran momentáneamente. Se venció hacia atrás contra la mesa y se permitió unos momentos para pensar en lo aburrida que era su vida personal. Un simple almuerzo con una mujer casada no era gran cosa para la mayoría de la gente, e incluso Alex necesitaba amigos. Sabía que le vendría bien aceptar la cita, a pesar de las campanas de advertencia sonando en su cabeza. Añadió el número de Lily a su lista de contactos y respondió rápida y moderadamente antes de tener tiempo de reconsiderarlo.

    Hola Lily. Claro. ¿Nos vemos aquí en la clínica a la 1 pm?

    La respuesta fue casi instantánea.

    TBO entonces :-)

    Alex comprobó su reloj. Ahora, a pasar las próximas tres horas sin sufrir un colapso nervioso. Salió marchando hacia la recepción y se aproximó a Carly.

    "¿Ya has terminado el descanso?" Carly alzó la sonrisa hacia ella.

    "Sí. ¿Qué pinta tiene el día? Necesito mantenerme muy ocupada hasta la una."

    "¿Sí? Bueno..." Carly examinó la pantalla frente a ella. "Tienes cuatro perros y uh... tres gatos citados a partir de las 10:30. Pero Petersons está muy desbordado, como de costumbre. Estoy segura de que apreciaría que te ocuparas de algo de su trabajo pendiente."

    "Encantada de ello." La mañana se iba rápidamente mientras Alex quedaba inmersa principalmente en vacunas y etiquetado electrónico. Estaba completando algo de papeleo en su escritorio cuando oyó un leve golpe en la puerta. Alzó la vista esperando ver a Carly con otra carpeta que manejar, pero era Lily quien estaba en la entrada y con aspecto tentativo. Alex inhaló bruscamente mientras asimilaba la belleza de la otra mujer. Creía que la había recordado bien. No lo había hecho.

    Se puso en pie rápidamente y tartamudeó: "¿Ya es la una?"

    "Lo es, pero estás ocupada." La voz de Lily era suave como la seda, aunque ella parecía cautelosa, incluso ligeramente decepcionada.

    "No, todo bien.[1] He intentado mantenerme ocupada desde que me enviaste el mensaje de texto. Supongo que eso ha funcionado demasiado bien." Se puso su pesado abrigo de invierno, agarró el teléfono y el bolso y confrontó a Lily en el marco de la puerta.

    "Hola."

    "Hola." Los famosos hoyuelos aparecieron entonces, transformando el rostro de Lily.

    "¿Almuerzo, sí?" Alex le devolvió la sonrisa.

    "Correcto." Lily giró y se encaminaron al aparcamiento en la parte delantera del edificio.

    "¡Guao, bonito coche!" dijo Alex mientras Lily la guiaba hacia un Mercedes blanco.

    "Sí, una de las ventajas de casarse por dinero," dijo Lily aviesamente.

    "Una de muchas, diría yo." Alex subió al lado del pasajero e inhaló el inmaculado interior.

    "Estaba pensando en este local italiano un par de bloques más abajo. ¿Te parece ese bien?"

    "Sí, donde sea. Normalmente no almuerzo gran cosa. No soy de mucho comer, punto."

    "Puedo verlo. No hay nada en ti."

    Alex hizo una mueca y sintió a Lily mirar en su dirección mientras ella salía conduciendo expertamente del aparcamiento. "Eso ha sonado mal. Eres una preciosidad, pero haces que sienta ganas de alimentarte."

    Pasaron los siguientes minutos en silencio mientras Alex contemplaba esta extraña mezcla de cumplido e insulto. Pienso demasiado, se reprendió, y ​​decidió que el silencio de ambas era más genial que incómodo. Lily aparcó el coche y se dirigieron hacia un pequeño restaurante italiano.

    "He pasado por este lugar un millón de veces y nunca he entrado," Alex examinó el cálido interior. "Es agradable."

    Un joven camarero las condujo a una mesa, les entregó los menús y luego desapareció al fondo. Normalmente, esta sería la parte en la que los nervios de Alex la estarían dominando, pero lo único que ella podía hacer en este punto era notar nuevamente lo adorable que era la cara frente a ella. Había una velita parpadeando dentro de un vaso en el centro de la mesa. Alex se preguntó fugazmente si estaba soñando.

    "¿Te atrae algo en particular?" preguntó Lily encontrando sus ojos.

    "Oh, uh, te refieres a la comida..." Alex miró su menú sin verlo, pensando únicamente que Lily la había pillado mirándola. "Solo tomaré la ensalada Mediterránea," murmuró. El pedido de Lily fue algo más sustancial y Alex no pudo evitar sentirse impresionada, preguntándose cómo se las arreglaba para mantener esa figura. El camarero desapareció y las dejó mirándose la una a la otra de nuevo en silencio.

    "¿Cómo está Edad de piedra?" preguntó Alex, desesperada por decir algo para aliviar el silencio.

    "Le va bien. Aún no come tanto como es su costumbre, pero dijiste que la recuperación sería lenta. Jacob está emocionado. Gracias por preguntar." Alex asintió y tomó un sorbo de agua. "¿Puedo ser honesta contigo?" continuó Lily.

    Alex arqueó las cejas. "Por supuesto," dijo con cautela pero, no obstante, curiosa.

    Lily miró la jarra de agua frente a ellos y jugueteó con la cadena de plata alrededor de su cuello. De repente parecía bastante vulnerable.

    "La verdad es que me sentí muy tonta por ello la noche después de pedirte tomar un café juntas. Miré tu número una y otra vez pensando que en realidad no habías querido dármelo, que lo habías hecho para no herir mis sentimientos. Tú pareces ese tipo de persona. No quiero decir persuasible, sino alguien que quiere evitar el dolor allí donde sea posible. Supuse que había leído demasiado en ti y que ahora me lo estaba pensando dos veces por haberlo hecho. Tengo demasiado tiempo entre manos, supongo." Hizo una pausa y Alex absorbió esta nueva información, sorprendida por la franqueza de Lily. "Lo que quiero decir es que lamento haberte puesto en un aprieto de esa manera. Creo que mi etiqueta social podría estar algo fuera del rango de lo... normal."

    Alex dio una ligera risita para sí misma, pero luego vio la nerviosa sinceridad en la expresión de Lily.

    "Perdona pero, y puede que esto te haga sentir mejor, yo no estoy muy dentro del rango «normal» cuando se trata de lidiar con la gente."

    "¿Tú? Pero si tratas con la gente todo el día."

    "Eso es diferente. Es trabajo. E incluso entonces, mi trato social con el paciente es terrible. Estoy tratando de mejorar, pero muy pocos de los clientes de las clínicas quieren interactuar conmigo a nivel personal. No puedo haberte dejado a ti una muy buena primera impresión tampoco. Estaba tan nerviosa por este almuerzo que acepté trabajo extra esta mañana para distraerme de tener un ataque al corazón."

    Lily se reclinó en la silla y miró abiertamente a Alex.

    "¿Puedo preguntar por qué dijiste que sí? Quiero decir, si una extraña me pidiera salir a tomar un café, seguro que me habría inventado una excusa u otra. ¿Sentiste lástima por mí?"

    "Dios, no. No pareces de la clase por la que la gente sentiría lástima. De hecho, yo estaba pensando lo mismo sobre ti. Que eras una bienhechora al azar preocupada por esa patética escena que presenciaste en el baño de la clínica."

    Lily dio una leve carcajada. "Esa escena en particular atrapó mi interés. Pero no porque pensara que fuese patética. Fue simplemente... real. Pero aún no has respondido a mi pregunta."

    "Eres muy directa, ¿sabes?. Um... supongo que hubo un par de razones." Alex eligió sus palabras con cuidado. "La primera y más importante es que mi terapeuta piensa que necesito interactuar más con la gente a nivel personal. Ella piensa que me aíslo demasiado y que eso está teniendo un efecto perjudicial en mi salud y bienestar."

    "Parece que tenemos el mismo terapeuta. A mí me dice cosas así todo el tiempo. Aunque él es un hombre." Alex exhaló un suspiro de alivio, esto estaba resultando más fácil de lo que había esperado. "¿Y cuál se supone que es el efecto perjudicial en tu salud?"

    "Estoy deprimida. Estoy deprimida porque nunca hago nada y nunca hago nada porque estoy deprimida."

    "Ah, sí, el círculo vicioso. Lo conozco bien."

    "¿Lo conoces?" Alex no pudo ocultar su sorpresa.

    "Por supuesto, pero tú tienes un trabajo. Haces mucho."

    "No es suficiente. Se supone que debo hacer un esfuerzo por socializar con la gente. Estuve pensando en buscarme un nuevo terapeuta. Por otro lado, ella me trajo aquí a hablar contigo. Eso es algo, ¿no?"

    "Sí, ciertamente lo es."

    "¿No trabajas tú también?" preguntó Alex queriendo mantener la conversación fluyendo el mayor tiempo posible.

    "No. Nunca he trabajado. Me casé cuando tenía diecinueve años. Frank era muy muy rico y supe entonces que nunca tendría que trabajar. Pero me siento bastante inútil a veces. Y genuinamente sola."

    "¿Por qué? Diecinueve es joven para casarse, pero parece que te ha ido bien. Un marido rico, un hijastro al que pareces tener cariño." Una sombra cruzó las facciones de Lily y de repente ella pareció bastante desinflada. "¿Qué pasa?"

    "Yo soy como tú, supongo. Nunca hablo con nadie. Pero estoy segura de que tú al menos tienes algunos amigos."

    "En realidad, no. Unos cuantos de mi pasado, pero generalmente evito a la gente. Es una debilidad. ¿Eres tú nihilista también?"

    "Un problema común del siglo XXI. Si estudias la vida sin sentido, empiezas a necesitar ayuda médica. ¿Tomo que no has aceptado a Jesucristo como tu señor y salvador personal?"

    "Yo, no... me crié en la iglesia, pero no... yo no..." Alex miró a Lily preguntándose cómo decirlo delicadamente, pero la otra mujer tenía una sonrisa traviesa. "Estás bromeando." Alex sintió que la tensión descendía cuando Lily dio una carcajada.

    "Deberías haberte visto la cara. Parecía que te acababan de dar dos meses de vida."

    "Idiota. Eso podría haber sido súper incómodo."

    "Lo siento, no pude resistirlo." Alex negó con la cabeza mirándola con fingida desaprobación y Lily continuó más seria. "Pues la gente... creo que casarme con alguien como Frank me dejó bastante alienada de mi quinta, incluso de mi familia. Esta podría ser la primera conversación real que tengo con alguien de mi edad en... posiblemente años. Maldición, eso es difícil de creer, incluso para mí."

    "No lo entiendo. ¿Qué hay de tu marido?"

    "Gran diferencia de edad ahí." Lily hizo un desdeñoso gesto con la mano cuando el camarero llegó cargado de platos.

    "¿Estás segura de que eso es suficiente?" Alex estaba abrumada por la gran cantidad de comida.

    "Sé que dijiste solo una ensalada, pero deberías probar algo de esto." Lily sirvió espaguetis humeantes en el plato de Alex y esperó expectante. Alex probó un bocado.

    "Mm. Bueno." Lily estaba complacida, aparecieron sus hoyuelos.

    "¿Qué hay de ti, Alex? Veo que no llevas un anillo. ¿Estás completamente libre?"

    "Uh..." Alex tragó y se limpió discretamente la boca con la servilleta. "Sí, no tengo ningún interés en casarme ni en tener hijos. He perdido interés en las relaciones. Creo que eso tiene algo que ver con los medicamentos que tomo, pero incluso antes de eso me había rendido."

    "Hmm, eres demasiado joven para haber renunciado a las relaciones."

    "¿Por qué? La gente apesta."

    "Ahí he de estar de acuerdo contigo," se rió Lily. "Tienes la idea correcta al concentrarte en los animales. Mucho más leales, mucho menos una amenaza."

    "En efecto."

    "Bueno, ¿Te gustan las mujeres?" Alex casi se atragantó y luchó por recuperar la compostura, limpiándose la salsa de la boca y la mano. Lily estaba altamente divertida. "Perdona, pensé que podrían. A juzgar por cómo reaccionaste cuando te pedí salir a tomar café. Pensaste que estaba coqueteando contigo."

    "Eres refrescantemente directa. Sí, me gustan las mujeres. Pero no te preocupes, no voy a saltarte encima."

    "Ja, ja. Es agradable que puedas ser tan abierta al respecto."

    "En realidad no lo soy, únicamente no miento. Me lo has preguntado, ¿recuerdas?"

    "Lo hice, sí." Estudió a Alex con curiosidad. "Parece que tenía razón sobre ti."

    "¿Qué quieres decir?"

    "Tú no eres de las que andan con jueguecitos o una mentirosa."

    "Y tú eres muy extraña."

    "¿Debería tomar eso como un cumplido?"

    "Lo extraño está bien," asintió Alex tratando de concentrarse en su plato.

    Masticaron en un agradable silencio durante un rato, la pausa en la conversación le dio a Alex la oportunidad de observar apropiadamente su entorno. La atmósfera tenía una cierta tranquilidad; había solo algunos clientes, todos reservados, charlando quedamente. La mayoría de la luz venía del firme pavimento salpicado de nieve fuera de las ventanas delanteras, pero por dentro hacía calor, con una abierta hogera real en la pared del fondo. Alex pensó que debería venir aquí más a menudo, le encantaba el fuego.

    "¿Puedo hacerte una pregunta personal?" Dijo Lily.

    "Como si no lo hubieras hecho ya," se rió Alex. "Claro, adelante."

    "¿Qué medicación estás tomando?"

    "Ah, antidepresivos, ansiolíticos... nada demasiado serio. He tenido problemas para funcionar en el pasado debido a la depresión y el insomnio." Hizo una pausa, tratando de calibrar la reacción de Lily, pero no pudo ver ningún juicio en su atenta mirada. "Sufrí una especie de colapso emocional hace un par de años, seguido de un intento de suicidio. Desde entonces no me he cuestionado si debería tomar la medicación o no. La tomo. Me mantiene estable."

    "Mierda," Lily dejó el tenedor y se limpió las manos. "Nunca me hubiera imaginado eso de ti. Siento haber preguntado algo tan privado, pero me alegra que hayas confiado en mí para hablarme de ello."

    "Eso está en el pasado y no me parecía que tú fueses a juzgarme." Alex se metió un tomate cherry en la boca.

    "No, no lo haría... no por eso."

    "Me estás mirando raro."

    "Perdón." Lily volvió su atención a su comida.

    "¿Qué edad tiene tu hijastro?"

    "Suave cambio de tema. Tiene 11. ¿Te gustan los niños?"

    "Adoro a los niños."

    "¿De verdad? ¿Por qué nunca has querido tener uno propio?"

    "El parto me asusta como el infierno. Recuerdo esos videos que solían mostrarnos en la escuela, estoy espantada desde entonces. Además, no me gustan mis propensiones genéticas."

    "¿Qué propensiones serían esas?"

    "Justo lo que dije antes. No quisiera poner a otro niño por lo mismo que tuve que lidiar yo cuando crecí. En cuanto llegué a la pubertad, la depresión empezó a hacer efecto. Creo que es por mi abuela materna. Yo nunca la conocí, pero mi mamá me dijo que era esquizofrénica."

    "La esquizofrenia y la depresión no son lo mismo."

    "La depresión grave puede caer fácilmente en espiral de psicosis, especialmente para alguien con una predisposición genética. Mi opinión es, no, nunca quise tener un hijo mío." Alex sintió una gran necesidad de cambiar el tema de conversación. "¿De qué clase de ascendencia eres, Lily?"

    "No estoy segura del todo. Creo recordar algo sobre que mis bisabuelos eran de Suecia originalmente. Pero yo nací y crecí aquí, igual que mis padres. Tú eres española, ¿verdad?"

    "Mi madre lo era. ¿Cómo lo has sabido?"

    "Tienes un interesante hábito de soltar palabras en español en tus oraciones. Y tu especto es un poco español. Quiero decir, tu piel es muy pálida, pero creo que solo es porque nunca ve el sol."

    "Tú también eres pálida. Supongo que ambas somos vampiras."

    Lily rió. "Cierto. Yo prefiero la hora nocturna." Miró por la ventana hacia la nieve. "Y el invierno."

    "Muy pocos de nosotros preferimos el frío." Alex asintió en señal de aprobación. "Entonces, ¿no tienes hijos biológicos?"

    "No. No soy gran fan de los niños, ruidosos y desordenados. Jacob es diferente, fuimos lanzados juntos y he llegado a amarlo. Es tímido, callado y muy inteligente. Tampoco le gusta mucho la gente. Nunca lo he visto tan apegado a algo como a ese gato. Y a su computadora."

    "¿Qué haces para entretenerte?"

    "Uf, nada digno de mención. Leo un montón, veo películas. Y me doy atracones de series de televisión. Tengo que verlas todas a la vez o me vuelvo impaciente y me frustro."

    "Yo también. ¿Qué has estado viendo últimamente?"

    "Veamos. Estaba Orphan Black, Sense8 y... una llamada Fortitude. [2]"

    "Fortitude, esa es la que está ambientada en Noruega o algo así, ¿verdad?"

    "¿La has visto? Guao, lancé esa como comodín, tú también debes de ver un montón. Y trabajas seis días a la semana. No me habría imaginado que tendrías tiempo."

    "Si tengo problemas para dormir por la noche, me pongo a ver algo. Me ayuda a relajarme y aleja los malos sueños."

    "Muy cierto. ¿Cuál fue la otra razón por la que decidiste venir?"

    "¿Eh?"

    "Dijiste que había dos razones por las que habías decidido venir hoy. ¿Cuál fue la otra?"

    "Haces un montón de preguntas."

    "Un efecto secundario de no hablar mucho, quizá. ¿Es eso molesto?"

    "En realidad no. Hoy no, no contigo." Alex se maravilló de lo poco que le molestaba la inquisitividad de Lily. "Yo no estaba siguiendo ciegamente órdenes del doctor. Lucho con la gente, el nihilismo y la decepción. Tú me lo preguntaste y pareciste sincera... a cierto nivel pensé estar más segura de decir que sí que de decir que no. Puede que hayan sido tus hoyuelos. Eres tan hermosa."

    "¿Piensas que soy hermosa?"

    "Lo eres, debes de saberlo." Alex notó que la expresión de Lily se había desvanecido por primera vez en toda la tarde y pensó que debía de haber ido demasiado lejos, había dicho demasiado. "No he querido insinuar nada con eso," trató de tranquilizarla Alex y miró el reloj. "Oh, Dios, son más de las dos. Necesito llamar por teléfono y lavarme las manos. Perdona, será un minuto." Se levantó de la mesa y se dirigió al vestíbulo llamando a la clínica por el camino. Llamó a Carly por teléfono y se disculpó con ella, explicándole que volvería en breve, luego se abrió camino hacia el baño de mujeres y se frotó las manos. Su reflejo no parecía tan rendido como ella se sentía cuando se aplicó con desgana un poco de brillo de labios. No debería haberle dicho aquellas cosas a Lily, lo sabía. El almuerzo había ido bastante bien hasta ese momento. Lo hecho, hecho está, suspiró para sí misma.

    Iba a salir del baño cuando la puerta se abrió hacia adentro y Lily apareció frente a ella.

    "Tenemos que dejar de encontrarnos así. Sin discursos en el espejo esta vez, lo juro," Alex trató de aligerar la situación. "¿Te viene bien llevarme de vuelta a la clínica?"

    Lily, aún inexpresiva, avanzó lentamente hacia Alex hasta que esta se encontró con la espalda contra la pared.

    "Um... deberíamos irnos, ¿no?" aventuró Alex, insegura de lo que estaba ocurriendo. "¿Lily?"

    "Por favor, ¿puedo estar cerca de ti, sólo por un momento?" Y Alex sintió el cuerpo de Lily, pechos presionando ligeramente los suyos. Podía sentir el aliento de Lily en su cuello y lo cerca que estaban sus labios de tocar su piel. Se estremeció involuntariamente cuando Lily le susurró: "Dios, qué bien hueles," al oído. Cuando llevó la cabeza atrás para mirar a Alex a los ojos, los suyos propios estaban llenos de abierto anhelo. Sus labios encontraron los de Alex y ella gimió audiblemente cuando Alex le devolvió el beso. Fue tan suave, tan gentil, exploratorio, y sus manos fueron a la suave y cremosa piel del cuello de Lily.

    El beso no podía haber durado más de unos segundos antes de que ella sintiera a Lily alejarse. Alex, espalda aún presionada contra la pared, se quedó mirando a Lily, ambas respirando irregularmente.

    "Lo siento mucho," dijo Lily incapaz de dar cuenta de sus acciones. "Lo siento muchísimo. No debería haber hecho eso. No sé qué me ha dado."

    Alex lanzó en alto las manos, en parte en rendición, en parte en exasperación. "Tranquila. No es nada, de verdad. Olvidémoslo. Deberíamos irnos." Lily parecía derrotada y miserable, y asintió.

    "Por supuesto. Te llevaré de vuelta." Alex abrió el camino hacia el mostrador, pero Lily la tomó del brazo y la guió más allá de este fuera de las puertas. "Tranquila. He pagado la cuenta."

    El viaje de cinco minutos en coche al mundano día de trabajo de Alex fue silencioso mientras ella luchaba por encontrar algo para aliviar la tensión. Cuando Lily la dejó, apagó el motor y Alex supo que tenía que decir algo para arreglar aquello. Se giró para mirar a Lily.

    "Lo he arruinado, ¿no? Debes de haberte confundido por lo que te dije en la mesa. Así que, lo siento. Lo último que quería era que nos sintiéramos incómodas la una con la otra."

    "Tú no hiciste nada mal. Lo hice yo."

    "Eso no importa." Alex pensó que, por un momento, aquello no había estado mal en absoluto.

    "Sí. Importa."

    "Pero me ha divertido hablar contigo hoy." Lily por fin miró a Alex, quien quedó perpleja al ver las lágrimas brotar de esos grandes ojos azules. "¿Qué pasa? Por favor, no te sientas mal." Lily se inclinó cerca y le dio a Alex un medio abrazo.

    "A mí también me ha gustado hablar contigo. ¿Quizá podría llamarte...?"

    "En cualquier momento," Alex sonrió para tranquilizarla. "Gracias por el almuerzo." Salió del coche y vio a Lily alejarse acelerando, dejándola a su confunsión y a una vaga sensación de anhelo y pérdida.

***

    El lunes siguiente, cuando Alex estaba a punto de salir del trabajo por la noche, pilló a Carly mirándola de manera extraña mientras se aproximaba a la recepción con el último de los archivos diarios. Ella le devolvió la mirada inquisitivamente.

    "¿Qué?"

    "Nada, solo que... ¿Qué te pasó la semana pasada? Desde ese almuerzo tardío del jueves has estado actuando diferente. Otras personas están empezando a notarlo." Carly hizo una pausa. Alex le frunció el ceño y negó con la cabeza.

    "Nunca sé de qué estás hablando, Carly."

    "Fue esa mujer, ¿no?"

    "¿Disculpa?"

    "La clienta. La del gato, almorzaste con ella. ¿Qué ocurrió?"

    "No seas impertinente, eso no te conviene."

    "Ella era preciosa y obviamente estaba interesada en ti." Alex estaba impactada y bastante sin palabras. "Algo habrá tenido que ocurrir." Alex le lanzó una mirada de advertencia.

    "Aquí todo el mundo es psicólogo," dijo con incredulidad. "Ándate con ojo, yo hice que te contrataran, ¿recuerdas?"

    "De acuerdo, de acuerdo. Pero algo te ha dado."

    "Estoy cansada, eso es todo," informó con tristeza. Suspiró y se frotó las sienes. "Me voy. Te veo mañana."

    "Sip. Que tengas buenas noches."

    Alex le sonrió con cansancio cuando se fue. Carly no era exactamente una amiga, pero era agradable, simple. Y había sido audazmente amable de su parte informar a Alex de que otras personas habían notado un cambio en su comportamiento. Se había sentido diferente los últimos días, aunque no estaba segura de en qué modo específico. Era una especie de conmoción, una bizarra sensación de que debería ponerse en contacto con la hermosa mujer que la había acorralado en un cuarto de baño la semana pasada, junto con una terrible inseguridad de que eso no sería ni prudente ni deseado. Así, ella esperó. Sabía que eventualmente esta aturdida sensación se disiparía y el aburrimiento volvería a establecerse.

    Más tarde esa noche se sorprendió a sí misma y le envió un mensaje de texto a Lily Forsyth.

    Estaba viendo la temporada 5 de Orphan Black y pensé en ti. Espero ke stés bien -Alex

    Probablemente se arrepentiría por la mañana, pero al menos había hecho un esfuerzo.

    A media mañana del día siguiente, Lily le respondió un mensaje de texto.

    Ey, tú. Gracias por el texto. Si, estoy bien. Me alegré de saber de ti. Me gustaria hablar. ¿Puedo llamarte esta noche? Si es así, ¿cuándo es buena hora?

    Mmmm, interesante, pensó Alex.

    Sí, claro, cualquier hora después de las 7:30 es buena.

    Bien, te doy un toque más tarde.

    Exactamente a las 7:35 de esa noche, justo cuando Alex se estaba quitando la ropa de trabajo para ponerse algo más cómodo, le sonó el teléfono móvil y, tomando un par de segundos para componerse, respondió al cuarto tono.

    "Hola, Lily."

    "Ey, Alex." Lily inquirió sobre cómo le había ido la semana e empezó una charla trivial. Su voz sonaba muy lejana y Alex se encontró imaginando su rostro y expresiones mientras hablaba. Ponderó que ahora era un momento tan bueno como cualquier otro para detener esta infatuación en seco, pero Lily apenas la dejaba decir una palabra.

    "No tienes idea del alivio que fue saber de ti otra vez. Me he vuelto loca pensando en la semana pasada. Lo que hice... fue tan estúpido de mi parte."

    "Tranquila. Me confundiste, eso es todo, soy una persona bastante sensible. Pero lo entiendo."

    "No, en realidad no creo que lo entiendas. Quería hablar contigo esta noche porque siento que debería aclararte algunas cosas. Tú te abriste a mí el otro día y me dijiste cosas que debían de haber sido difíciles para ti. Pensé que debía devolverte el favor. Es decir, si quieres saber cosas de mí, entendería si no quisieras... "

    "Sí, me gustaría saber cosas de ti. Pero no me debes nada. Solo soy tu veterinaria. Quiero decir, parece que tienes una vida idílica y perfecta y probablemente no necesites un desastre como yo entrando en ella y arruinándolo todo."

    "Mi marido está muerto," soltó Lily mientras Alex intentaba formular elocuentemente su significado.

    "¿Qué?"

    "Mi marido, Frank, murió hace tres años."

    "Oh, lo siento." Alex no lo sentía, pero estaba sorprendida de que Lily no hubiera dicho nada sobre esto antes.

    "No lo sientas. Frank era un hombre cruel y violento. Ni siquiera su propio hijo le echa de menos."

    "Ah, de veras no sé qué..." Alex no tenía idea de cómo se suponía que debía responder a esto.

    "Quiero que entiendas que aunque yo era joven cuando me casé con él, no era ingenua. Había visto su lado odioso y me casé con él de todos modos, pura y simplemente por dinero." Lily hizo una pausa pero Alex se quedó en silencio, frunciendo el ceño en su teléfono. "Estoy segura de que estás sorprendida, quizá incluso repugnada por tal admisión." Luego se hizo un silencio en el que Alex pudo escuchar la inestable respiración de Lily.

    "¿Por qué me estas contando esto?" logró por fin preguntar.

    "Porque quiero ser tan honesta contigo como tú lo fuiste conmigo. Porque mi vida no es perfecta ni idílica y no quiero que pienses que estás arruinándolo todo."

    "Me preguntaba por qué no lo habías mencionado antes. Supongo que no te gusta hablar de eso."

    "Nunca hablo de eso. Pero tú me confiaste algo sobre lo que te resulta difícil hablar. Quiero pasar más tiempo contigo, pero lo entendería si tú no quisieras. Esto es absolutamente lo peor sobre mí que tengo que decir, pero tampoco es algo que pueda ocultar por mucho tiempo. Es la gran razón por la que no estoy dispuesta a invitar gente a entrar en mi vida."

    "Dijiste que él era un hombre cruel. No lo mataste tú, ¿verdad?"

    Lily soltó un sonido en algún lugar entre una risa y un sollozo.

    "Murió de insuficiencia cardíaca. Él estaba... No importa eso, fue una muerte natural. Pero entiendes lo que estoy diciendo, ¿no? Me vendí. Me sacrifiqué por dinero y ahora odio quién soy. Durante años he sido como un zombi, entumecida por el autodesprecio. Consideré el suicidio como una opción también, muchas veces." Ella sonaba ahogada.

    "¿Qué puedo hacer?"

    "No me odies."

    A Alex le resultaba difícil entender la confesión de Lily, pero no la odiaba. Ya estaba tratando de poner excusas en su cabeza por aquel comportamiento e imaginando cómo años de culpa pueden cambiar a una persona drásticamente. Pero poco podía pensar para convencer a Lily de que no la odiaba.

    "¿Sabes?, acabo de encontrar una serie de televisión que nunca había visto antes llamada American Housewife[3]. Parece graciosa. ¿Quieres venir a verla conmigo alguna vez?" Fue el único hueso que pudo pensar en lanzarle a Lily en este punto.

    "¿De verdad?" sollozó Lily.

    "Sí, si quieres. Si no la has visto."

    "No la he visto. ¿Dónde? ¿Cuándo?"

    "No lo sé." Alex rió, aliviada de haber dicho lo correcto para cambiar el humor de la llorosa mujer al otro lado de la línea. "¿Cómo tienes el sábado por la noche? ¿O el domingo?"

    "Libre. Completamente."

    "Genial. ¿A eso de las 8 de la tarde del sábado? Parece que ambas necesitamos un tiempo libre de las cosas serias. Un par de copas si te apetece. Te enviaré un mensaje de texto con mi dirección, ¿de acuerdo?"

    "Ey, ¿Alex? Gracias."

    "No hay problema. Ya verás, podremos echarnos unas cuantas risas por una vez."

    Cuando se despidieron y Alex colgó, no estaba en uno de sus altamente ansiosos estados que, por lo general, la mantenían despierta toda la noche. No tenía ganas de pensar demasiado ni de insistir en la conversación que había tenido, y durmió plácidamente y sin sueños.

Capítulo 2

    A las seis y cuarenta minutos del miércoles por la noche, Alex estaba sentada en la oficina de su psiquiatra mirando ausentemente a la mujer mayor con gafas que tenía enfrente.

    "¿Alex?" Dijo la Dra. Stansfield. "Alex, llevas sentada en silencio durante..." miró el reloj en la pared, "dos minutos. ¿Qué pasa? Háblame."

    "Algo ocurrió." Alex no estaba segura de por dónde empezar, pero pareció que una vez que se puso en marcha fue fácil divulgar la historia de Lily Forsyth. Mientras decía las palabras en voz alta, se sintió cada vez más angustiada, su voz alcanzó un crescendo de ansiedad hasta que detuvo su perorata a mitad de la oración, avergonzada de su tono sobreexcitado. Estaba muy cerca de llorar pero, después de todo, si podía ser honesta sobre la intensidad de sus sentimientos en alguna parte, era aquí. La Dra. Stansfield se había sentado a escuchar plácidamente y ahora silbaba entre dientes.

    "Vaya. Has tenido una toda una semana entonces. Creo que esto es lo máximo que me has contado sobre tus actividades prácticas." Mostró a Alex una sonrisa tranquilizadora. "Respira hondo algunas veces y déjame decirte lo que veo." Alex asintió. "Bien. Demos un paso atrás y evaluemos estas circunstancias con respecto a por qué estás aquí y los problemas con los que viniste a verme por primera vez. Veamos esto de modo simplista. Tienes un problema de depresión, ¿sí? Ese problema se exarcerba por el aislamiento social que te has autoimpuesto desde tu colapso. Estuviste de acuerdo en que necesitabas e ibas a hacer más que un esfuerzo con la gente para combatir este aislamiento. Ahora bien, cuando me dijiste que habías conocido a alguien que parecía ansiosa en que fueseis amigas y que tú habías accedido a encontrarte y socializar con ella, yo estuve complacida. Esto es un progreso para alguien en tu posición. Eres consciente de eso, ¿verdad?"

    "Lo que ocurrió fue más que solo una interacción social. No fue tanto lo que discutimos. Fue complicado. Es complicado."

    "Eso parece haber resultado de ese modo, cierto. Pero nada sale nunca según lo planeado, Alex. Tener tan «complicado», como tú dices, resultado de uno de tus primeros esfuerzos reales de contacto humano a nivel personal desde tu recuperación es sorprendente y puedo entender por qué y cómo esto te ha estresado tanto. Por otro lado, eres una persona bastante complicada y puede ser que siempre tiendas hacia complejas reacciones ilícitas por parte de los demás o, en este caso, atraer a otra persona que también sea complicada."

    "Puedo ver que esto no es algo muy reconfortante para ti de escuchar en este momento. De acuerdo. Veámoslo de otro modo. Si vas a abrirte a las amistades, este tipo de cosas, en ocasiones, serán inevitables. Eres joven y atractiva. Otras personas, incluso viejas y poco atractivas como yo, tienen que lidiar con eso también. En tu caso, esto parece tan abrumador porque no estás acostumbrada a exponerte, pero eso puede ser algo sobre lo que tengas que desarrollar una piel más gruesa. Habiendo dicho esto, y puramente desde la perspectiva de un extraño, los sentimientos que asocias con este encuentro fueron claramente mutuos. Yo estoy aquí para ti, por supuesto. Estás dando tentativos pasos hacia lo que es para ti, en este momento de tu vida, una especie de yermo. Pero tengo que preguntar: ¿De verdad fue tan malo? Esto suena emocionante, y la emoción no siempre tiene que ser expresada negativamente."

    "Pero ella es una cazafortunas, Dra. Stansfield. Se salió con la suya. Yo no estoy siendo paranoica sin más, tengo buenas razones para estar preocupada, ¿no? Seguramente soy lo siguiente con lo que a ella le apetece jugar. ¿Por qué demonios la invité a mi casa a ver la jodida televisión conmigo? ¿Qué demonios estoy haciendo?"

    "¿Por qué se lo pediste?" La Dra. Stansfield la excrutó. "Piensa en ello, Alex. ¿Por qué se lo pediste?" Alex se reclinó y pensó con cuidado.

    "Ella parece tan sola y triste. Pero eso podría ser solo una artimaña. Si está mintiendo al respecto, puede que yo me haya abierto a algún tipo de depredadora. Si no lo está, entonces ella es vulnerable y solo quiere pasar tiempo conmigo porque está desesperada por tener compañía... lo cual es triste para mí." La Dra. Stansfield parecía como si se esforzara mucho en no reír. "¡Ah! ¿Por qué siempre termino sintiendo que estoy aquí puramente para tu entretenimiento?"

    "Mis disculpas. Quizá simplemente le gustas. Parece que esta mujer hizo todo lo posible para ser honesta contigo. Y tú, Alex, ¿has sido completamente honesta con ella?"

    "Sí. ¿Qué quieres decir?"

    "¿Le has hablado de tus problemas para relacionarte con la gente en el pasado? Puede que seas capaz de maquillar los hechos sobre tu vida, pero no siempre has tenido un corazón de oro tampoco. Y en un sentido lógico, esa es probablemente la razón por la que siempre estás tan preocupada de que otras personas te victimicen de alguna manera."

    "Yo ya no hago eso," dijo Alex malhumorada. "De todos modos, creo que estás exagerando un poco."

    "Difícilmente se trata de eso. Ambas sabemos que eres demasiado inteligente para mentirle a la gente directamente. No, lo que haces es manipular las conversaciones de un modo que apunten a la gente hacia lo que te sientes cómoda de revelar y lejos de lo que te incomoda. Esto es de libro de texto y puedo recordarte que cuando empecé a verte era esa parte particular de ti la que más te disgustaba. Creo que debes tener cuidado al restablecer hábitos que han sido intrínsecos a tu naturaleza durante la mayor parte de tu vida y de diferenciar demasiado entre ti misma y el resto del mundo."

    "Eso es horrible. Yo no he ganado nada con mi problema, es justo lo opuesto, lo usaba para alejar a la gente."

    "Solo estoy reiterando un argumento. Cada una de las personas del planeta tiene un lado oscuro. Aceptar esa parte de alguien es admitirlos verdaderamente en tu vida."

    Alex se pausó en silencio, pero encontró que la voz de la doctora reflejaba su propia lógica interna y ella comenzó a respirar con más facilidad.

    "Creo que por ahora, solo te pediré que examines por qué saltas a conclusiones tan negativas sobre cosas como esta. Y entonces tal vez consideres, si ves a esta mujer de nuevo, dejar tus sentimientos o pensamientos sobre el tema abundantemente claros... para ella, sí, pero lo mismo vale para cualquiera que en el futuro pueda hacerte sentir así. Para ser un amiga digna debéis conoceros la una a la otra con toda sinceridad sin temer espantaros mutuamente."

    "Pero esta es exactamente la clase de cosas que he estado intentando evitar al mantenerme alejada de la gente. Puedes ver eso, ¿no? Qué jodidamente extraño es que algo así suceda la primera vez que trato de hacer una amiga. ¡Te aseguro que me siento a merced de fuerzas desconocidas!"

    "Y yo te aseguro que las «fuerzas desconocidas» de las que estás a merced son tus propias emociones." La Dra. Stansfield se quitó las gafas de la nariz y miró a Alex. "Alex, sabes tan bien como yo que te han pedido «tomar un café» muchas veces antes y muchas veces te has negado. ¿Por qué le dijiste que sí a esta mujer? Porque sentiste química con ella. De todos mis pacientes tú estás entre los primeros puestos de la lista de aquellos que se sienten menos cómodos o dispuestos a admitir sus emociones. Eres responsable de haberte metido en esta situación y ahora debes aceptar la responsabilidad de retirarte de ella... si eso es necesario."

    "¿Qué quieres decir con «si es necesario»?"

    "No creo que debas huir y esconderte. Eso es lo que siempre has hecho y no te ha funcionado. Todo lo contrario. Debes enfrentar tus emociones de cara. Siéntelas, Alex. Si no, volverán y te morderán en forma de ansiedad y depresión. Ni tú ni yo queremos eso. Durante el año pasado hemos mantenido tu depresión bajo un control razonablemente bueno y creo que hemos alcanzado un equilibrio fiable con tu medicación. ¿Estás de acuerdo con esto?"

    "Lo estoy, sí."

    "De acuerdo. Lo cual nos deja trabajar con los mecanismos de mejora que hemos discutido y que no involucran medicación." La doctora hizo una pausa y pareció pensativa. "¿A qué dirías que tienes más miedo si continúas en contacto con esta mujer?"

    "A más de esto. Angustia, confusión; una montaña rusa de emociones que pueda colocarme de nuevo en el mismo camino en el que estaba hace dos años. ¿Y si ella me hace daño? ¿Y si le hago daño yo? ¿Y si... y si me enamoro?"

    "Todas preocupaciones válidas, ciertamente. Y riesgos que tienes que asumir en cualquier relación. Yo siempre aconsejaría precaución. Pero ¿y si resulta ser una gran amiga? ¿Y si te salva de ti misma? ¿No es ese nuestro verdadero objetivo aquí, no llevarte hasta un nivel en el que estés meramente sobreviviendo día a día, sino hasta un nivel en el que realmente puedas alcanzar algún grado de felicidad?"

    "Tal vez le pido demasiado a la vida. No quiero arriesgarme a caer en una trampa y perder todo lo que he ganado en el último par de años. Mi cordura."

    "Creo que es bueno que puedas admitir que tienes miedo de eso. A mí y a ti misma. Ese nivel de comprensión te permitirá asimilar tu miedo en tus interacciones diarias, lo cual las sacará de esta oficina, de tu subconsciente y directamente hacia el esfuerzo por obtener y mantener relaciones saludables y honestas."

    "Eso tiene mucho sentido. No me estás diciendo nada que ya no sepa, pero me ayuda oírlo de ti."

    La Dra. Stansfield dio una carcajada.

    "Eres una de mis pacientes más inteligentes, Alex, pero lo intelectualizas todo. Recuerda, cuando estás en situaciones cargadas de emociones, la lógica no tiene rumbo y ahí es cuando tienes que ser fuerte. De todos modos, pensé que tú no creías en el amor."

    "No creo en el buen amor. Creo firmemente en el mal amor." La doctora volvió a reír.

    "Tienes mucho carácter y confío en que las cosas van a resultar mejores en el futuro. Sé que no me crees, pero he visto el progreso que has hecho y soy muy consciente de la fuerza que tienes en ti." Se puso seria. "Sea como sea, si sientes algo destructivo subiendo a la superficie antes de nuestra próxima cita, me llamarás, ¿sí?"

    Alex asintió. Los mensajes contradictorios son parte de la vida, se dijo a sí misma, repitiendo el mantra de su terapeuta; basta de pensar en blanco y negro, Alex.

    "Aún estás aquí, Alex. Después de todo lo que has pasado, aún estás aquí. Tus inseguridades sobre tu pasado y sobre ti misma se interponen en tu camino para vivir la vida con todo tu potencial. No se lo permitas. Por supuesto, ten cuidado con los demás, pero intenta mantener un poco de optimismo para variar."

    "¿Entonces crees que no debería cortar el contacto con Lily?"

    "Eso depende de ti. Si la vuelves a ver, sé honesta sobre los límites. Nuestra meta es que te mezcles más y la próxima vez que lo intentes puede ser con alguien mucho menos interesante." Alex entornó los ojos ante la secreta sonrisa que se dibujaba en los labios de la doctora.

    Aunque ella tiene razón. Bien podría ver cómo se desarrolla esto.

    “¿Cómo va el trabajo? ¿Algún problema con eso…?"

***

    Cuando Alex abrió a Lily para que subiera a su apartamento el sábado por la noche, estaba en su usual estado de pánico total.

    "Ey, entra," dijo tras abrir la puerta y antes de apresurarse a regresar al cuarto de baño para cerrar el grifo que había dejado abierto. "Escucha, debería haberte dicho algo antes, pero ¿dónde has aparcado el coche? Este no es un buen barrio para dejar un coche como ese."

    "Oh, no te preocupes por eso. Vine en un taxi. Pensé que podría necesitar un conductor sobrio hasta casa." Levantó una botella enorme.

    "¿¡Sake!?" Alex agarró la botella y la estudió. "Jesús, esa cosa es potente."

    "Lo sé, cierto," Lily sonrió y sostuvo las bolsas en su otra mano. "Y sushi."

    "Fantástico. ¿Cómo supiste que yo no estaría preparada? Me encanta el sushi."

    "Entonces, lo estabas."

    "Tienes un sucio sentido del humor."

    "Esta es una noche ligera, ¿no?" Lily la siguió hasta la cocina y, poniendo las bolsas sobre la mesa, miró a Alex de arriba abajo. "Pareces estar en medio de algo. ¿Acabas de llegar a casa?"

    "Más o menos. Hoy voy un poco atrasada."

    "Ve, termina lo que sea. Soy capaz de servir bebidas y encontrar platos."

    "Está bien," dijo Alex con gratitud. "Sólo será un minuto," y desapareció por el pasillo.

    Cuando Alex regresó a la cocina unos minutos después, frotándose el cuello con una toalla, Lily tenía platos de comida y vasos puestos sobre la mesa y se había sentado frente al portátil abierto de Alex.

    "Siéntete como en casa, ¿por qué no?"

    "Perdón, ¿no te importa?"

    "Claro que no." Lily miraba boquiabierta a Alex y con los ojos muy abiertos. "¿Qué?"

    "Nunca te había visto llevando gafas antes."

    "Oh, cierto. Siempre uso lentes de contacto en el trabajo."

    "No deberías molestarte. Estás muy sexy, al estilo bibliotecaria."

    "Esto no tiene nada que ver con la apariencia." Alex agitó una mano desdeñosa. "Está bien, antes de que empiece a beber, algunas reglas básicas para esta noche."

    "¿Reglas básicas? ¿Estás de broma?"

    "No, voy muy en serio, este es mi dominio," dijo Alex fingiendo solemnidad. "Y tú, Lily, puedes hacer lo que quieras aquí excepto, y esto es importante, decirme cosas así."

    "¿Qué cosas?"

    "No te hagas la tonta. No flirtees conmigo, resulta confuso y soy fácil cuando bebo. ¿Trato hecho?"

    Lily rió para sí misma. "Tu casa, tus reglas. Trato hecho."

    "Excelente." Alex se sirvió un vaso de la fuerte bebida japonesa que Lily había traído y tintineó vasos con ella.

    "¡Salut!"

    "¡Kumpai!"

    "Espera, ¿qué? ¿Hablas japonés?" preguntó Lily impresionada.

    "Ni hablar. Palabras importantes como «salud», me gusta aprenderlas en todos los idiomas," Alex asintió hacia el portátil. "¿Encontraste lo que buscabas?"

    "Bueno... nada de porno, esperaba encontrar algunas páginas calientes de sexo lésbico en el historial de tu navegador."

    "¿Estás revisando mi historial? Maldición." Alex acercó una silla a la de Lily y tocó la computadora.

    "Da igual. No tienes nada embarazoso que esconder."

    "Para el porno solo uso mi tablet."

    "¿En serio? ¿Puedo verla?"

    "Estoy de broma y basta. Estás rompiendo mi regla. Aunque eso hace que me pregunte qué clase de cosas raras podría encontrar si revisara tu computadora." Lily se rió pero no hizo ningún comentario. "Toma, mira esto." Alex abrió una serie de avances y adelantos de American Housewife. "Esta es la serie que estaba pensando que podríamos ver. Echa un vistazo, a ver si te atrae." Alex se alejó y comenzó a probar la comida en la mesa entre sorbos de sake.

    "Sabes, cuando dijiste American Housewife, admito que estuve escéptica, pero esto parece peculiar. Sí, me interesa. ¿La vamos a ver aquí dentro?"

    "Salón. Más cómodo, pantalla más grande."

    "Genial. Tengo que mear. ¿Cuarto de baño?"

    "Al final del pasillo a la izquierda."

    Alex comenzó a cargar vasos y platos hacia la espaciosa sala de estar y los colocó deliberadamente frente a los dos sillones. Cuanto más lejos esté de Lily, mejor, pensó inquieta. Pero, cuando Lily regresó del cuarto de baño, se lanzó al sofá en el extremo más cercano al sillón de Alex. Alex la miró de reojo mientras trasteaba con los mandos a distancia y el teclado inalámbrico.

    "Has revisado mi botiquín, ¿no?" bromeó Alex.

    "Fue sólo una miradita rápida. Eres una fanática del orden."

    "Y tú eres una fisgona."

    "No es culpa mía que seas interesante."

    Los dos se sentaron en silencio durante los dos primeros episodios del programa y Alex no podía evitar mirar furtivamente a Lily, ella tenía una risa fuerte y alegre que calentaba a Alex hasta la médula. Tomaron un descanso y rellenaron los vasos.

    "Me gusta mucho," exclamó Lily. "Ella me recuerda un poco a Melissa McCarthy, incluso se parece un poco a ella."

    "Te recuerda a Melissa McCarthy porque es la actriz que interpretó a su hermana en una serie de comedia llamada Mike & Molly."

    "Oh, guao," Lily pareció pensativa. "Guao, tienes razón. La hermana fumadora de hierba. Ahora recuerdo, qué raro, ni siquiera me gustó mucho ese programa. Es raro cuánto recuerda el subconsciente. Lo que me recuerda que hay un fuerte olor a hierba fuera de tu puerta en la escalera."

    "Sí, será mi vecino al otro lado del pasillo, tiene un cuarto de cultivo en su piso y fuma constantemente. Huele así casi todo el tiempo."

    "¿De verdad?" Lily estaba muy divertida. "¿Nunca lo han pillado?"

    "No, la policía tiene mejores cosas que hacer. Es un buen vecino, es reservado pero siempre es amigable."

    Para cuando terminaron los siguientes dos episodios, la cara de Lily estaba sonrojada y ella empezaba a arrastrar las palabras ligeramente. Alex estaba muy relajada.

    "Es bueno ver cosas contigo. Te concentras y no hablas. La gente que quiere comentar lo que está ocurriendo mientras está ocurriendo es irritante."

    Lily miró por la habitación. Alex inició a volumen bajo una lista de reproducción y observó a Lilly.

    "¿Sabes?, eres una especie de minimalista," comentó.

    "Sí. Supongo."

    "Pensé que iba a encontrar algo por aquí que hablara de tu pasado. Pero lo único que tienes es equipo electrónico."

    "No tengo mucho más en qué gastarme el dinero. Me gusta la tecnología."

    "Este es un sistema de entretenimiento increíble, tengo que admitirlo. Pero no hay fotos, no hay imágenes en marcos. Es como si no hubiera nada dentro de ti."

    "Auch, eso ha dolido un poco... Pero en realidad, si es el pasado lo que quieres, echa un vistazo a mi habitación libre. Justo por allí."

    Lily abrió una puerta en la sala de estar y chilló de deleite al encender el interruptor de la luz.

    "¡De esto estaba yo hablando!"

    Las paredes estaban llenas de fotos de la familia de Alex y llenas de libros, DVDs y trastos que ella había logrado rescatar de la casa de sus padres antes de su venta. Lily se aproximó a una serie de fotos del padre de Alex desde la niñez hasta la vejez.

    "¿Quién es este hombre? Es tan... ¡guau!"

    "Mi papá. Estaba en la RAF y era un levantador de pesas profesional. De ahí las poses."

    Lily miró las fotos. Si Alex no hubiera estado achispada, probablemente se habría sentido incómoda con el meticuloso escrutinio a su familia, pero como lo estaba, no le importó. Lily estaba claramente asombrada, lo cual era una sensación agradable.

    "¿Dónde está él ahora?"

    "Murió en 2014. Vuelvo en un minuto," dijo y dejó a Lily estudiando las paredes.

    "¿Esta eres tu?" preguntó cuando regresó Alex. "Oh, Dios mío, Alex, eras el bebé más lindo de la historia."

    "Lo sé, ¿qué ocurrió, verdad?" Lily le dirigió una mirada misteriosa.

    "Que ya no eres solo linda, eso es lo que ocurrió. Deberías verme a mí cuando era pequeña, parezco un elfo deforme." Señaló hacia otra foto, "Háblame de esta. Qué niños tan guapos."

    "Esos somos todos el día de mi bautizo. Probablemente mamá hacía la foto."

    "¿Estos son todos tus hermanos y hermanas?"

    "Sip."

    "Oh, guao, eso es intenso. ¿Y todavía están por aquí?"

    "Uno está en California, el otro en Australia. Los demás están aquí. Ya no pasamos mucho tiempo juntos. Honestamente, no me llevo muy bien con ellos. Parientes, ya sabes."

    Lily la miró. "En realidad, no. Yo no tengo ninguno. Tienes mucha suerte, aunque no te lleves bien." Le brindó a Alex una de sus deslumbrantes sonrisas. "Gracias. Por mostrarme esto." Regresaron al salón y se echaron cómodamente, vasos en mano.

    "¿Por qué lo mantienes todo escondido ahí dentro?"

    "No lo sé. Supongo que me es más cómodo no tenerlo delante de la cara a todas horas. Si me siento nostálgica, ahí está, pero en su mayoría está relegado a mi pasado y me gusta de ese modo."

    "Eres un misterio. Me gusta tu casa. Tiene ambiente y es... no sé, puedes oír lo que ocurre en el edificio, gente moviéndose en el piso de arriba... vida, ¿sabes?"

    "Lo sé. A veces oigo cosas raras. Pero te acostumbras. ¿Cómo es tu casa?"

    "Puedes verla por ti misma si quieres. Es tranquila. Muerta, casi. Ahí está Jacob, pero él es un chico tranquilo en el mejor de los casos. Y está Lucy, el ama de llaves que vive con nosotros. No creo que yo le caiga muy bien, parece que se mantiene fuera de escena tanto como es posible."

    "¿Tienes un ama de llaves que vive en tu casa? Maldición."

    "Sí, es una casa grande y requiere mucha atención, pero yo nunca necesito hacer nada. Ni siquiera necesito estar allí para Jacob, aunque tenemos la costumbre de pasar tiempo juntos. Nos hemos acostumbardo y hemos llegado a depender un poco el uno del otro."

    "¿Entonces eres su tutora legal?"

    "Lo soy. Frank tenía razón en eso al menos. Recuerdo que me dijo que debía permanecer con Jacob, que éramos las únicas dos cosas buenas que él había hecho en su vida. Probablemente esa fue la cosa más bonita que me dijo nunca. Yo me ocupo de todos los aspectos formales de su aprendizaje, su educación, cualquier problema médico y demás. Le ofrezco todo el apoyo emocional que puedo, pero Jacob no es exactamente lo que llamarías un niño necesitado. Es muy independiente."

    "¿Qué le pasó a su madre?"

    "Murió al dar a luz, al parecer. He visto fotos y oído historias sobre ella. Creo que probablemente se parecía un montón a mí. Incluso ella era mucho más joven que Frank, si aún estuviera viva solo tendría 36 años, pienso en ella a menudo. Yo adoro a Jacob, pero todo es un poco desastre."

    "Oh, venga, Lily. Anímate. Al menos no estás viviendo en Siria."

    "Verdad. Joder, ¿no sería eso una cabronada?"

    "Me gusta cuando blasfemas." Alex se levantó y caminó hacia la puerta del balcón. "Voy a salir a fumar. ¿Vienes?" Lily sacó su abrigo del estremo del sofá, se lo puso sobre los hombros y siguió a Alex.

    "Oh, genial, bonita vista. De veras me está empezando a gustar tu casa," dijo Lily mirando hacia el claro cielo estrellado.

    Alex se inclinó por el balcón a mirar a través de la baja niebla, su rostro estaba parcialmente iluminado por una farola cercana. Dio una calada a un cigarrillo y se lo ofreció a Lily.

    "Gracias. ¿Sabes?, no imaginé que aprobaras el fumar."

    Alex sonrió hacia la oscuridad. "Solo fumo cuando bebo. ¿Y tú? Pensé haber olido a persistente humo en tu coche, bajo del olor a tapicería nueva."

    "Solía ​​fumar mucho cuando era más joven. Ahora no tanto. El estigma asociado se está volviendo difícil de manejar." Quedaron de pie compartiendo el cigarrillo y disfrutando del mordiente frío y la hermosa noche hasta que Alex notó que Lily temblaba.

    "Tienes frío. Volvamos adentro."

    "Aunque se está tan bien ahí fuera," dijo Lily mientras Alex cerraba la puerta y pasaba el cerrojo.

    "Mi ex me metió en el hábito de salir fuera a fumar. Él lo odiaba." Volvieron a sentarse en sus posiciones y Alex echó una manta, desde el respaldo de su silla, encima de Lily. "Toma esto."

    "Gracias. Espera, rebobina, ¿tu ex era un tío?" Lily dio un gran tragó a su vaso. "Oh, esto tiene que ser bueno." Miró inquisitivamente a Alex con una sonrisa en el rostro. Alex se encogió de hombros en respuesta y sorbió de su propio vaso.

    "¿Qué? Nunca dije que solo me fueran las mujeres."

    "No, ¿verdad? Y cuando te vi por primera vez no me habría imaginado que te gustaran las mujeres, pero ahora me he acostumbrado tanto a la idea. Entonces, ¿qué eres, bi?"

    "No," admitió Alex. "Solo me van las mujeres."

    "Entonces... ¿por qué el tío? Venga, cuéntamelo, no seas tan reservada."

    "No lo sé. Yo era más joven, estaba experimentando, estaba complaciendo a mi ego, estaba siendo egoísta, intentaba hacer feliz a mi madre. Elige una."

    "¿Lo hiciste para hacer feliz a tu madre? Eso tiene que ser la cosa egoísta más bonita de la que he oído hablar..."

    "¿Por qué te sorprende tanto? La gente continúa en relaciones sin amor a todas horas. Tú lo hiciste. Es decir, al menos a mí sí me gustaba Michael. Él era genial."

    "Ey, no te estoy juzgando," rió Lily. "Solo intento metérmelo en la cabeza."

    "Estás graciosa cuando te impactan."

    "¡Es que eso no parece nada que tú harías en absoluto! ¿Cuánto tiempo estuviste con él? ¿Sabía él que no estabas enamorada de él?"

    "Sabía que yo prefería a las mujeres. Él encontraba eso inmensamente excitante. Estuvimos juntos poco más de un año. Él no era estúpido, averiguó que, en algún momento del camino, yo no iba a quedarme con él."

    Lily se sacudió. "Todavía intento imaginar qué viste en él."

    "Bueno, era muy inteligente, conectábamos a nivel intelectual. Y era fácil, los hombres son más fáciles que las mujeres en muchos aspectos, menos recompensantes, pero definitivamente más fáciles. Cierto, no me sentía muy atraída por él emocionalmente, pero eso no significa que no tuviéramos buen sexo. Lo teníamos. Él era aventurero y, para ser un tío, muy dispuesto a complacer. Era como un juguete sexual a tamaño natural con el que poder también discutir de política y ciencia."

    "¡Oh, diablos!" Lily estaba casi histérica.

    "No me arrepiento. Pero no me malinterpretes, Lily. He madurado desde entonces y ya no tengo una madre enferma de quien preocuparme."

    "¿Y qué ocurrió? ¿Le rompiste el corazón?"

    "No creo. Simplemente pareció que íbamos en direcciones diferentes. El sentimiento fue mutuo."

    "¿Diferentes direcciones? ¿También le gustaban los hombres?"

    "Ja, ja. No que yo sepa. ¿Por qué? ¿Quieres que te lo presente? Quizá te guste."

    "Eso lo dudo."

    "¿Por qué no? ¿Qué oscuros secretos tienes acechando en tu historia sexual, Lily?"

    "¿Yo? Yo solo estuve siempre con Frank y él era un jodido sádico. Pero no quiero hablar de eso."

    "¿Solo él? Encuentro eso difícil de creer."

    "Es cierto. Aparte de eso, no tengo experiencia real."

    "¿No has estado con nadie desde que murió?" Alex estaba boquiabierta.

    "Mira quién está impactada ahora," se burló Lily.

    "Bueno, tú eres... podrías tener a quien quisieras. ¿Nunca has estado enamorada?"

    "No." Lily sorbió de su bebida. "¿Cuántas veces has estado enamorada tú?"

    "Una vez. No funcionó, pero aún sueño con ella, eso es lo que me hace pensar que debió de haber sido amor de verdad."

    "¿No notaste que estabas enamorada en ese momento?"

    "Nunca se me han dado muy bien las emociones fuertes y... se hicieron compromisos."

    "Este es un apartamento grande. ¿Siempre has vivido aquí sola?"

    "Michael vivió aquí un tiempo. Otras personas de cuando en cuando, la última fue una stripper durante un par de meses el año pasado."

    "¿Novia?"

    "Dios, no. La echaron de uno de los apartamentos de escaleras abajo y no tenía adónde ir."

    "¿Pero te gustaba?"

    "En realidad, no, era guapa, pero no tenía nada aquí arriba," Alex se tocó la sien. "Me sentía mal por ella. Un día llegué a casa y la encontré fumando metanfetamina en el sofá y esa fue la gota que colmó el vaso. Le dije que se buscara otro lugar y lo hizo."

    "¿Nunca te sientes sola?"

    "En realidad no. Me gusta estar sola. La gente puede causar más problemas de los que valen la pena."

    "Mm. ¿Te sorprendería que yo fuese una solitaria también?"

    "No, esa es una de las pocas cosas que has revelado sobre ti. Pero ¿extrañas estar casada?"

    "Absolutamente no. Estoy feliz de que él se haya ido. Pero a veces me siento sola. Me resulta difícil encontrar gente que me guste de verdad. A veces hablo con gente en Internet, pero eso está vacío y la gente es detestable y exigente. Si por fin encuentro a alguien con quien tener una conversación decente, terminan pidiéndome fotos mías de desnudos o por Skype."

    "Oh, sí, sé lo que se siente," se rió Alex. "Ten cuidado con eso. Si vieran tu verdadero aspecto, terminarás con un acosador obsesivo en tus manos."

    "¿Eso crees?" Lily la miró con curiosidad.

    "Por supuesto. Nada de sitios porno, Lily, o te barrerán hacia Oriente Medio y te convertirán en una esclava sexual."

    "¡Lo sé!" Lily rió.

    "Si de veras te sientes tan sola, debería intentar hacer un curso de algo, eso podría conectarte con gente en un entorno más seguro."

    "De hecho, he considerado las clases antes. Pero encuentro la idea tan desagradable como atractiva. Y no estoy tan sola, solo un poco. Estoy paralizada por la indecisión."

    "Me recuerdas mucho a mí misma cuando dices cosas así."

    "¡Una araña!" gritó Lily de repente y saltó del sofá para pisotear al diminuto arácnido que correteaba por la alfombra.

    "¡Para! Mira, no te hará daño." Alex se sintió avergonzada pero no pudo detener su respuesta. La recogió con cuidado y abrió la ventana para colocarla sobre el alféizar de fuera. "Solo está buscando un lugar agradable para estar, comida, calor. Es una criatura viva, Lily. Una criatura viva consciente."

    "Oh, Dios mío, Alex," Lily pareció impactada.

    "Perdón, es que no entiendo por qué crees que su existencia vale mucho menos que la nuestra."

    "Esa es la cosa más bonita que he visto. ¿Por qué no tienes mascotas?"

    "No se permiten perros en este edificio y Luger murió hace un par de años."

    "¿Luger?"

    "Mi gato, era muy viejo."

    "¿Le pusiste Luger a tu gato? ¿Como el arma alemana?"

    "Ajá. No se te escapa nada, ¿verdad?"

    "Qué nombre tan genial para un gato. ¿Te gustan las armas?"

    "Teóricamente."

    "Podrías conseguir otro gato."

    "Siempre enferman al final, eso no me gusta," Alex frunció el ceño.

    "Estás en la profesión equivocada."

    "Probablemente. Tan lejos y tan cerca. Pero hay al menos cierto desapego emocional en el trabajo. No es lo mismo que abrirle las puertas de tu casa a una mascota que estará contigo toda su vida hasta su muerte."

    "¿Tú no matas nada?"

    "Mato animales a todas horas en el trabajo. Siempre me han gustado bastante las arañas, quizá porque matan moscas. Odio las moscas." Alex lanzó una mirada extraña a la mujer frente a ella. "No te gusta mucho hablar de ti misma, ¿verdad?"

    "Te envidio, ¿sabes?" Dijo Lily.

    "No deberías decir esas cosas. Todo el mundo tiene problemas."

    "Te admiro, entonces. Trabajas duro, te cuidas. Eres completamente independiente, autosuficiente. Pero es más que eso, es como si mirara por este apartamento y me encantara lo que tienes aquí, pero contigo parece como si todo te lo hubieran quitado, como si lo hubieras perdido todo, podrías reconstruirte a ti misma y reconstruir tu entorno fácilmente."

    "Eso es porque no hay gran cosa de ellas. Soy minimalista, ¿recuerdas?"

    "Quizá, pero estoy equivocada en lo de que no hay nada dentro de ti."

    "¿De verdad fue tu matrimonio tan horrible?" Alex estaba empezando a pensar que Lily debía de tener muy buenas razones para evitar hablar de sí misma tan inflexiblemente.

    "Sí," dijo Lily solemnemente. "Pero eso está en el pasado y he meditado sobre ello durante suficiente tiempo. Solo tengo 28 años, por amor de Dios."

    "Brindaré por eso."

    "¿Quieres venir aquí para que podamos brindar como es debido? Estás demasiado lejos." Alex le lanzó a Lily una dudosa mirada como respuesta. "Oh, vamos, Alex. ¿Tienes miedo de mí?"

    "Sí," admitió Alex, pero se acercó un poco y se colapsó sobre el sofá junto a Lily. "Pero si me desmayo, no se te permite aprovecharte de mí."

    "Tu padre era un hombre de aspecto impresionante. Parece que érais cercanos. ¿Cómo era?"

    "Era la mejor persona que he conocido. Éramos cercanos, yo tenía una conexión con él que ninguno de los demás tenía, sé que me odian por eso."

    "¿Eras su favorita?" Lily rió. "Sí, puedo ver eso, la niñita de papá."

    "Solo debido al momento. Justo cuando estaba llegando a mi décimo año mi hermano resultó gravemente herido en un accidente de coche y mamá comenzó a dedicarle toda su atención, pero papá se acababa de jubilar, así que prácticamente se hizo cargo de mí. Él era tan diferente a mamá, muy inglés, muy estoico. No le preocupaba Dios, pero era filosófico, amaba la poesía y la cultura moderna, mientras que mamá era anticuada y ridículamente católica. Yo amaba mucho a mamá pero es la voz de papá la que resuena más alto en mi cabeza. Su brújula moral era mucho más precisa que la de mamá. Creo que en el fondo mamá prefería a sus hijos a sus hijas, mientras que a papá le gustaba el empoderamiento femenino," Alex sonrió al recordarlo.

    "Ojalá pudiera haberle conocido."

    "¿Cómo son tus padres? ¿Todavía están vivos?"

    "Sí, pero nunca los veo. Se divorciaron hace unos años y ambos se volvieron a casar. Debe de haber sido muy difícil para ti perder a tus padres, pero a mí, no me importaría en un modo u otro. Ninguno de los míos fueron modelos de comportamiento particularmente buenos."

    "¿Cómo es eso?"

    "No me prestaban mucha atención. Estoy bastante segura de que fui el mayor error que cometieron nunca." Lily sonrió tristemente y Alex se sintió mal por haber preguntado.

    "Lo siento."

    "Pareces adormilada."

    "Solo un poco borracha."

    "No has comido lo suficiente tampoco." Lily cubrió las rodillas de Alex con la manta y colocó sobre esta un plato de rollos de aguacate.

    "¿Sabes?, si tu misión es engordarme, está funcionando. Ya te debo dos comidas."

    "Bien. Así puedo compartir al menos otras dos comidas contigo."

    "Hm. ¿Cambiamos eso por ver otra cosa?"

    "Suena bien. ¿Cuáles son nuestras opciones?"

    "Todo lo que quieras." Alex le pasó el teclado a Lily y se metió un rollo de aguacate en la boca.

    "Ey, ¿tienes algo contra el horror?" preguntó Lily mientras se desplazaba por el sitio web de Netflix.

    "Para nada. Hace buen servicio al distraerme de los horrores de la vida real. Lo único que pido es que no pongas algo realista sobre la guerra. Aunque me gusta la ciencia ficción sobrenatural, o médica. Especialmente si está producida en el Reino Unido. Me gustó mucho American Horror Story. Pero me gustan más los largometrajes ambientados en lugares remotos del Reino Unido o Irlanda." Alex estaba sintiendo que se alejaba de la realidad como solía hacer cuando estaba demasiado cansada. "Balbuceo un poco cuando estoy agotada."

    "Estás exhausta. Apenas puedes mantener los ojos abiertos."

    "Estoy bien."

    "¿Por qué tienes miedo de mí?" preguntó Lily suavemente.

    "No lo tomes como algo personal. Tengo miedo de todo el mundo."

    "Pero ¿por qué?"

    "Es una larga y triste historia, de veras no es un buen tema para hoy."

    "Hoy ha terminado. Es mañana de ayer ahora. Dime."

    Alex suspiró, su mente estaba muy confusa pero ella estaba relajada, contenta. "Algo dentro de mí se partió durante mi crisis. Nunca me recuperé de eso. No soy la misma persona, técnicamente debería estar muerta. Perdí a demasiadas personas que amaba en muy poco tiempo y no lo encajé bien. Supongo que tengo problemas de abandono, ya no paso tiempo con nadie, no así."

    "Eso me hace sentir muy especial."

    "Eres especial. Pero creo que te sientes sola y que eso podría confundirte. Quiero que te sientas segura conmigo. Me gustas, no parece haber necesidad de complicar la amistad." Alex bostezó, estaba muy cerca de caer mientras su cabeza colgaba en el respaldo del sofá. "¿Me estás hipnotizando?"

    Oyó a Lily soltar una risita.

    "Solo estás cansada, eso es todo."

    Mientras era absorbida más profundamente en la inconsciencia, notó vagamente que Lily le apartaba los mechones de cabello de la cara y le besaba la frente. "Que duermas bien, hermosa chica." Alex pensó que eso podría haber sido un sueño.

    Cuando despertó, la luz del amanecer de un frío día de invierno comenzaba a colarse a través de las cortinas.

    "Estás despierta. Buenos días," dijo una voz justo por encima de su cabeza. Ella se levantó bruscamente.

    "Yo... uh... me quedé dormida."

    "No quería despertarte, obviamente lo necesitabas."

    "¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo he dormido?"

    "Sólo unas horas, son poco más de las siete."

    "Maldición. Lo siento mucho, Lily. Debiste haberme despertado."

    "Estabas en coma. Te moví un par de veces para ir al cuarto de baño. Podría haberme marchado entonces, pero supongo que no quise."

    "Pero ¿no has dormido nada?"

    "¿Estás de broma? Esta ha sido la mejor noche que he tenido en siglos. Pude ver un par de películas, beber sake y oírte roncar toda la noche."

    "¡Yo no ronco!"

    "No, no roncas," sonrió Lily traviesamente. "Duermes como los muertos. Pero fue agradable, me sentí como tu ángel de la guarda." Alex se frotó los ojos avergonzada.

    "¿Quieres agua? ¿Zumo? ¿Café?" Alex se dirigió a la cocina para sacar una botella de agua de la nevera.

    "Paso. Aún estoy un poco borracha. Debería irme a casa ahora, creo que ya he restringido tu estilo bastante tiempo. Pediré un taxi."

    "Siento mucho haberme quedado dormida... literalmente. Qué patético."

    "No seas boba, he pasado una buena noche," Lily hizo una pausa, luciendo cautelosa. "¿Que vas a hacer el próximo fin de semana?"

    Alex bebió sedienta, el líquido frío fue muy bienvenido en su seco y ligeramente resacoso estado.

    "Probablemente lo mismo. Mi rutina no cambia mucho."

    "Bueno, quizá podría hacerte compañía de nuevo."

    "Sí, si no lo encuentras demasiado aburrido."

    "Alex," Lily sacudió la cabeza con asombro. "Quizá la semana que viene pueda contarte cómo he pasado los últimos años de mi vida."

    "¿Tú? ¿Hablar de ti? Qué intrigante, suena a un buen plan."

    Lily se puso el abrigo, recogió el bolso y el teléfono y Alex la acompañó hasta el frente del edificio.

    "Gracias por invitarme. Ha sido agradable. Envíame un mensaje de texto, ¿de acuerdo?" Lily besó a Alex en la mejilla y le mostró una cálida sonrisa antes de subir al taxi que la esperaba. Alex la vio desaparecer y luego se escabulló de nuevo al calor de su sofá y a otras dos horas de sueño.

Capítulo 3

    Lily pasó los siguientes dos sábados por la noche en casa de Alex, aunque se había excusado para volver a casa antes que el primer sábado. Ella parecía consciente de la necesidad de dormir de Alex y rápidamente había aprendido a reconocer los signos de parpadeo de su eminente caída en la inconsciencia. Alex apreciaba esto y estaba encontrando sus noches juntas siendo menos una alerta de pánico y más algo que estaba deseando. Pero Lily había hablado poco de su propia vida y tenía el hábito de desviar con vaguedad y preguntas recíprocas toda pregunta inquisitiva que Alex le enviaba. Esto no molestaba mucho a Alex, pero en su cuarto sábado consecutivo juntas, tuvo rondándole la mente el permanecer despierta todo el tiempo necesario para conseguir que Lily hablara más sobre sí misma.

    "Guao. Música enfadada. Me gusta," dijo Lily cuando Alex la dejó entrar. "¿Quién es?"

    "Oh, sí. Trapt [4]. El death metal me relaja. Jodido, lo sé." Alex bajó el volumen y le mostró a Lily la comida que había recogido antes. "Llegué a casa temprano esta noche, así que estoy mejor preparada. ¿Qué te pasa? No pareces muy feliz." Lily acababa de hacer un viaje allende los mares para visitar a la tía de Jacob, a su cuñada, y esto la había deprimido.

    "Tomo que no os lleváis bien."

    "Honestamente, Alex, solo quiero emborracharme y no pensar en eso," suspiró Lily.

    "De acuerdo entonces. Chupitos y cerveza."

    "Genial. ¿Qué vamos a ver esta noche?"

    "¿Podemos quedarnos aquí dentro unos minutos?" Alex le sirvió a Lily un chupito de whisky y la observó apurarlo de inmediato. "Buen señor." rió Lily tímidamente. "Nah, no pasa nada. Un día malo, supongo. Toma." Alex se sirvió otro y colocó una botella de Corona al lado. "¿Quieres un vaso para eso?"

    "No. Perdona si te parezco rara."

    "¿Has cenado?"

    "Sí, no te preocupes. ¿Qué es esto, por cierto?"

    "Johnny Walker. Lo sé, muy masculino de mi parte. A mi madre le encantaba, me metió en ello cuando yo aún era una adolescente."

    "Tu madre tenía buen gusto. Espera, ¿bebíias whisky con tu mamá cuando aún eras una adolescente?"

    "No exactamente[5]. Yo solía pillarlo de su escondite." Alex se sintió aliviada al ver a Lily reír, parecía estar relajándose un poco, aunque eso no era sorprendente, ya que ya se había bebido dos chupitos y un largo trago de cerveza. Alex dejó la botella sobre la mesa. "Sírvete tú misma, por favor. Ve a tu ritmo. Este es un espacio seguro."

    "Ja. Eres toda una poeta." Lily frunció el ceño. "¿Puedes volver a poner la música enfadada? Me ha gustado."

    "Um, música enfadada... sí, puedo hacer eso." Ella cambió a una lista seguida de Trapt, Disturbed y Godsmack[6].

    "Ey, mientras estamos aquí, ¿puedo usar tu computadora para hacerte una cosa?" Preguntó Lily.

    "¿Hacerme una cosa?"

    "He estado leyendo un poco sobre Carl Jung y me he topado con algo que me parece bastante interesante. ¿Alguna vez has oído hablar de la tipología de personalidad Myers-Briggs?"

    "Pues la verdad es que sí. ¿Quieres ponerme a prueba?"

    "Sí, solo quiero ver una cosa. Estuve pensando un poco en eso los últimos días, tratando de averiguar en lo qué estabas basada a partir de lo que había aprendido."

    "Me siento como en una entrevista de trabajo. Claro, adelante." Alex le entregó el portátil del mostrador. Resultó que le tomó más de 20 minutos, pero Alex estuvo más que feliz de que Lily estuviera hablando y sonriendo, parecía haber olvidado lo que fuese que la había estado preocupando.

    "No puedo creerlo... bueno, no, puedo creerlo, es tan alucinante."

    "De acuerdo, voy a morder el anzuelo. ¿Qué soy?"

    "Eres del mismo tipo que yo. Eres un INTP[7]. ¿Sabes lo raro que es eso, especialmente para las mujeres... es tan jodidamente bizarro, pero ahora entiendo por qué sentía tanta afinidad por ti desde nuestro primer encuentro. Me pregunto si el resultado podría ser incorrecto... Pero no, yo lo sospechaba... es demasiado genial."

    "Me resulta muy insultante que yo te guste basándote en las teorías psicoanalíticas de Carl Jung."

    "¡Por supuesto que sí, eres un INTP!"

    "Tendré que buscar estos tipos por mi cuenta para ver si de verdad esto es digno de tu aparente asombro."

    Lily se reclinó en la silla y estudió a Alex con una gran sonrisa en el rostro. "Hazlo. Me siento mucho mejor ahora. Sabía que tú me animarías."

    "Creo que eso podría ser culpa de Johnny Walkers... o incluso de Carl Jung."

    Lily negó con la cabeza todavía sonriendo. "¿Vamos a ver algo esta noche?"

    "Sí, claro. Ayúdame a llevar esto."

    "No te he preguntado cómo te ha ido la semana. ¿Estás bien?"

    "Sip. He dormido una porquería durante el último par de noches, aparte de eso, todo bien."

    "No quiero ir a Roma. No es que no me lleve bien con Frances, ella siempre ha sido buena conmigo. Es que esto es un poco forzado, un poco tenso. En realidad, quedarse con ella y tener que ponerse esta máscara 24/7 va a ser una misión."

    "Al menos estás hablando sobre ello ahora. ¿Para cuánto tiempo vas?"

    "Ocho noches en total. Dios me ayude."

    "¿Por qué no dejas a Jacob y dices que te vas a quedar con una vieja amiga de la escuela que no has visto en mucho tiempo? Luego te escondes en un hotel."

    "Tienes una mente tortuosa. Hm, esa es una buena idea."

    Vieron un par de episodios de American Housewife, pero Lily estaba bebiendo whisky a una velocidad alarmante.

    "Mierda. Lily, si sigues bebiendo tan rápido, terminarás vomitando todo el día de mañana."

    "No me importa. Solo quiero olvidar."

    "¿Olvidar qué? ¿Estás bebiendo así porque estás aquí conmigo?"

    "No. Era inevitable que me convirtiera en una alcohólica." Lily fue a apurar otro chupito y Alex la detuvo en seco con una mano en su brazo.

    "De acuerdo. Detente ahí mismo. Te vas a poner enferma."

    "¿Y?"

    "Mira, si lo único que quieres es colocarte, tengo algo mejor. Probablemente tendré que dártelo por la mañana para las náuseas de todos modos, así que podría usarlo como medida preventiva. Pero basta de chupitos, por favor. No vale la pena." Alex fue al armario junto a la puerta del balcón y sacó un paquete de un cajón. "Honestamente, esta es una alternativa mucho mejor que el suicidio. ¿Quieres?"

    "¡Oh, sí!" Lily asintió y Alex lió un porro silenciosamente mientras su amiga miraba por la ventana del balcón bebiendo cerveza.

    "Aunque, deberíamos fumarlo aquí dentro," dijo Alex encendiéndolo, dio una profunda calada y se lo entregó a Lily.

    "No sé por qué no has sacado estas cosas antes. Gracias. Han pasado siglos."

    "Obviamente has fumado antes," dijo Alex impresionada por la enorme y prolongada pulmonada de Lily.

    "Sabe muy bien. Casi lo había olvidado." Lily se sentó, dando ocasionales caladas y Alex estaba preocupado por ella, pero más aliviada de haber conseguido algo que le impidiera engullir alcohol al 40% tan continuamente. ¿Qué diablos era lo que la había estresado tanto?, se preguntó. Observó como después de solo cuatro grandes caladas, Lily lo sostuvo en su mano hasta que se apagó. Ahora estaba relajada.

    "¿Te sientes bien?"

    "Tan bien," suspiró Lily.

    "De verdad espero que no me odies mañana por haberte dado eso. Te quedas aquí esta noche, ¿está bien?"

    Alex comenzó una película, pero lo siguiente que supo fue que Lily estaba junto a ella sacudiéndole el brazo.

    "Despierta, por favor, Alex. Hay alguien buscándonos." Alex se recuperó lentamente y observó el pánico en los ojos de Lily.

    Ella escuchó.

    "Oh, sí, es la policía." Dijo Alex

    "¡¿Qué?! ¡Joder! Estoy completamente jodida."

    Alex soltó una risita y miró por las ventanas hacia la calle de abajo.

    "Lily, cálmate. Ni siquiera nos buscan vagamente. Mírame."

    "Bueno."

    "Estamos bien. Mi vecino tiene un cuarto de cultivo y ni siquiera le buscan a él, ¿de acuerdo? Esto es gracioso. Es divertido. Relájate, nada importante está ocurriendo."

    "Entonces, ¿por qué diablos está aquí la policía?"

    "Probablemente un disturbio doméstico o han atrapado a alguien con un arma. Esa es la belleza de este barrio, siempre hay alguien haciendo algo peor que nosotras. Cálmate." Lily estaba temblando. "No pasa nada, estamos todo bien. Nadie nos está prestando atención." Alex la tomó entre sus brazos. "Por favor. Siento haberte asustado, pero no pasa nada. No hay problema." Lily tenía sus brazos tan apretados alrededor de Alex que le dolía.

    "¿Estás segura?"

    "Sí, absolutamente. ¿De verdad crees que te pondría en peligro estando aquí? Estás muy a salvo. Ni la policía ni ningún criminal nos va a molestar." Alex se rió. "Mírame." Lily la miró a los ojos. "Estamos bien. Tú estás bien. ¿Confías en mí?"

    Lily asintió y Alex volvió a reír. "De acuerdo. Bien. Son, ¿qué?, pasadas las once. Vamos, podemos encender todas las luces, tomar una copa, echar un cigarro y tener una charla, tal vez poner algo estúpido para ver. ¿Bien?"

    "De acuerdo. Lo siento."

    "No lo sientas, este es una mierdecilla de barrio, tienes todo el derecho a estar paranoica cuando suenan las sirenas de la policía, especialmente si estás un poco colocada. Créeme, Llevo viviendo aquí seis años, todos y cada uno de mis vecinos nos cubrirán la espalda si ocurre algo seriamente criminal y algunas de las personas en este edificio son de las malas, ya nadie se mete con nosotros."

    "¿Puedes quedarte cerca por un tiempo?" Lily se aferró a su brazo.

    "Quizá deberías irte a casa. Lo siento, no imaginé que te ibas a asustar tanto."

    "No, estoy bien." Lily hizo un visible esfuerzo por enderezarse. "Quiero quedarme."

    "Ey, ¿recuerdas tu viaje a Roma y tu cuñada?"

    "Oh, Dios." El rostro de Lily se arrugó. "Gracias por recordármelo."

    "¿Y bien? ¿No te ha quitado eso de la mente al menos? Jugar una cosa mala con otra no siempre es una mala idea."

    "Muy bien. Definitivamente me lo has quitado de la mente. Por un rato."

    "Escucha. Se han ido. ¿Ves?, estamos a salvo."

    "Sí, he sido una idiota."

    "Es que no estás acostumbrada, estarás bien. ¿Cómo te sientes?"

    "Bien. Solo un poco atontada... y ligeramente bullente. Pensé que me gustaba tu casa, ahora me encanta."

    "¿Bullente? Qué palabra. Eso es bueno, significa que has recuperado el cerebro."

    "¿Ahora qué?"

    "Tenemos dos cerebros decentes, buena parte de una noche por delante y todo un Internet lleno de entretenimiento. ¿Tú qué crees?"

    "Yo creo..." Lily se inclinó sobre los cojines del sofá.

    "Te traeré un poco de agua."

    "Creo que deberías ponerte algo encima, pero también creo que deberías acercarte a mí. Quiero hablar contigo."

    Alex le entregó una botella de agua. "Me alegra que no te emborracharas tanto como para tener que llamar a una ambulancia. Estaba pensando que podría ser yo."

    "No, gracias por detenerme, aunque usaras drogas para hacerlo. Lo siento. No es culpa tuya." Lily apartó un mechón de cabello color fresa del rostro de Alex. "No deberías trabajar tanto. Te ves tan cansada."

    "Gracias. No he dormido bien el último par de noches."

    "¿Estrés laboral?"

    "Lo dudo. Aunque el trabajo apesta. Voy a dar otra calada si no te importa."

    "No me importa. ¿Pensé que te gustaba tu trabajo?"

    "Me gusta la mayor parte del tiempo. Hay casos tristes, por supuesto, abuso, negligencia. Pero tengo malos sueños que no están conectadas para nada con el trabajo."

    "¿Qué sueños?"

    "Pues mierda extraña y aleatoria. Como anoche, por ejemplo, dormí cuatro horas como máximo, pero durante esas cuatro horas tuve un sueño de lo más vívido y épico. Yo era un soldado en una guerra, pero era el futuro y estabamos luchando dentro de una nave espacial."

    "De alucine."

    "Sí, me desperté y estaba empapada en sudor y me tomó mucho tiempo deshacerme de la sensación. Puede que pienses que fumo demasiado, pero en realidad casi nunca fumo, esta es una rara ocasión. Tal vez vi demasiado Doctor Who[8] cuando era pequeña."

    "Pero esos sueños te asustan, ¿no? ¿Sabes?, yo no los descartaría tan fácilmente, probablemente tienen un significado más profundo."

    "¿Qué significado?" Alex era escéptica.

    "Bueno, mira la parte del soldado, por ejemplo, podría significar que sientes la necesidad de defender tus creencias y valores y que te estás preparando para presentar batalla a un problema. La nave espacial indica una mente creativa y un viaje hacia algo que no conoces, algo bizarro o inusual. La guerra podría simbolizar un conflicto interno en tu vida de vigilia o reflejar tus sentimientos sobre las guerras en el Este pintadas en todas las noticias hoy en día. Ponlo todo junto y tienes... bueno, ponlo de este modo, me alegra que tengas un terapeuta con quien te lleves bien."

    "¿De dónde sacas eso? ¿Te acabas de inventar todo eso?" preguntó Alex con sorpresa.

    "¡No! Es la interpretación estándar de los sueños. Por supuesto, al ser estándar, probablemente no es muy cierto. Creo que los sueños son importantes, pero la interpretación debe adaptarse específicamente a ti, es demasiado personal para generalizar. Traté de aprender tanto como pude sobre los sueños cuando empecé a tener pesadillas hace unos años. Incluso leí de cabo a rabo «La interpretación de los sueños» de Sigmund Freud, lo cual encontré casi completamente inútil. ¿Le has contado a tu psiquiatra estos sueños?

    "No. Bueno, sí, pero no los detalles. Solo espero un cierto convencionalismo de ella, pobre mujer. Estás llena de sorpresas, Lily," dijo perezosamente. "¿Alguna vez has visto una serie llamada Black Mirror?[9]"

    "Ajá. Nunca la he oído."

    "Si te va toda esa jerigonza, puede que te guste. Es muy intelectual y... bueno, rara como el infierno."

    "Gracias, me siento muy halagado de haberte hecho pensar en algo así."

    "Es una antología, por lo que podríamos ver un episodio que yo no haya visto antes y aún así tú podrías ser capaz de seguirla. ¿Quieres?"

    "Sí, claro, ponla."

    Vieron el episodio 4 de la temporada 3 y, cuando terminó, Lily se volvió hacia Alex con una gran sonrisa en el rostro.

    "¡Ha estado brillante!"

    "¿En serio? ¿Te gustó? No me imaginé que ese episodio iba a ser sobre una dos mujeres en pareja. Estoy un poco avergonzada."

    "Ooh, y yo aquí pensando que intentabas decirme algo. Me tomó un tiempo descubrir qué estaba pasando, pero es que era tan inusual y... muy bonito."

    "Lo fue un poco. Ninguno de los episodios que he visto hasta ahora eran así. Se supone que representa el lado oscuro de la tecnología y algunos de ellos han sido algo enfermizos, para ser honesta. Este ha sido... inesperado."

    "El lado oscuro de la tecnología, ¿eh? Tendré que comprobar eso." Lily se reclinó, aún sonriendo para sí misma. "¿No estaría bien poder ir a cualquier parte y hacer algo en un mundo virtual como ese, incluso después de que estuvieras muerta? Está claro que eso nunca sería posible."

    "No estés muy segura. Requeriría una transferencia de conciencia, por supuesto. No es algo dentro de nuestras capacidades en el futuro cercano. Pero H.G. Wells imaginó la ingeniería genética en la década de 1890. Con suficiente tiempo, todo lo que podemos imaginar podría ser posible."

    "Es intenso. Te hace cuestionar la realidad."

    "Me hace cuestionar la conciencia. Nuestra realidad está definida por nuestra conciencia. Black Mirror describe el lado oscuro de la tecnología, ¿cierto? He estado leyendo un libro que explica el miedo que deberíamos tener de la Inteligencia Artificial en el futuro." Alex se reclinó, sacó un libro del estante detrás del sofá y lo hojeó. "Escucha esto, «creo que la conciencia es la forma en que siente la información cuando está siendo procesada. Por tanto, creo que es probable que estas también se sientan autoconscientes y no deberían ser vistas como meras máquinas inertes, sino como seres conscientes como nosotros, pero con una consciencia que siente subjetivamente bastante diferente a la nuestra.» ¿Sabes lo que eso significa?"

    "Sí," Lily parecía pensativa. "Pero si ese es el caso, entonces todo lo que procesa información es autoconsciente."

    "Exactamente. Solo que de una manera muy diferente a la nuestra."

    "Eso es profundo. No habría mucho confort en volverse vegana. ¿Qué es este libro?" Lily se lo arrebató a Alex y estudió la portada: "¿Sobre Lo Que Debería Estar Preocupado? Alex, ¿de verdad crees que este es el mejor material de lectura para alguien que lucha contra el nihilismo y la depresión?" Lily rió.

    "Mm, no, pero ignorar las cosas no las hace una amenaza menor."

    "Eso es cierto. Así que, trabajas seis días a la semana y lees libros como ese en casa. ¿Qué haces para desestresarte?"

    "Corro."

    "¿Corres para desestresarte?"

    "Sí, una hora la mayoría de las mañanas. El ritmo del movimiento, la respiración. Es el único momento en que mi cabeza realmente se limpia de toda su basura. Es como una droga, bueno, es una droga."

    "Debes de estar bastante en forma."

    "Esa es un bonus añadido, supongo. ¿Qué haces tú para hacer ejercicio? Estás en una forma estupenda."

    "Demonios, ni por mucho," admitió Lily. "Nado en casa y voy al gimnasio a veces, pero no lo hago por diversión. De hecho, lo odio. Toda la atmósfera del gimnasio es espeluznante."

    "Míranos, vaya par de anti-socialitas."

    "Sí, es raro que nos hayamos encontrado. En este mundo lleno de borregos, todos siempre rodeando la superficie del prójimo, evitando la confrontación. Evitando los elefantes en las habitaciones, por así decirlo."

    "¿Estás hablando sobre algo en particular o solo generalizando?"

    "Bueno... una cosa es ser capaz de criticar cómo somos y otra muy distinta es ir contra corriente y hacer algo diferente."

    "No estoy segura de seguirte."

    "Ah, no me hagas caso. A veces encuentro difícil articular mis sentimientos. O eso o es que estoy colocada."

    "Tú y yo, ambas."

    "Baste decir que no me sorprende que sufras de pesadillas al concentrar tus poderes de percepción en libros como ese. A veces, cuando miras dentro del abismo, el abismo te devuelve la mirada."

    "¿Estás citando a Nietzsche? Jesús, Lily, eres muy leída."

    "Y tú eres muy linda." Alex le lanzó una mirada de incredulidad. "¿Qué, de veras no eres consciente de lo adorable que eres? Eres... no sé cómo decirlo. Glacial, hay una cualidad glacial en tus rasgos, piel tan pálida y ojos tan oscuros. Tú eres como un demonio, pero un demonio sexy."

    "Deberías parar de decirme esas cosas."

    "¿Por qué?"

    "Porque tengo una fuerte sensación de que estás jugando conmigo."

    "¿Por qué piensas eso?" Lily se estaba sentando derecha, alerta ahora, expectante.

    Alex suspiró, no estaba incómoda, tenía demasiado alcohol en las venas para eso. Calculó para sí misma que ahora era un momento tan bueno como cualquier otro para abordar el tema.

    "Está bien. De acuerdo, ¿crees que la confrontación es importante? ¿Reconocer elefantes en las habitaciones?" Lily asintió. "¿Cómo terminaste casándote con un viejo que no te gustaba cuando aún eras una adolescente? Quiero decir, cuando me lo dijiste por primera vez por teléfono claramente entendías la significancia de tener algo así en tu pasado. Pensabas que yo te iba odiar. No te odio, Lily, pero me resulta difícil conectar este hecho con esta encantadora e inteligente persona delante de mí. Lo que me preocupa es la cantidad de habilidad de actuación que eso requeriría para continuar en un no horrible matrimonio sin amor durante seis años. Es incomprensible. Eso me hace sentir insegura. Quiero decir... ¿Eres una depredadora, Lily?"

    "¿Depredadora? Esa es una palabra fuerte. Pero tienes razón, te mereces una explicación." Lily dio un largo y avaricioso trago de la botella y se miró las manos. "Te dije que yo no era ingenua, pero tal vez lo era. Tenía 19 años, ¿recuerdas lo diferente que eras a los 19? Subestimé lo mal que me trataría Frank. Si me hubieras preguntado si yo le estaba usando, entonces tendrías razón, me casé con él por su dinero, por lo que podía ofrecerme. Pero Frank también me utilizó a mí. Aprovechaba cada oportunidad para hacer mi vida lo más dolorosa y aterradora posible, para hacerme sentir inútil. Estar casada con él era una pesadilla. Ojalá hubiera entendido en aquel entonces exactamente cuánto aquella estúpida decisión impactaría mi vida." Lágrimas aparecieron en las esquinas de los ojos de Lily, Alex puso un brazo alrededor de sus delgados hombros. "Estoy bien, quiero contártelo. Quiero que entiendas cómo llegó a esto. La familia en la que me crié no era como la tuya, Alex. Mis padres eran personas horribles, son personas horribles. He leído libros que dicen que a menudo terminamos en relaciones que emulan cómo nos han tratado de niños. Sé que suena como si intentara poner excusas para el mal comportamiento, pero hay algo de verdad en esa clase de teorías. Yo creí que al casarme con Frank tendría una vida en la que nunca tendría que ver a mis padres de nuevo, y tuve razón. Si valió la pena o no es debatible. Pero eso está hecho... está hecho."

    "Lo siento[10], tenía que preguntar."

    "Nunca engañé a Frank, ni siquiera pensé en ello. A veces creo que por eso me eligió a mí. Yo tenía un equivocado sentido del deber hacia él y él sabía que me tenía atrapada, no solo legalmente, sino psicológicamente también. Una trampa que ni siquiera comenzó a desaparecer hasta mucho después de su muerte. Y eso me ha cambiado. Conocí a Frank cuando tenía 17 años, él era el jefe de mi padre. Pensé que era el más condenadamente genial, pensé que yo tenía todas las ventajas porque era más joven y él actuaba como si me amara al principio. Pero fui una idiota; ahora puedo imaginarme muy claramente cómo debió de haberme visto él en aquel entonces y me enferma pensar en ello. Él lo sabía todo sobre mí, cómo actuaría, lo que querría, lo que haría. Él anticipaba cada acción y reacción y jugaba con ellas a la perfección para hacerme otra de sus posesiones. Fue repugnante, yo soy quien lo lamenta."

    "Estás bien," dijo Alex frotándole los hombros. "Se ha acabado ahora. Me equivoqué al sacar este tema."

    "Quieres saber si estás en peligro de ser engañada..." continuó Lily, "No te culpo, tiene sentido que estés preocupada, no eres idiota. Yo nunca haría algo así otra vez, algo basado en mentiras. Pero sé que no hay nada que pueda hacer para convencerte de eso ahora mismo. Eso llevaría tiempo, si es que me puedes dar eso."

    "Yo confío en ti. Quizá por eso todo esto me asusta tanto."

    "Eres dulce. Nunca te lastimaría, solo quiero que seas parte de mi vida. Me equilibras de alguna manera."

    "No estoy segura de poder equilibrarme a mí misma siquiera." Alex se subió la manga y extendió el brazo para que Lily lo viera.

    "¿Así es como lo hiciste?" preguntó Lilly pasando un dedo por una furiosa cicatriz roja a lo largo del interior del brazo de Alex.

    Alex asintió. "¿Aún piensas que soy sexy?"

    "Sí," dijo Lily en voz baja. "¿No te dolió?"

    "No. No recuerdo nada excepto un intenso deseo de no existir más." Alex se bajó la manga. "Debería estar muerta, calculé mal cuánto tiempo tardaría en desangrarme."

    "Hay una razón por la que todavía estás aquí. Confío en que sepas eso." Lily la abrazó con fuerza. "No vuelvas a hacer eso nunca más."

    "No es mi intención. Pero debes entender que no soy una persona fuerte."

    "Sensibilidad y debilidad no son lo mismo. Has estado en el infierno y has vuelto."

    "Parece que tú también. ¿Por qué llevas aún tu anillo de boda?"

    "Este no es el anillo que me dio Frank. Llevo un anillo en este dedo porque encuentro que es un ligeramente exitoso disuasorio para los avances de otros tíos. ¿Te sientes mejor conmigo ahora, aunque sea un poquito?"

    "Honestamente, sí. Gracias por hablar de ello."

    "No era eso exactamente lo que quise decir cuando dije elefante en la habitación, pero me alegra que preguntaras. No quiero que te sientas insegura conmigo. ¿Podemos ver otro episodio de esa que vimos antes?"

    "¿Black Mirror?"

    "Esa es."

    "Sí, por supuesto. Pero te aviso, no todos son tan bonitos como ese."

    Alex se despertó tarde el domingo por la mañana para descubrir que se había quedado dormida junto a Lily de nuevo. Al menos esta vez Lily también estaba dormida. Alex la observó respirar durante un minuto, se veía tan apacible y hermosa. La dejó con sus sueños y se fue a la cocina a hacer café.

    Estaba en el cuarto de baño cepillándose la boca cuando chirrió el timbre de la puerta. Oh, no, pensó ella encogiéndose por dentro. Era su hermana Nicola. Alex la dejó entrar y le ofreció una taza de café confiando en que la visita sorpresa fuese breve.

    "¿Esto va a llevar mucho tiempo? Es el peor momento."

    "Hola," Lily entró en la cocina con el cabello enmarañado, luciendo aturdida. "Necesito agua."

    Nicola miró a Alex inquisitivamente con una sonrisa. "Hola, ahí. ¿Quién es esta, Alex?"

    "Lily, te presento a mi hermana, Nikki. Nikki, esta es Lily, una amiga mía." Le entregó a Lily una botella de agua. "¿Café?"

    "Sí, por favor." Lily engulló el agua, sedienta. "Hola, Nikki. Perdona mi estado, tengo un poco de resaca."

    "Bueno, parece que vosotras dos pasasteis una buena noche. Huele a eso también. Mierda, Alex, pensé que habías dejado de fumar esa cosa."

    "Sí, claro. Apuesto a que tú todavía embebes. ¿Por qué estás aquí? Hablamos anoche."

    "Sí, y te dije que me pasaría por aquí hoy. Supongo que ya estabas medio ida." Alex le entregó una taza. "Gracias." Miró a Lily, quien se había sentado a la mesa y puesto la cabeza entre los brazos. "Bueno, Lily, tú y mi hermana pequeña, ¿eh?"

    "Nikki, cállate. Lily es una amiga, vemos la tele juntas, ¿vale? Tampoco es que eso sea asunto tuyo." Nikki puso una cara larga.

    "Vemos la tele juntas," croó Lily. "He visto fotos tuyas en la pared. Es un placer conocerte... bajo mejores circunstancias..." La voz de Lily se apagó y su cabeza colapsó de nuevo entre sus manos.

    "Es bueno ver que no has perdido tu tacto con las damas, Alex."

    "Oh, cierra el jodido pico. ¿Qué quieres?"

    "Tranquilízate," Nikki dio un sorbo al café. "En realidad tengo algo para ti." Excavó en su bolso y sacó una cajita.

    "¿Qué es esto?"

    "Es un regalo de cumpleaños de todos nosotros. Garret, Chloe y yo. Sé que es tarde pero... De todos modos, ábrelo más tarde, no es gran cosa."

    "Vosotros no me dais regalos de cumpleaños," Alex frunció el ceño.

    "De acuerdo, es de Chloe. Deberías hablar con ella más a menudo, es tu ahijada, trata de involucrarte más, Alex. Pero tenemos que hablar como es debido. ¿Podemos almorzar el martes? Se trata de Hen."

    "De acuerdo. Martes. Una, por teléfono. ¿Qué le pasa esta vez?"

    "Um," Nikki asintió inquisitivamente en dirección a Lily y Alex agitó una mano para quitar importancia. "Necesita volver a ingresar en el hospital. Tenemos que convencerle. Una intervención, si quieres. Hablaremos de eso el martes, traeré a Luke. No te involucraría, pero Hen te hace más caso a ti que a ninguno de nosotros."

    "Oh, venga ya, Nikki, esta mierda otra vez no." Alex negó con la cabeza. "Tienes que dejar de interferir, es su vida."

    "¿Ni siquiera te importa?"

    "En realidad no. No es asunto mío. Ni el tuyo tampoco, deberías dejarle en paz, es un hombre adulto."

    "Te importará si termina muerto en una cuneta en alguna parte. Por favor, solo ayúdanos."

    Alex asintió de mala gana. "Está bien, ya resolveremos algo."

    "Bien. Vale, os dejaré a vosotras dos," sonrió alegremente, Alex frunció el ceño y cerró la puerta cuando Nikki se fue.

    Lily seguía con pobre aspecto a la mesa. "Ey, ¿estás bien?" Ella levantó la cabeza.

    "Mm, lo estaré. ¿De qué iba eso?"

    "Mi hermano, Henry. Debe de estar con las pastillas de nuevo. La cosa debe de estar mal si Nikki me está pidiendo ayuda, ella nunca viene aquí, literalmente. ¿Quieres algo de comer o darte una ducha?"

    Lily volvió a rastras sobre el sofá para perder el conocimiento.

    Alex estaba viendo una transmisión en vivo de las noticias locales cuando notó que Lily estaba despierta y la estaba mirando. Eran las 2 de la tarde, Lily había dormido tres horas y se veía sustancialmente mejor que esta mañana. Alex sonrió tímidamente.

    "¿Qué estás mirando?"

    "A ti." Lily se estiró. "Debo de haberle causado una terrible impresión a tu hermana esta mañana."

    "¿A quién le importa lo que ella piense? No te preocupes por eso."

    "Noté que parecías bastante fría con ella. ¿Qué pasa con eso?"

    "Solo bobadas de familia, no es importante." Hizo un gesto hacia la televisión. "Ha habido un atentado terrorista con bomba en Londres. ¿Te sientes mejor?"

    "Mucho. Gracias por dejarme dormir. Debería irme."

    "Ven primero a la cocina, hay fruta y yogur. Me está dando vergüenza que solo te alimente con alcohol y porros cuando estás aquí."

    Lily se sentó a la mesa y masticó estudiosamente.

    "Tu hermana, Nikki." Lily dijo con una media sonrisa

    "¿Mm?"

    "Pensó que estábamos juntas... ¿Sabe ella que te gustan las mujeres?"

    "Ya te lo dije, no miento al respecto. Ella conoció a mi exnovia. Le tiró los trastos."

    "¡¿Qué?! ¿A ella también le gustan las mujeres?"

    "No. Ella solo quiere siempre lo que tienen otras personas. También trató de llevarse a Michael a la cama. Hábito desagradable."

    "Dios. No me extraña que las cosas sean raras entre vosotras."

    "Probablemente por eso estaba tan interesada en ti. Menuda familia jodida que tengo."

    "Sí," Lily estaba riendo dentro de su cuenco. "Entonces, si estuviéramos juntas, ¿lo intentaría conmigo?"

    "Ella está casada ahora, pero no me sorprendería en absoluto, si lograra ponerte en la situación correcta. No te equivoques, hay una maldita buena razón por la que me mantengo alejada de mis hermanos y hermanas."

    "De locos y, aún así, extrañamente fascinante. Ojalá tuviera yo algunos. Es la primera vez que mencionas a una exnovia..."

    Alex recogió una manzana y la mordió, pero Lily era su usual atención constante.

    "No hablo sobre ello. Terminó mal."

    "¿Como es eso?"

    "Se negó a ser abierta sobre que estuviéramos juntas y eso dolía mucho. Seis meses después de dejar de vernos, ella estaba muerta. Una sobredosis, al parecer."

    "Joder. Lo siento. Las cosas están empezando a tener sentido. ¿Fue accidental?"

    "No lo sé, nunca quise saberlo," Alex se encogió de hombros, esforzándose por no pensar en lo que estaba diciendo. "Me enteré poco después de la muerte de mi papá y yo ya estaba colgando de un hilo, la noticia solo me empujó al precipicio. Eliminé todas mis redes sociales y cuentas de correo electrónico, me cambié el número, salí de la red por completo. Esto ya no importa, está en el pasado." Alex miró por la ventana y ponderó cómo cambiar de tema.

    "Me marcho para Roma el jueves," dijo Lily facilitándole las cosas.

    "Estoy un poco celosa."

    "Ni siquiera quiero ir. Es por Jacob."

    "¿Has estado allí antes, supongo?"

    "En realidad no he estado. Frances se mudó allí para un nuevo trabajo hace sólo unos meses."

    "¿No estás interesada en ver Roma? ¡Dios, Lily! Será genial."

    "Sí," Lily sonrió. "Sí, tal vez lo sea. Aunque voy a echar de menos pasar el sábado contigo."

    "Roma versus tele conmigo. Mm, tienes razón, es una condenada tragedia," se rió Alex. "Relájate, diviértete. Imagina cuánta gente mataría por estar en tu posición."

***

    Era el último día de la visita de Lily a la casa de Frances en Roma y yacía junto a ella en una tumbona viendo a Jacob jugar con el perro de Ben en la piscina. Lily estaba aliviada de que el viaje no había ido tan mal como había pensado y había terminado teniendo que pasar poco tiempo con Frances y su marido, principalmente de compras y visitando museos y sitios turísticos con Jacob, quien había disfrutado muchísimo.

    "Está feliz," comentó Frances sobre las payasadas de Jacob. "Lamento haber tenido que trabajar tanto, no hemos tenido una ocasión decente para hablar. Ojalá te quedaras un poco más, tengo el fin de semana libre."

    "Necesito estar se vuelta mañana por la noche. Tengo planes para el domingo." Lily estaba distraída, era viernes por la tarde y había estado mensajeándose con Alex durante la última media hora. Estaba intentando organizarse para que Alex fuese a visitarla a su casa el domingo, pero ella seguía distrayéndola con burlas sobre que debería apreciar más el estilo de vida de Alex.

    "¿No puedes guardar ese maldito teléfono durante cinco minutos y hablarme como es debido?" Frances estaba enojada. Lily suspiró y dejó el teléfono.

    "¿Sobre qué quieres hablar?"

    "Bueno, podemos empezar sobre cómo va la escuela de Jacob? ¿Has tenido buenos informes?"

    "Sí. Ya sabes cuánto ha mejorado desde que dejó el internado. Frank nunca debería haberle inscrito en esa estúpida escuela en primer lugar, a él le gusta la nueva. Hablo con sus profesores regularmente, no hay problemas. Al contrario, es un buen estudiante, con altas calificaciones en todas las materias. Muestra una aptitud particular para las ciencias de la computación y todos dicen que es educado y de buen comportamiento, pero ambas sabemos eso ya."

    "¿Pero?"

    "Sigue con problemas para hacer amigos. Ya no está siendo acosado, a los otros chicos les agrada y él se comunica fácilmente con ellos a un nivel superficial, pero no parece querer formar íntimas alianzas," Lily observó a Frances fruncir el ceño. "Yo no percibo que esto sea un verdadero problema, es comprensible dado su pasado. No confía en la gente y por una buena razón. Personalmente creo que lo superará. Ya has visto cuánto ha mejorado los últimos dos años."

    "Lo ha hecho. Estoy asombrada. Estás haciendo un buen trabajo con él, Lily. Frank estaría complacido."

    "A Frank le hubiera importado un comino."

    "Mm," asintió Frances. "¿Todavía va a las sesiones de asesoramiento?"

    "Por supuesto."

    "¿Y?"

    "Y nada. Lo que él dice allí es asunto suyo. Obviamente, si hubiera algún problema real me lo dirían, pero parece que a él le gusta el Dr. Farber, y lo que sea que discuten, claramente se está beneficiando de ello. Es un chico inteligente, Frances. Por fin está hablando de sus problemas y comenzando a entenderse a sí mismo correctamente. ¿Estás muy preocupada por él?"

    "No," admitió Frances. "No lo estoy. Aunque me gusta que me mantengan al corriente. Desearía que me actualizaras más a menudo. Yo también le amo, ¿sabes?"

    "Sí, perdona. Mi mente ha estado en otra parte últimamente."

    "¿Vas a dar más detalles? ¿Qué está pasando? Parece que no puedes dejar el teléfono en paz y tienes una expresión rara en la cara siempre que llega un mensaje de texto."

    "El gato de Jacob tuvo neumonía hace unas semanas y lo llevé a la cirugía de animales. La doctora veterinaria fue realmente encantadora, nos hemos hecho íntimas. Su nombre es Alex, ella es a quien he estado enviando mensajes de texto. Me va a ayudar montar un centro de entretenimiento en la casa."

    "Así que has hecho una amiga. Eso es agradable y francamente un poco impactante, conociendo lo misántropa que eres."

    "Tú no lo entenderías."

    "Entiendo que esta es la primera vez en más de seis meses que tengo la oportunidad de pasar tiempo con mi sobrino y que, por alguna extraña razón, tú se niegas a extender el viaje solo unos días más."

    "No te pongas perra, Frances. Solo me estoy ciñendo al plan original. Podemos volver las próximas vacaciones escolares o ¿qué tal si nos visitas tú para variar?"

    "Por favor, con mi horario de trabajo. Es que esto me afecta... y sé que solo es porque en realidad no quieres estar aquí, así que deja de intentar insinuar que es por una nueva amiga."

    "¡Ella no es solo una amiga!" Lily lo dijo más fuerte de lo que pretendía y la otra mujer la miró como si acabara de recibir una bofetada en la cara.

    "Oh... Oh. Ahora tiene sentido. No me di cuenta."

    "No, por supuesto que no te diste cuenta. Todo el mundo espera que yo emcaje en sus propios planes. ¿Por qué no puedo tener yo algo que quiera para variar, después de tantos años con el gilipollas de tu hermano?"

    Frances se inclinó hacia ella y le apretó el hombro.

    "Puedes, Lily. Tienes razón, es que no lo sabía. Lo siento, todavía pienso en ti como esa cosa mansa cosa patética constantemente a la sombra de Frank. Bueno, ¿qué, te estás acostando con esta mujer?" "

    "No," Lily frunció el ceño en confusión. "Hemos pasado un montón de tiempo juntas y, cuanto más tiempo paso con ella, más fuertes se vuelven mis sentimientos. Sin embargo, es difícil, ella es cauta... en guardia. Le han hecho daño y sus mecanismos de defensa están a toda marcha."

    "Nunca te imaginé con otra persona, y mucho menos con una mujer. Aunque eso tiene sentido, supongo."

    "No es así, vale, tenemos una conexión. Pero sí, mis sentimientos por ella son muy físicos. Ella es tan impresionante de esa manera tan distante. Esto es poderoso y completamente irresistible, quiero estar cerca de ella todo el tiempo.. "

    "Cálmate, estás en compañía. Mírate, prácticamente estás babeando."

    "No lo estoy. El caso es que no es solo físico. Ella es inteligente y sensible y me entiende. Nunca pensé que querría a alguien así tampoco, pero ella me hace sentir como una persona real, segura y condenadamente feliz."

    "Te lo mereces. Pero ten cuidado, ¿de acuerdo?"

    "Lo entenderías si la conocieras. Ella no es de este mundo."

    "Guao, de veras estás coladita."

    "No, quiero decir que ella no es de este mundo. Del mundo de Frank, de tu mundo."

    "Muy pocas personas lo son. ¿Sabe ella cuánto dinero tienes?"

    "Venga ya, Frances," Lily puso los ojos en blanco. "Ni yo sé cuánto dinero tengo."

    "Solo quiero decir que alguien en tu posición debe tener cuidado con quién se abre."

    "No, no sabe nada sobre el dinero. No es materialista, lleva lo que es importante dentro de su alma. Es pura."

    "Oh, despierta, querida. Duerme con ella y sácate eso del sistema."

    "No seas tan grosera, Frances. Mierda, a veces olvido por qué evito contarte cosas."

    "Qué apropiado. Tienes el control de millones y en realidad te estás enamorando de alguien a quien no le importa."

    "Puede que esto sea una sorpresa para ti, pero a mí tampoco me importa. Es dinero de sangre y lo sabes. Así que, por favor, no menosprecies mis sentimientos por Alex." Lily estaba indignada, encontraba inaceptable la sugerencia de Frances de que Alex iba detrás de su dinero. "Voy a dar una vuelta."

    "No, espera." Frances extendió una mano y la detuvo. "Lo siento, quédate. Sé que puedo ser difícil a veces, pero solo por preocupación. Confío en tu intuición sobre la gente, mi hermano no incluido." Lily no podía ver sus ojos detrás de sus gafas de sol, pero podía sentirlos mirándola atentamente. "Has cambiado, Lily."

    "No digas eso," dijo Lily desviando la mirada.

    "No estoy haciendo una implicación negativa sobre Frank aquí. Estoy diciendo que toda nueva influencia que tengas en tu vida, obviamente está teniendo un buen efecto en ti. Esta amiga te está haciendo más fuerte."

    "Eso es lo que he estado tratando de decirte."

    "Si." Frances asintió y volvió a mirar a la piscina. "No le has hablado de Frank, ¿verdad?"

    "No," Lily hizo una mueca. "A veces quiero hacerlo."

    "Lily," Frances suspiró profundamente. "Mira, puedes irte cuando quieras. Ya no eres una prisionera y no quise hacerte sentir de ese modo. Pero deberías averiguar lo que estás haciendo o detener esto de inmediato. Dices que esta mujer es pura y que no comprende plenamente tu situación. Quizá deberías dejarla en paz, si realmente te preocupas por ella."

    "¿Por qué? No soy una mala persona, ella no corre peligro. Tú no podrías comprender lo que es esto para mí, tú no has vivido como yo. Yo sé lo que me hago, como tú has dicho, ya no soy la esposa dócil y patética de Frank. Frank se ha ido y, sorprendentemente, no me llevó con él. Es hora de que yo siga adelante. De todos modos, a Alex no le importa un bledo el pasado, sus preocupaciones yacen en el presente. Ella no es intrusiva y es mucho más fuerte de lo que cree que es, yo lo veo. No puedo dejarla en paz, estoy jodidamente enamorada de ella, Frances. Aunque ella no sienta lo mismo por mí, esto no es algo que yo pueda parar sin más."

    "Vale, lo entiendo. Pero si estás pensando en confiarle a esta mujer..."

    "Alex, su nombre es Alex," interpuso Lily enojadamente.

    "Si estás pensando en confiarle a Alex ciertas verdades, me gustaría juzgar por mí misma si es buena idea o no. Tú y yo, Lily, seguimos siendo familia. Y ahora nuestro vínculo es mucho más fuerte que el simple matrimonio."

    "Si la cosa llegara a eso, la traería aquí en un santiamén."

    "Bien. Entretanto, ten mucho cuidado. Mi reputación está en juego igual que la tuya."

    "Soy muy consciente de lo que está en riesgo," dijo Lily con los labios apretados.

    "Así que esta Alex, ¿crees que no siente lo mismo por ti?"

    "A veces... A veces estoy muy segura de que sí. Sus expresiones, me mira como si yo fuera la única en el mundo que importa y me dan ganas de agarrarla y... joder, no sé lo que estoy diciendo." Se volvió hacia Frances con seriedad. "De acuerdo. Si estuvieras en mi posición, si estuvieras disponible, si pudieras sentirte perdidamente enamorada de alguien, ¿qué harías? Y sin comentarios sarcásticos."

    "En esa posición, sería honesta con ella. Te has sentido sola y tal vez solo estás viendo lo que quieres ver, pero si tus sentimientos son tan fuertes, debes confiar en tu intuición. Eres una mujer muy atractiva, Lily. Demonios, si tuviera yo 20 años menos incluso podría hacerlo contigo. Deberías decirle cómo te sientes, de una forma u otra."

    "Ella es importante para mí, no quiero perder su amistad."

    "¿Y ella es el tipo de persona que te rechazaría como amiga si intentaras besarla?"

    "Ah... en realidad," Lily sonrió para sí misma mientras pensaba en ello. "No, en realidad no lo es."

    "¿Para qué tienes esa mirada? ¿La has besado?"

    "Fue poco después de que nos conociéramos, fue... oh, Dios, la cosa más asombrosa del mundo. Pero ella me tocó el cuello... no de una mala manera, pero me estremecí automáticamente, me aparté. Qué estúpida soy."

    "No es estupidez. Tú llevas equipaje, deberías sentirte cómoda diciéndole eso. Lo siento mucho."

    "Pienso mucho en ello. La suavidad de au tacto. Lo perfecto..." Frances observaba mientras Lily se pasaba los dedos por los labios, aparentemente perdida en su sueño lúcido.

    "Oh, Lily, cariño, ¿qué os pasa hoy a los jóvenes? Ya deberías habértela tirado."

    "Estoy tratando de decirte que esto no trata de sexo."

    "Ese no es el mensaje que estoy recibiendo. ¿Alguna vez has estado con una mujer?"

    "Por supuesto que no. ¿Por qué, lo has estado tú?"

    "Yo solía ​​ser salvaje. ¿Qué significa «por supuesto que no»? ¿Tienes miedo?"

    "Hablando de eso ahora, sí, lo tengo. Pero cuando estoy con ella no. Ella me hace algo que me hace sentir bien."

    "Se llaman hormonas. Deberías hacerlo, al menos lo sabrás entonces y podrás dejar de especular. Si estás tan preocupada por decírselo a tu amiga, pues tírate a otra persona, a otra mujer si sientes la necesidad. Pues obviamente necesitas sexo."

    "No quiero a nadie más. Quiero a Alex."

    "Pues ahí está tu respuesta."

    Se hizo el silencio mientras ambas seguían observando a Jacob en la piscina, y los pensamientos de Lily se inundaron con imágenes de Alex, pero la idea de decirle cómo se sentía la llenaba de ansiedad.

    "Al menos me has iluminado un poco sobre lo que te está pasando," suspiró Frances. "¿Cómo va todo lo demás? No he visto que tengas un ataque de pánico desde que estás aquí. ¿Han parado?"

    "Casi completamente. Y antes de que me preguntes, no, sigo sin usar Ativan. Ya no lo necesito."

    "Me alegro." Frances se levantó y empezó a recoger las tazas de la mesa. "Bueno, si te vas a ir a primera hora, deberíamos llevar a Jacob a una comida decente esta noche. Reservaré una mesa y llamaré a Ben."

    Cuando Frances les dejó a ella y a Jacob en el aeropuerto a la mañana siguiente temprano, le dio a Lily un breve abrazo de despedida, lo cual fue sorprendente. Frances no solía ser un tipo de persona afectuosa.

    "Gracias por la visita, ha estado bien." Frances le sonrió y, acercándose más al oído de Lily, susurró: "Ella debe de ser especial para estar haciéndote esto. Aunque ten cuidado, recuerda lo que te dije."

    Sus palabras resonaron en el oído de Lily durante todo el vuelo a casa.

Capítulo 4

    Lily le había enviado un mensaje de texto a Alex con su dirección e insistido en que fuera a verla el domingo después de su regreso a la ciudad y Alex estaba muy interesada en ver de una vez dónde vivía Lily. Pero no era solo eso. Después de un mes de pasar sus sábados con Lily, los dos últimos sin ella no le habían parecido igual. Alex estaba sorprendida y un poco preocupada por la facilidad con la que había permitido que Lily se insertara en su vida y en su cabeza, pero no podía reprimir la impaciencia de volver a verla.

    Guao, pensó mientras conducía atravesando las puertas hacia la dirección que Lily le había enviado. Ella no necesita que yo lo descubra por su tecnología, esto habla de dinero más allá de la medida.

    Ella frunció el ceño, ¿cuán rico había sido este tal Frank? Aparcó en el patio de la parte delantera de la casa. Lily estaba saliendo fuera para recibirla y Alex sintió un tirón en su pecho ante la visión de ella.

    "¿Te parece bien que aparque aquí?" exclamó Alex a través de la ventana.

    "Sí. Has venido," Lily la abrazó con demasiada fuerza y ​​la besó en la mejilla cuando Alex salió del coche. "Es tan bueno verte. No sabía que conducías."

    "Mantengo el coche bajo llave en el garaje de mi edificio, el tráfico de la ciudad me molesta demasiado. Lo uso principalmente para viajes por carretera." dijo Alex contemplando su alrededor con asombro. "Este lugar es increíble. ¿Todo esto es tuyo?"

    "Comprado y pagado," dijo Lily sombríamente. "Te dije que Frank tenía dinero."

    "Supongo que subestimé cuánto."

    "¿Has almorzado? ¿Tienes hambre?"

    "No, he comido, gracias. Pero Lily, nunca antes había estado en un lugar como este. ¿Me enseñarás los alrededores?"

    Comenzaron en los terrenos detrás de la casa, que parecía ser el área favorita de Lily. Piscinas, canchas de tenis y varios edificios separados de la casa principal. Alex estaba abrumada y tenía que hacer un verdadero esfuerzo para no sentirse intimidada por todo la instalación. Lily le mostró el interior de uno de los edificios más pequeños que parecía haber tomado como su propio espacio privado. Alex estaba fascinada, la sala de planta abierta estaba llena de libros. Estudió algunas de las portadas: novelas históricas, biografías, literatura oscura, pero también títulos como Quantum Evolution[11]. Entonces supo lo poco que Lily le había contado realmente sobre lo que pasaba dentro de su cabeza o, más concretamente, lo poco que Alex le había preguntado. Con un clic, ella había iluminado plenamente el hecho de que Lily era cognoscible, pero posiblemente no había apreciado hasta qué extremo. Lily no era exactamente una persona ordenada, carpetas y papeles estaban esparcidos sobre los escritorios y las mesas. Alex recogió una hoja suelta de un escritorio y leyó la diminuta letrita escrita a mano.

    "¿Qué es esto, Lily?" Lily, momentáneamente distraída por los copos de nieve de su cabello, se acercó deprisa y le arrebató a Alex la hoja, luciendo avergonzada. La guardó debajo de un libro. "¿Qué era eso?"

    "Solo un estúpido poema."

    "¿Tú escribiste eso? Era precioso. No me habías dicho que escribías."

    "No escribo. Solo pierdo el tiempo." Alex lo dejó pasar, pero lo reservó para que el tema volviera a aparecer algún momento en el que Lily no estuviese tan tensa.

    Los jardines eran extensos y Lily señaló puntos de referencia aquí y allá, pero la mayor parte estaba cubierta por una gruesa capa de nieve, y pronto regresaron a la casa para sacudirse el frío de sus entumecidos cuerpos. En una gran habitación, hacia la parte de atrás, crepitaba un fuego y se calentaron las manos ante él. Lily aún parecía dominada desde lo de la escritura y Alex estaba confundida, por lo que podía ver, Lily tenía un talento por el que no debería estar avergonzada.

    "Debe de ser raro regresar a estas temperaturas después de una semana en Roma."

    "Hacía bastante calor allí. Gracias a ti, creo que lo disfruté más de lo que podría haberlo hecho."

    "¿Gracias a mi?"

    "Lo que dijiste sobre relajarse y disfrutar de una oportunidad por la que otros podrían matar. Creo que me hiciste entrar en razón. Es una ciudad preciosa," Lily estudió a Alex, "y las cosas entre Frances y yo no estaban tan tensas como yo había anticipado."

    "Me alegro," asintió Alex. "Este lugar es asombroso, pero puedo ver a qué te refieres con que es solitario. Tanto espacio y tan poca gente."

    Entonces Lily mostró sus hoyuelos y el corazón de Alex se derritió.

    "Ven a conocer a Jacob." Alex la siguió subiendo por una gran escalera en espiral. Lily llamó a una puerta y Alex sonrió cuando una sonó una vocecita tras esta.

    "¿Eres tú, Lily? Pasa."

    Un chico pequeño de cabello oscuro las miró de reojo desde detrás de una enorme pantalla de computadora en una habitación decorada con carteles y parafernalia arqueológica.

    "Jacob, quiero que conozcas a alguien. Esta es Alex, ella es la veterinaria que cuidó tan bien de Edad de piedra." El chico deambuló para cruzar la habitación y extendió una manita para estrechar la de Alex de una manera profesional.

    "Lily nunca ha traído a nadie aquí antes. Es un gusto conocerte. Gracias por arreglar a mi gato," dijo en un tono bajo pero confiado.

    "Hola, Jacob. He oído un poco sobre ti, me alegro de conocerte por fin," señaló alrededor de la habitación. "Veo que eres arqueólogo. Me preguntaba de dónde venía el nombre de Edad de Piedra. ¿Cómo está?"

    "Míralo por ti misma." Señaló hacia la cama, en el centro de la cual estaba posado Edad de Piedra, ronroneando de contento. "Perezoso. Ha vuelto a comer demasiado. Típico de los felinos." Alex dio una risita, el chico era serio para ser tan joven, pero parecía inteligente y amable, y se ganó a Alex de inmediato.

    "¿Qué estás tramando? Bonita computadora, por cierto. ¿Es eso el Counter Strike[12]?"

    "Sí. Global Offensive[13]. ¿Juegas?"

    "Se me conoce por jugarlo. En ocasiones."

    "Uh," interrumpió Lily desde el umbral. "Vamos, Alex. Te mostraré el resto de la casa."

    "Lily..." dijo Jacob con brusquedad dejándose caer en su silla.

    "Si la haces empezar a jugar, estará aquí dentro todo el día. ¿Dónde está Lucy?" Dijo Lily.

    "No sé. Está acechando. ¿Vendrás a jugar conmigo alguna vez?" le preguntó a Alex mientras ella seguía a Lily afuera. "Mi nombre es UnicornioRudo61." Alex le sonrió.

    "Honestamente," dijo Lily cuando estuvieron de regreso en el pasillo, "si consigue que juegues, podrías estar allí dentro durante días seguidos. Créeme, lo sé."

    "Es un encanto de niño, listo. Aunque bastante pequeño para su edad."

    "Él compensa eso con su personalidad. Es extraño lo diferente que es de su padre, supongo que se parece a su madre. Ven, te mostraré la habitación que he pensado que podríamos usar para el centro de entretenimiento."

    Lily la condujo a una espaciosa habitación casi vacía, con armarios con paneles de madera.

    "Esto solía estar lleno de trastos de Frank. Jacob y Lucy la limpiaron un día sin decírmelo. No sentí que me competiera a mí deshacerme de todos los recordatorios de su padre, así que me alegré de que él tomara la iniciativa."

    "¿No sería mejor usar una habitación de la planta baja?"

    "Esta habitación no tiene ventanas y está completamente insonorizada. No sería necesario usar auriculares aquí, pensé que eso podría ser útil."

    "Claro. Podría ser cómodo, supongo. Pero Lily, tú no me necesitas para esto. Obviamente tienes suficiente dinero para traer a alguien aquí dentro y salir servida. Incluso Jacob parece lo bastante experto en tecnología como para ayudarte."

    "Cierto. Pero fue tú casa lo que me metió la idea en la cabeza. De todos modos, quería verte, hacer que vinieras, era una buena excusa. Además, odio la idea de que un mierdecilla de representante sabelotodo entre aquí y me estafe para que le compre un montón de porquería que no necesito y luego se ría a mis espaldas."

    Alex sonrió, divertida.

    "Comprensible. Bueno, ¿cuál es tu presupuesto?"

    "En realidad, no hay ninguno. Hay un límite para lo que Jacob y yo podríamos necesitar. Pantalla grande, buen sonido envolvente, control al alcance de mi mano. Jacob podría darte información sobre los juegos y controladores que necesitaría. Yo no estoy muy interesada en ampliar los límites que no deberían ampliarse de nuestras, encarémoslo, limitadas habilidades tecnológicas."

    "¿Estás segura? Hay algunas cosas bastante alucinantes disponibles ahora."

    "¿Qué tipo de esperanza de vida tiene eso?"

    "Mensaje anotado. Solo lo básico, entonces, pero con un presupuesto ilimitado puedes conseguir algunos básicos bastante alucinantes." Alex miró por la habitación de nuevo con una imagen completamente nueva en su cabeza. "Puedo ayudarte a comprar las cosas adecuadas y conectarlo todo."

    "¿Y puedes explicarme lo que estás haciendo para que no tenga que llamar al soporte técnico cada vez que algo salga torcido?"

    "Por supuesto," Alex le sonrió con alegría. "Sabes lo que quieres. Eso es genial. Podemos hacerlo juntas, probablemente necesitaré aprender al mismo tiempo que tú. Algunas de las cosas en las que estoy pensando también son bastante nuevas para mí. Solo lo básico, pero lo básico con un nivel de control más allá de lo que he conocido nunca. De todos modos, te explicaré lo que sé cuando estemos viendo cosas y, si crees que está más allá de lo que quieres, solo tienes que decirlo."

    "Impresionante. ¿Cuándo podemos empezar?"

    "¿El próximo fin de semana? Iremos a las tiendas. Jacob debería venir también."

    "Perfecto," Lily sonrió y Alex tocó curiosa con los dedos uno de los pomos del armario.

    "¿Para qué es esto?" le preguntó.

    "Echa un vistazo," Lily abrió un pequeño panel justo dentro de la puerta y tecleó un código en un teclado. "Podemos moverlos si es necesario." Alex abrió uno de los armarios con un pop.

    "¡Mierda!" El armario tenía pistolas dentro, sujetas en su sitio en la parte posterior mediante palancas. Cosas elegantes, brillantes y de aspecto peligroso. "¿Para qué demonios tienes esto? ¿Tienes licencia para esto?"

    "Eran de Frank," admitió Lily. "Me enseñó a usarlas y sí, me hizo obtener una licencia. Pensé en deshacerme de ellas, pero decidí que me gustaban." Vio como Alex estudiaba los objetos, pasando un dedo por una superficie dura de metal.

    "Esto es intenso."

    "Toma," Lily sacó una de las armas de su posición y se la tendió a Alex.

    "No... no, no. A mí no, yo no sé manejar un arma." Vio como Lily sacaba el cargador y lo volvía a meter en la cámara y tiraba de la corredera hacia atrás.

    "No están cargadas. Podría enseñarte a disparar si quieres. No tienes idea de lo bien que siente disparar una. Así es como me enfrento a mis problemas de ira, y apuesto a que te encantará. He oído la música que escuchas." Ella manejaba el arma como una experta y Alex estaba sorprendentemente excitada al verla con esta.

    "Muy de malaje, ¿no?"

    "Esa es la idea general."

    Un fuerte dong atravesó de pronto el silencio del edificio y Lily volvió a poner rápidamente el arma en su lugar, cerró el armario y salió corriendo al pasillo para mirar a través de las cortinas hacia el frente de la casa.

    "Mierda," dijo Lily con una expresión de pánico en el rostro.

    "¿Qué pasa?"

    "Es mi vecino. ¿Qué demonios quiere?" murmuró Lily para sí misma y Alex dio una risilla. La frenética respuesta de Lily le había recordado a Alex cómo se había sentido ella cuando había chirriado el timbre de su propia puerta.

    "¿Y? ¿No vas a ir a ver?"

    "No... no, Lucy atenderá eso. Probablemente solo quiera hablar con ella sobre el jardín... o algo."

    "¡Lily!" El grito de Jacobs subió por las escaleras.

    "¡Maldición!" Lily miró a Alex como si necesitara ser rescatada. "No puede querer nada importante." Se dirigió escaleras abajo y Alex, insegura sobre lo que hacer, la siguió. Jacob se paró en el arco de la gran sala del frente y Lily preguntó "¿Dónde está Lucy?" cuando entró. Un hombre alto de unos treinta y tantos años vestido con un traje caro estaba parado junto a la ventana y se giró para saludar a Lily con los brazos extendidos.

    "¡Lily! ¿Cómo estás, mi amor?" La agarró con ambas manos y Alex se divirtió al ver que Lily no le correspondía tal obvio placer al verla.

    "Bien, David. Bien," dijo con los labios apretados y apartando las manos de él. Miró intencionadamente en dirección a Alex. "Alex, este es David Harrison. Está en el número 15. David, Alex."

    "¿Una amiga, Lily? ¿Quién iba a saber?" El hombre tomó las manos de Alex de la misma manera que había agarrado las de Lily. "¡Es un placer conocerte, Alexandra!"

    Este tipo está lleno, pensó Alex sonriendo y murmurando de acuerdo. Lily todavía parecía incómoda y Alex no quiso alentarle.

    "¿Qué quieres, David?" preguntó Lily sin rodeos y Alex tuvo que reprimir una carcajada. Una expresión de fingido dolor cruzó el rostro del hombre, pero su amplia sonrisa regresó rápidamente.

    "Pasé la semana pasada y Lucy me informó de que estabas en Roma, confío en que tuviste un viaje agradable. Pero mi visita tenía un propósito, la inauguración en el Centinal es el miércoles, ¡debes venir conmigo!" La señaló con un dedo. "Lily ha prometido asistir a una de mis inauguraciones de arte cuando llegara mi divorcio," le dijo a Alex conspiratoriamente.

    "¡Yo no hice tal promesa!" Lily estaba perpleja.

    "Tsk, tsk, Lily," dijo él, todavía con una máscara de fortaleza. "Uno de estos días te desgastaré." Jacob, quien había estado mirando desde el arco, dio un paso adelante y se acercó furtivamente a David. "Jacob está de acuerdo conmigo. Dile a tu madrastra que ya es hora de que comience a tener citas de nuevo."

    "No lo creo. Ven al frente conmigo, quiero mostrarte las nuevas plantaciones." Jacob tiró de él hacia la puerta principal y luego le empujó a través de ella cuando David trató de regresar a su puesto al lado de Lily. Mamoncete inteligente, pensó Alex sonriendo caprichosamente. Volvió a mirar a Lily, pero Lily se estaba alejando hacia la cocina. La observó mientras esta se servía un vaso de refresco de la nevera y dio un sorbo.

    "Parece que le gustas un montón."

    "Flirteo desvergonzado. Siempre molestándome. No lo entiendo."

    "¿No lo entiendes?" Alex se rió, pero Lily aún parecía lívida. "Él no está mal. No es feo, más de tu grupo de edad que Frank. Un poco falso, quizá, pero ¿qué hombre de éxito no lo es? Supongo que tiene éxito si vive por aquí y te invita a inauguraciones de arte."

    "És dueño de varias galerías," admitió Lily reluctante.

    "¿Cuál es el problema? Tal vez sea incluso un polvo decente," Alex estaba tratando infructuosamente de mejorar el estado de ánimo. Lily le lanzó una mirada de disgusto. "Él tiene razón en una cosa, tal vez deberías volver ahí fuera."

    "No necesito que nadie me diga lo que debería o no debería hacer."

    "Vale, vale. Pero es solo sexo, no necesitas estar tan tenso al respecto."

    "¡Maldita sea, Alex! ¡No quiero follar con David, te quiero a ti!"

    El arrebato tomó a Alex por sorpresa y ella, inadvertidamente, dejó caer la mandíbula. Miró a Lily y Lily bajó la vista a su copa, ceño fruncido y hombros encorvados. Parecía preparada para un puñetazo verbal.

    "Lo siento. No debería haber dicho eso."

    "¿No lo dijiste en serio?" preguntó Alex en voz baja.

    "Lo decía en serio. Pero no debería haberlo dicho de esa manera... con ira."

    "¿Lily?" Alex dio un par de pasos hacia ella. "¿Cómo debiste haberlo dicho?"

    Lily respiró hondo y la miró a los ojos. "¿No sabes lo loca que me vuelves? Desde que te conocí ha sido como si se encendiera una luz. Y luego estaba segura de haberlo fastidiado todo ese día en el restaurante porque... porque no sé cómo hacer esto. Solo he estado con Frank y él nunca me hizo sentir así. Pero no puedo dejar de pensar en ello, en el baño, en cómo me siento al tenerte cerca, en tus labios. No puedo pensar en nada más," hizo una pausa tomando una bocanada de aire. "Pero eres tan distante. No sabía cómo sacar el tema ni si sentirías lo mismo siquiera."

    Alex se aproximó a ella y le tomó la cara entre las manos. Los ojos azules de Lily estaban muy abiertos y eran muy hermosos. Alex la besó suavemente. "Yo siento lo mismo," dijo y apoyó la frente en la de Lily. Pero Lily apretó los labios contra los suyos. Su beso fue urgente, insistente, su lengua empujó dentro de la boca de Alex. Su piel olía a coco y su boca sabía a cerveza de jengibre y Alex sintió que el calor se extendía por su cuerpo. Hubo desesperación en el modo en que las manos sujetaron la nuca de Alex, luego bajaron hasta su cintura y tiraron para acercarla.

    "Ejem," una vocecita se aclaró la garganta desde la puerta y ambas se separaron velozmente.

    "¡Jacob, Jesús!" La cara de Lily estaba sonrojada, su respiración entrecortada.

    "Lo siento, no fue mi intención interrumpir," el chico les sonrió plácidamente. "Pero David sigue fuera, no quiere irse hasta que vuelva a hablar contigo, Lil."

    "¡Por el amor de Dios!" Ella miró a Alex. "¿Esperas aquí? Solo estaré un minuto." Alex asintió y la vio marchar con una expresión determinada. "Por favor, sé amable," añadió Lily en voz baja a Jacob al pasar por su lado.

    "Bueno," Jacob se subió a un taburete de la barra y cruzó las manos sobre el mostrador, "¿cuáles son tus intenciones con mi madrastra?"

    "Um, siento que hayas visto eso," aventuró ella. Jacob estaba impertubado y se rió levemente ante la incomodidad de Alex.

    "¿Por qué? Tengo 11 años y no me molesta, si eso es lo que estás pensando." Recogió el vaso de Lily y lo hizo girar. "Ya era hora, si quieres mi opinión. Me preguntaba por qué había estado tan feliz últimamente. Ahora lo sé." Su rostro era una máscara de intencionada sinceridad y Alex no pudo evitar sentirse impresionada. "Pero no le hagas daño... mi padre le hacía daño."

    "¿Ella no es la malvada madrastra entonces?"

    "¿Lily? ¿Malvada? Eso tiene gracia. Papá era el malvado... Lil simplemente, no lo sé. Pero ella estuvo allí cuando nadie más estaba. Ella me protegía. ¿No te ha dicho lo gilipollas que era mi padre?"

    "No entró en muchos detalles al respecto. No quise preguntar."

    "Probablemente para mejor." Asintió con aire profesional. "Me alegra que estés aquí... Alex, la veterinaria." Y con eso, salió abruptamente de la cocina y Alex escuchó sus rápidos pasos mientras él subía corriendo las escaleras.

    Alex se giró y miró por las ventanas de la cocina, sin ver. Todas sus inseguridades regresaron inundándola, ahora que estaba sola. ¿Y si le hago daño? Ella es demasiado buena para mí, yo no pertenezco en nada a este lugar. ¿Qué demonios estoy haciendo? Debería salir de aquí, como... ahora.

    Pero entonces sintió que Lily se le acercaba por detrás y le rodeaba la cintura con las manos y le besaba la nuca. Y Dios, qué bien sentaba.

    "Estoy tan feliz de que estés aquí. Tu piel es exquisita." Alex dio la vuelta y Lily siguió besándola en la garganta.

    "Lily, yo..." Lily se apartó y la miró interrogativamente. Luego se rió, cohibida, y dio un paso atrás, brazos en alto en señal de rendición.

    "Lo siento, me dejé llevar. No debería intentar meterte prisa."

    "No es eso. El hombre en tu vida me ha preguntado sobre mis intenciones contigo."

    "¿Jacob?"

    "Él se preocupa por ti. No quiero hacerte daño, Lily." Lily frunció el ceño. "Y no quiero que me hagas daño. Pero no estoy segura de pertenecer a tu mundo."

    "Ven conmigo," Lily la tomó de la mano y la condujo de nuevo al edificio que era el suyo en la parte trasera de la casa. Sacó algunos libros de un sofá de terciopelo antiguo y sentó a Alex, y luego se sentó muy cerca de ella.

    "Cuando era joven, antes de conocer a Frank," comenzó con seriedad, "hubo momentos en los que pensé que podrían gustarme otras chicas. Los reprimía tan rápido que era buena haciéndolo."

    "¿Estabas asustada?" preguntó Alex, genuinamente interesada en escuchar a Lily hablar por fin sobre sí misma.

    "En realidad no tenía mucho que ver con la homofobia específicamente. Se trataba más bien de que yo reprimía todo sentimiento que tuviera sobre cualquier cosa. Recuerdo que una vez dijiste que no se te daban muy bien los sentimientos fuertes, y eso hizo sonar una gran campana en mi cabeza. Es una de las razones por las que pensé que podrías tener el mismo tipo de personalidad que yo, y tenía razón. Pero creo que yo tenía más razones para reprimir mis sentimientos que incluso los que dictaba la genética. Fui criada por padres que se aprovechaban de mal modo de cualquier vulnerabilidad emocional. Como resultado, aprendí a ocultarlas rápidamente."

    "Lo siento."

    "Tranquila." Lily sonrió. "Eso se acabó, eso es lo que estoy tratando de decir."

    "¿Y hubo alguien en particular que te gustara en aquel entonces?" preguntó Alex devolviéndole la sonrisa.

    "Oh, no, nunca me di la oportunidad de explorar esos sentimientos adecuadamente." Su expresión se volvió tímida de pronto. "¿Cómo eras cuando eras más joven?" le preguntó.

    "Tenía un montón de piercings y una tendencia a mantener mi cabello rojo brillante," dijo Alex y Lily se inclinó hacia ella, estudiando su rostro de cerca.

    "¿Qué piercings?" preguntó y Alex señaló varias partes de su rostro. "No hay marcas. Ni una sola mancha."

    "El milagro del maquillaje. Y muchos de ellos no los mantuve durante mucho tiempo. Los de las cejas, la lengua y el ombligo los hice, pero no los de mis mejillas o áreas más sensibles." Lily continuó mirándola de cerca.

    "¿Cuál es tu fecha de nacimiento?"

    "17 de noviembre de 1990."

    "Eres más de un año más joven que yo," dijo Lily, luciendo sorprendida.

    "¿Parezco mayor?"

    "No, pero has logrado mucho más que yo." Lily se pausó pensativamente. "¿Hablabas en serio? ¿Cuándo me besaste?" le preguntó.

    "¿No te pareció en serio?" Alex la miró a los ojos.

    "¿Y querrías salir conmigo? ¿Como en una cita adecuada?"

    "¿Una cita adecuada?" Alex rió nerviosamente. "¿Cómo defines eso? ¿Estás tratando de meterme en la cama?"

    "Bueno, sí, pero también quiero mostrarte algo."

    "¿Qué es eso?"

    "Que no tengo miedo de estar en público contigo. Que eso me encantaría. ¿No crees que haríamos una pareja muy bonita?"

    Alex puso su rostro tan cerca del de Lily que las puntas de sus narices casi se tocaban. "Háblame más sobre ti," la retó. Lily mostró sus hoyuelos y se puso en pie. Gesticuló hacia el académico desorden de habitación.

    "Aquí es donde he pasado los últimos años de mi vida, en su mayor parte. Este es mi mundo. Triste pero cierto. He vivido vicariamente leyendo sobre la vida de otras personas. Personajes históricos, sí, pero al leer tantas biografías como yo he hecho, acabas descubriendo también vidas que no eran muy famosas. Vidas que pocos conocían pero que eran increíbles. Me gustan más esas, tropezar con una vida que era mucho más extraña y más interesante de lo que podría ser cualquier personaje de ficción solo porque realmente sucedió. Es como si durante años hubiera estado disociada de mi cuerpo, encerrada dentro de mi cabeza. Veo el cerebro como un portal a cualquier lugar del universo, una muy real puerta de paso a otras dimensiones, a través de las cuales se puede acceder a cualquier parámetro espacial y temporal. Pero ahora me descubro deseando vivir una vida propia, reunirme con el mundo, formar parte. No solo eso, sino que también descubro que soy libre para hacerlo de verdad. Libre. Ese ha sido un concepto tan extraño y ajeno para mí durante tanto tiempo."

    Ella estudió a Alex mientras esta estaba apoyada en un escritorio.

    "Pienso en ti, Alex. Habiendo visto las fotos de tu familia, ahora sé de dónde sacas tu interesante combinación de rasgos. El cabello rubio de tu madre, con un toque del rojo de tu padre... al principio estuve convencida de que no era natural. Tu madre tenía un aspecto inusual para ser española: cabello rubio oscuro, ojos azul oscuro, debe de haber algo de sangre nórdica ahí, creo yo. Los ojos marrones se han saltado una generación, tuviste más suerte que los demás, que tus hermanos y una de tus hermanas... tus ojos son impresionantes. ¿Por eso estabas tan preocupada por parecerte a la madre de tu madre? Tú eres consciente, ¿verdad?, ¿que los genes responsables del color de ojos y la esquizofrenia ni siquiera están ubicados en los mismos cromosomas? Tu padre, dices, era de un temperamento muy diferente al de tu madre o de al de cualquiera de sus hijos, lo que significa que la pasión española corre fuerte en la sangre. Pero creo que la gente reconoce demasiado de lejos la pasión mientras ignora el silencioso estoicismo de tu padre que también está en ti. Yo lo veo. Siempre me has recordado con fuerza la frase «las aguas tranquilas corren profundas». No puedo ni imaginar cuán poderosa debe haber sido la atracción entre tu madre y tu padre para haber creado seis hijos tan hermosos, haber permanecido juntos tanto tiempo a pesar de la confusión y, más tarde, a pesar de la renuncia a la lucha de padre justo después de que tu madre se fuese; eso es una historia de amor y media. Eres una hija del amor, eso es hermoso."

    "Te pido que me hables de ti y tú me hablas de mí," dijo Alex con una risita. "Una vez me dijiste que te sentías inútil a veces, pero eres muy inteligente. El hecho de que hayas aprendido todo esto sin un entrenamiento formal dice volúmenes enteros de tu habilidad e inteligencia. El hecho de que tengas dinero no significa que no puedas hacer algo contigo misma. ¿No te atrae la idea?"

    Lily sonrió misteriosamente. "¿Te gusta mi desordenado mundo, Alex? Lucy nunca entra aquí dentro. Nadie más entra nunca aquí dentro."

    "De verdad..." Alex tragó y se humedeció los labios. "Sí, me gusta," dijo en voz baja.

    "Cuando te besé en el restaurante, me sentí tan bien. Tú me devolviste el beso, ¿Lo recuerdas?"

    "Lo recuerdo."

    "Pensé que te había asustado después de eso porque reaccioné mal. Sé que creías que estaba confundida, pero te aseguro que nunca he estado más segura de nada en mi vida. Es a ti a quien quiero, y sólo a ti. Veo la forma en que me miras a veces, me vuelve loca que me mires así y que no puedas hacer nada al respecto. Te he echado tanto de menos al estar lejos, suena estúpido, yo sé, ya que solo nos vemos una vez a la semana, pero con solo saber que estás en la misma ciudad... "

    "Yo también te eché de menos."

    "No te tocaré a menos que tú quieras. Pero no puedes controlar mis pensamientos. Demonios, ni yo puedo controlar mis pensamientos. Y pienso en ti."

    "¿Sobre qué piensas?"

    "Son pensamientos sucios, Alex. Nunca me había sentido tan sucia o cachonda en toda mi vida. Dios, tengo fantasías guarras sobre ti. Pensé que mis órganos estaban muertos. Alex, Alex, Alex, no tienes idea de lo que me has hecho." La postura de Lily era tan provocativa, apoyada en el escritorio, tocándose el cuello. "Pensar en ti me deja muy mojada sin moverme siquiera, sin mirarte siquiera."

    Alex respiraba con dificultad, pendiente de cada palabra de Lily, tratando furiosamente de no retorcerse en su asiento. "Me estás tomando el pelo. Eres pasivo-agresiva," susurró ella con voz ronca.

    "No muy diferente de ti entonces, ¿no?"

    "¿Qué quieres?"

    "Esto. Quiero esto. Veo deseo en tus ojos. Tanta pasión y aún así no me tocas. Estás bien entrenada. Lo disfrutas, ¿no? Esto es un juego preliminar para ti. Pero yo me pregunto cuánto puedes aguantar. Te estás retorciendo y puedo ver que te tiemblan los labios. ¿Qué quieres tú, Alex?

    "Soy una mujer también."

    "Soy muy consciente de eso."

    "Quiero que me tomes," dijo Alex y Lily ladeó la cabeza hacia ella con curiosidad.

    "Ven aquí," dijo y Alex fue a plantarse frente a ella, pero sin llevar aún las manos hacia ella.

    "¿Qué haces tú en tus fantasías guarras? Lo que yo quiero es sentirte dentro de mí y estar dentro de ti. ¿Quieres que te toque?" Lily asintió lentamente con los ojos pegados en una Alex ardiendo de lujuria, pero parecía haber perdido su capacidad de hablar por ahora, su pecho palpitaba. Alex le desabotonó la camisa y pasó las manos por los pechos de Lily. Podía sentir sus pezones tensándose contra la tela de su sostén.

    "Haz eso otra vez," dijo y Alex la rodeó con las manos para desabrocharle y quitarle el sostén. Piel de gallina cubría su piel y sus pezones estaban duros como piedras. La pesada respiración de Lily se tornó en jadeos cuando Alex los tomó en sus manos y comenzó a acariciarlos, a pellizcarlos. Ambas se besaron, fue caliente y húmedo y lleno de pasión.

    "Estás temblando. ¿Debería parar?" Dijo Alex.

    "Ni te atrevas. Te necesito tanto," susurró Lily y Alex se arrodilló sobre la alfombra frente a Lily para beber de su hermoso cuerpo. Se desabotonó los pantalones vaqueros y se los quitó y, sin apartar los ojos de los de Lily, acarició con las manos despacio arriba y abajo por el interior de la suave piel de sus muslos, fascinada por el efecto que su tacto estaba teniendo en Lily.

    "Mira quién se retuerce ahora." Alex apartó las manos y se inclinó hacia atrás en cuclillas. "¿No me quieres?"

    "Dios, sí," respiró Lily.

    "Pues demuéstramelo. Estoy aquí mismo. Puedes tenerme."

    Lily perdió sus inhibiciones y se lanzó sobre Alex, inmovilizándola en el suelo y, sentándose a horcajadas sobre ella, buscó los ojos de Alex con los suyos. "He querido esto durante tanto tiempo. ¿De verdad está ocurriendo?"

    "Soy tuya, puedes hacerme cualquier cosa. Quiero que hagas lo que quieras, confío en ti." Dijo Alex. Yació inmóvil y dejó que Lily la desvistiera, la besara y explorara su cuerpo con los labios, las manos. Su boca estaba ansiosa, hambrienta y, mientras exploraba, Lily se apretó contra la pierna de Alex. Lily estaba temblando, jadeando, y Alex podía sentir en su piel la húmeda y cremosa evidencia de tal excitación. Lily retiró la mano de Alex de su pecho y la guió entre sus piernas y Alex hundió los dedos dentro de los sedosos pliegues de Lily. La observó estremecerse y gemir mientras embestía la mano de Alex; era un movimiento rápido, vigoroso. Alex estaba tan excitada por la altamente sexuada que estaba Lily que le resultaba complicado permanecer sumisa. Cuando se echó hacia atrás para mirar a Alex, su rostro estaba sonrojado, el sudor le perlaba la clavícula, su oscilante forma era tan perfectamente hermosa.

    "Eres precisosa," le dijo Alex y sintió que Lily la ceñía con tanta fuerza que pensó que sus dedos iban a partirse. Alex mantuvo la presión sobre el duro clítoris de Lily y ordeñó el orgasmo como si la vida le fuese en ello. Fue como un volcán en erupción, años de energía sexual reprimida explotando en una prolongada danza rítmica. Cuando los temblores de Lily remitieron, esta colapsó sobre la alfombra junto a Alex y la envolvió entre sus brazos con fuerza y la piel húmeda. Alex la besó y la abrazó mientras la respiración de Lily volvía a su ritmo normal.

    "Nadie me había hecho eso antes. Nadie me había hecho llegar," susurró Lily, labios pegados al cuello de Alex.

    "Eso es impactante. Es un verdadero privilegio, aunque en realidad yo no hice gran cosa."

    "Pero lo hiciste." Lily la acarició con la nariz. "Aunque mostraste una contención increíble. ¿Por qué?"

    "Quería que tuvieras completo control."

    "¿Por qué?"

    "Porque parece que tuviste malas experiencias con el sexo antes. Porque parece que te lo habían arrebatado sin que tú tuvieras ningún control. Y también porque me sentía muy bien con ello." Y era cierto, Alex estaba bajo la presa del post-resplandor de un orgasmo fantasma al presenciar el de Lily.

    "Gracias," los ojos de Lily se llenaron de lágrimas y ella tensó su agarre alrededor de Alex.

    "Probablemente lo disfruté más que tú," dijo Alex besándola.

    "Imposible." Lily pasó las manos por los senos y el estómago de Alex. "Tu cuerpo es perfecto."

    "Eso es rico viniendo de ti. ¿Te has mirado en el espejo últimamente?"

    Lily le dedicó una sonrisa maliciosa. "¿Todavía tengo el control?"

    "Por tanto tiempo como quieras."

    "Solo voy a…" Lily metió la mano dentro de los pantalones de Alex, la única prenda que todavía no se había quitado y la acarició.

    "¡Oh, Dios mío, estás completamente suave! Y empapada."

    "¿Qué esperas?" Una descarga eléctrica la atravesó ante el tacto de Lily.

    "Eso es tan caliente. Quiero saborearte." Lily le bajó el pantalón y se arrodilló entre sus piernas para inspeccionarla, y luego hundió la cabeza.

    "Oh, Lily, de verdad no creo... oh... oh Dios. Pensé que no habías hecho esto antes." Lily se apartó y la miró con abierta hambre.

    "Lo he hecho mil veces en mi cabeza." La sensación era inesperadamente poderosa y Alex arqueó la espalda mientras la lengua de Lily danzaba sobre su área más íntima. Puso sus manos en el cabello de Lily, no iba a durar mucho a este ritmo. No tuvo tiempo de preguntarse cómo estaba ocurriendo esto después de tanto tiempo sin ello, lo único que pudo hacer fue sentir la boca de Lily, lamiendo y chupando como si Alex fuese una copa de néctar, y correrse rápidamente, jadeando en busca de aliento.

    Cuando Lily subió para besarla, saboreaba los jugos de Alex.

    "Eso ha sido jodidamente increíble. Pensé haberme imaginado cómo sería pero... guao. Podría quedarme ahí abajo todo el día." La mano de Lily permanecía rozando suavemente la piel desnuda entre las piernas de Alex. "Eres perfecta. ¿Hiciste eso por mí?"

    "Tú lo hiciste por mí," dijo Alex con el rostro aún sonrojado por el esfuerzo.

    "No, tonta. Me refiero al acabado suave y afeitado..."

    "Ah, no. No preveía exactamente que la tarde resultara de este modo. Siempre lo mantengo así."

    "¿Por qué?"

    "No lo sé. Hábito. Me gusta el tacto que tiene."

    "A mí también me gusta el tacto..."

    "De acuerdo."

    "¿De acuerdo?"

    "De acuerdo, iré una cita adecuada contigo."

    "¡Sí! Déjame llevarte a cenar esta noche. Podemos ir a algún lugar ridículamente caro y reírnos de toda esa gente rica y estirada."

    "¿Esta noche?"

    "Absolutamente. Puedes darte una ducha aquí y tengo un vestido con el que estarás increíble. Sé que tienes que levantarte temprano, así que no te preocupes, no te retendré demasiado."

    "No serás una de esas a las que le van tanto las MPA[14] que rozan el exhibicionismo, ¿verdad?"

    "No," se rió Lily, "pero con tu aspecto así, no estoy segura de ser capaz de mantener las manos quietas."

    "Porque debería decirte que esa clase de cosas me hace sentir desesperadamente incómoda."

    "¿Estás avergonzada?"

    "¡Joder, no! Pero sé lo mucho que me cabrea ver a otras personas ponerse pegajosas en público, no quiero inspirar esa sensación yo misma."

    "Mm, en realidad yo también lo odio. Somos perfectas la una para la otra."

Capítulo 5

    "¿Alex? Alex, llevas sentada ahí en silencio durante... cuatro minutos. Habla conmigo. ¿Qué está pasando?"

    "Nada."

    "Alex..."

    "Mi hermano Henry ha vuelto a ingresar en rehabilitación."

    "Pensé que ya no tenías mucho que ver con él."

    "No lo sé. Me mantengo alejada de todos ellos tanto como es posible, pero mi hermana insistió en intervenir de nuevo y quería que yo ayudara. Cuando fui a verle, estaba horrible. Está prácticamente anoréxico, alterado y nervioso. Pensé que Nicola estaba exagerando, como de costumbre, pero ella tenía razón. Solían ​​ser solo pastillas, pero está claro que ha empezado con lo duro."

    "Lo siento. Al menos ahora está recibiendo ayuda, ¿no?"

    "No es así como yo lo veo. Hay algo dentro de él que le sigue arrastrando de vuelta al olvido. Lo entiendo. Creo que eso está en todos nosotros, pero todos lo expresamos de maneras diferentes. La manera de Henry lo va a matar como no encuentre otra cosa en la que concentrarse."

    "¿Como tu manera casi te mata a ti?"

    "Eso es diferente. Él ha convertido un problema psicológico en una adicción física. Le va a resultar muy difícil vencerla, quizá le resulte imposible. Ojalá Nikki no me hubiera involucrado. Yo no puedo ayudarle y no estoy segura de si me importa ya siquiera."

    "Sé que eso no es cierto, pero hay mucho que puedes hacer por personas así, sea hermano o no."

    "Mm, lo sé." Alex no estaba pensando en Henry en realidad. Enlazó las manos en el regazo y el Dra. Stansfield la miró, esperando.

    "La relación entre Lily y yo se ha vuelto sexual." Alex se encogió ante sus propias palabras. Hablar de esto estaba fuera de su zona de confort y le resultaría difícil describir con precisión sus sentimientos sobre el tema.

    "¿Oh? Esto es un desarrollo. ¿Cuándo ocurrió esto?"

    "Comenzó el fin de semana anterior al último. Desde entonces, aparte del trabajo, no hemos podido mantener las manos alejadas la una de la otra."

    "Ni siquiera lo mencionaste la semana pasada."

    "No. Necesitaba sacar mis sentimientos sobre ese caso de negligencia. Y necesitaba tiempo para percibir de verdad lo que estaba ocurriendo entre Lily y yo. Lo he percibido ahora y estoy muy confundida."

    "¿Sobre qué?"

    "Ella me atrajo mucho desde el principio, luego nos acercamos, hablamos, descubrimos que teníamos mucho en común, lo cual fue sorprendente en sí mismo. Pero lo que sucedió durante la semana pasada, darme cuenta de que tengo verdadera química física con ella es un grave impacto para mi sistema y me está costando aceptarlo como real."

    "Déjame aclarar esto. ¿Te sorprende que la hermosa mujer que te invitó a almorzar, que te besó en un cuarto de baño y te contó sus secretos quiera ahora una relación física contigo? Para ser una chica inteligente, puedes ser intencionadamente obtusa a veces."

    "No estás entendiendo lo que estoy diciendo. Tienes razón, ella se esforzó mucho conmigo, muy pocas personas habrían sido tan pacientes y sí, hubo momentos en que pensé que ella quería más. Solo que no me tomé la posibilidad demasiado en serio porque pensé que yo era bastante inútil sexualmente. Llevo célibe durante un año y no me ha importado mucho porque me creía incapaz de tener un orgasmo. Lo acepté automáticamente porque esto es un efecto secundario común del Paxil. Me figuré que era un sacrificio que tenía que hacer para mantener estable mi estado de ánimo. Pero ahora me doy cuenta de que podría haber estado sobreestimando mis limitaciones, porque al final no fue realmente difícil para ella en absoluto. Quiero decir que esto es verdadera y jodidamente alucinante, es como si me hubiera despertado de un largo sueño, solo de pensar en eso me pone..." Alex se estremeció ligeramente. "Y ahora está volviendo a mí otra vez, lo que dije antes sobre tener miedo a enamorarme, cuán en lo cierto podría haber estado. Pero cuando digo que estoy confundida, me refiero al sexo. Me hice pasar hambre durante mucho tiempo y ahora esto ha vuelto y no he reducido mi dosis de Paxil. Seguramente esto no es normal."

    "¿Por qué no ha expresado sus preocupaciones sobre esto antes? Tú más que nadie sabes que no puedes creerte todo lo que se lee. El efecto reductor de la libido de los ISRS[15] difiere de persona a persona, en tu caso puede haber sido tu depresión en sí misma la que inhibía el interés en el sexo. No hay necesidad de pensar que estás respondiendo de forma anormal ni que te sientas incómoda con ello." La Dra. Stansfield le mostró una sonrisa tranquilizadora. "Y sí, algo tan poderoso como el amor puede romper barreras levantadas por la enfermedad, especialmente para alguien tan sensitiva como tú. ¿Estás enamorada?"

    "No me preguntes eso."

    "Oh, Alex. Tengo que admitir que esto no era exactamente lo que tenía en mente cuando te sugerí que te esforzaras más con la gente. El sexo es normal, saludable, pero el amor es menos claro. Puedo entender que tengas miedo al amor."

    "Por supuesto que tengo miedo, eso no hace falta decirlo."

    "¿Puedes decirme exactamente de qué tienes miedo?"

    "No. De las mismas cosas de hace dos meses."

    "¿Tus sentimientos no han cambiado con estos nuevos desarrollos?"

    "Está bien, sí, lo han hecho. Muchísimo."

    "Sabes que para eso estás aquí, para tratar de articular tus sentimientos y que no te sean tan ajenos."

    "De acuerdo. En primer lugar, tengo miedo de que esto pueda ser algún tipo de experimento o fase para ella. Parece que soy la única persona con la que ella ha estado, aparte de su marido, lo cual es bueno en cierto modo, eso significa que ella es leal, posiblemente incluso hasta el defecto. Por otro lado, puede que yo sólo sea un trampolín en su camino hacia la libertad sexual. Por lo que puedo deducir, este Frank era un completo capullo con ella." Alex hizo una pausa y pensó detenidamente por un momento: "He considerado estas posibilidades y estoy preparada para enfrentarlas si resultan ciertas, pero no estoy segura de que estén en los primeros puestos de mi lista de miedos."

    La Dra. Stansfield esperó, observando.

    "Ella no es como ninguna otra persona que yo haya conocido. Al principio creo que me engañé pensando que es una de esas que coquetea con todo el mundo; ¿sabes las que digo? Pero ella no es así en absoluto, esto solo es cosa mía..." Alex no pudo evitar que una sonrisa se apoderara de sus rasgos mientras pensaba en esto. "Pero esto es demasiado bueno para ser real," dijo y la sonrisa desapareció. "No durará. Ocurrirá algo."

    "¿Por qué siempre sientes la necesidad de mirarlo todo con lentes sombrías?"

    "¡Porque así son las cosas! Las cosas siempre resultan una porquería al final."

    "Ahí es donde te equivocas. Las cosas te han salido mal en el pasado, lo cual te ha dado una perspectiva distorsionada. Con tu historial, esto no es sorprendente en absoluto. Sin embargo, tienes que luchar contra eso. Ahí es donde tu entrenamiento TCC[16] debería estar ayudándote. "

    "Lo sé, lo sé. Solo necesito ser capaz de mostrarte mi lado negativo al menos. Mis sentimientos siempre han sido horrible y jodidamente irresolubles para mí."

    "Estás enamorada."

    "Quizá lo estoy. ¿Y?"

    "La última persona de la que estuviste enamorada terminó muerta. Tú te sentiste responsable por ello. De pronto me estoy sintiendo bastante preocupada por ti."

    "Oh, ¿en serio? Tú fuiste quien me convenció de que no fue culpa mía lo que le ocurrió a Cass. Ella tomó sus propias decisiones. Yo huí porque... ¿Sabes qué?, esto es irrelevante. Lily no es como Cass, no tiene miedo a ser abierta sobre lo nuestro."

    "Estas cosas pueden consumirte del todo. ¿Estás durmiendo lo suficiente?"

    "No menos de lo que estaba antes."

    "¿Cuánto es eso? Alex, ¿cuánto?"

    "No lo sé. Tal vez cinco o seis horas por noche en promedio."

    "Puedo prescribirte un poco de Zolpidem..."

    "¡No! Honestamente, no lo necesito. No estoy pensando en Cass en el presente, ella es lo último que tengo en mente. Me molesta que hayas sacado el tema."

    "Mis disculpas. Pero te sientes un poco negativa..."

    "Es complicado."

    "Por supuesto que lo es. Apenas has comenzado esta fabulosa historia de amor y ya estás pensando en su final."

    "Detente. Ya has expresado tu opinión. ¿Sabes?, se me ocurre lo bobo que es que hable siquiera de estas cosas contigo. Ojalá me hubieran criado en el Este, sería una comunicadora más empática y menos compulsiva."

    La Dra. Stansfield dio una carcajada.

    "Si te hubieran criado en el Este, estarías diciendo... lo siento, pensando exactamente lo contrario. La hierba siempre es más verde[17], Alex. De todos modos, eres empática, te ha llevado mucho tiempo llegar a ser tan comunicativa conmigo y no puedes negar que eso ha ayudado, ¿verdad?"

    "No," asintió Alex reluctante. "Esto me ayuda a ordenar mis sentimientos y es una buena práctica para con los demás. A menos que quiera mudarme a Taiwán, es un hábito útil en el que entrar."

    "Aún hay algo que te preocupa. ¿Qué no me has contado?"

    "Lily tiene unas marcas en la espalda, cicatrices en realidad. No cortes, más como heridas punzantes," la frente de Alex se arrugó mientras pensaba en ello. "Cuando las noté, le pregunté al respecto. Ella no dijo gran cosa, excepto que había sido su marido. Creo que él era una especie de sádico sexual. Esto es realmente jodido y me asusta pensar por qué clase de mierda podría él haberle hecho pasar."

    "Hm, eso es comprensible. ¿Qué vas a hacer?"

    "No puedo hacer nada. Ciertamente no voy a obligarla a hablar de eso; eso sería cruel. Al menos sé que el bastardo está muerto. Solo espero que las cicatrices emocionales no sean demasiado para ella. Sé que pueden ser mucho peores que las físicas y eso me asusta, no me importa admitirlo. Me asusta mucho."

    "Te pones en una posición difícil. Tú tienes tus propios problemas emocionales con los que lidiar, asumir los de otra persona no es aconsejable."

    "No es una posición difícil."

    "¿No?"

    "No he visto evidencia de problemas emocionales hasta ahora. Lo que sea que yace en su pasado, ella parece estar superándolo. Quiero decir, sé que ella también está en terapia y me dijo que tiene algunos problemas de ira, pero ¿quién diablos no los tiene hoy en día? Ojalá se sintiera lo bastante cómoda conmigo para hablar de sus problemas, pero no hay duda de si quiero estar con ella o no, solo estoy ventilando mis inseguridades contigo."

    "Para eso estoy aquí. Debo admitir que, a pesar de estas preocupaciones particulares, tu comportamiento general ha cambiado notablemente desde que conociste a esta persona. No eres tu antiguo yo lúgubre, ¿no crees?"

    "Estoy demasiado distraída para sentirme deprimida."

    "Así que, depresión baja, pesimismo aún pendiente. Pero el hecho de que estés enfrentando el desafío ya es mucho y, nunca se sabe, puede que tengas un largo tramo de buenos momentos por delante."

    "He estado leyendo sobre esta tipología de Myers-Briggs. ¿Cuál es tu opinión sobre todo el asunto?"

    "¿Myers-Briggs? Creo que eso puede ser muy preciso con respecto a ciertas cosas. Se basa en una base sólida. ¿Cómo llegaste a estar interesada?"

    "Lily me habló de ello. Me hizo la prueba y todo. Estaba muy impresionada y emocionada porque resultó que yo era del mismo tipo que ella. Me figuré que ella estaba borracha y que posiblemente estaba exagerando, pero la curiosidad me superó los últimos días y leí el perfil. Definitivamente acertaba con algunos aspectos espantosamente familiares de mí misma y luego intenté refutarlo a la inversa con respecto a lo que sé sobre Lily, pero no tuve éxito. Ambas somos Pensadoras Introvertidas, antisociales y difíciles de conocer. Tenía un montón de sentido, quizá demasiado."

    "Déjame adivinar, INTP," dijo y Alex asintió, impresionada. "¿Y ella también? Qué fascinante."

    "¿Estas siendo sarcastica?"

    "En realidad no. Lo único que lo hace menos sorprendente de lo que debería es que tu tipo tiende a tener un radar de precisión fuera de la gráfica cuando se trata de buscaros mutuamente o, más concretamente, descartar a todos los demás."

    "Eso suena muy elitista."

    "Sí. Probablemente eres del tipo más intelectualmente elitista. Eso no es algo malo, Alex, en realidad me hace sentir mejor acerca de esta nueva relación tuya, que bien puede durar mucho más de lo que crees. Diste la impresión de que esto era una atracción puramente física, esto le añade una dimensión enteramente nueva."

    "¿Eso crees? ¿No es sólo psicología popular entonces?"

    "Es la psicología popular la que carga peso. Ciertamente no es como la astrología. Si estás interesada, puedo sugerir algunos libros que te harán comprenderlo mejor que cualquier sitio web."

    "Mm, sí, todo esto es bastante intrigante. Supongo que Lily vale el riesgo a pesar de mi pesimismo."

    "Dijiste que ella está en terapia también. ¿Alguna vez te has preguntado qué dice ella sobre ti?"

    "Oh, vamos, Dra. Stansfield, ahora solo está siendo malvada. ¿Has tenido un día lento o algo así?" Alex se rascó la barbilla. "Y sí, lo he pensado. Loco, jodido mundo loco en el que vivimos."

    "Lo es, ¿verdad?" La doctora sonrió con su sonrisa secreta.

***

    Cuando Alex llegó a casa esa noche, una figura estaba agachada sobre los escalones delante de su edificio de apartamentos.

    "¿Lily? ¿Qué estás haciendo ahí?"

    "Esperándote. ¿Dónde has estado?"

    "Jesús. ¿Cuánto tiempo llevas sentada ahí? Hace mucho frío. Entra, entra." Alex la condujo arriba hasta su apartamento.

    "Te habría enviado un mensaje de texto, pero temía que no quisieras que me pasara esta noche."

    "¿Qué? ¡Estoy feliz de verte! ¿Por qué no iba estarlo?" La dejó entrar y encendió las luces. "Ey, ¿estás bien? Parece como si hubieras estado llorando."

    "¿Dónde has estado? Estaba preocupada."

    "Tenía una cita después del trabajo. Todos los miércoles con mi psiquiatra. Debería habértelo dicho." La expresión tensa de Lily se transformó en una de alivio y envolvió a Alex con los brazos. "Tendré que darte mis llaves de repuesto," se rió Alex.

    "¿Lo harías?"

    "Por supuesto. Vamos a calentarte." Alex encendió la calefacción y acomodó a Lily bajo una manta en el sofá y con la cabeza en su regazo. Alex le acarició el cabello. "¿Algo va mal...?"

    "Solo estaba preocupada. Pensé que podrías estar con otra persona. Tenía todo tipo de estúpidas ideas pasándome por la cabeza."

    "¿Estás celosa?"

    "¿Debería estarlo?"

    "¡No! Venga ya, Lily, tú sabes que yo no soy así."

    "Sí," Lily se acurrucó contra ella. "Siento estar tan necesitada, normalmente no soy así. Es que necesito mucho saber..."

    "¿Necesitas saber qué?"

    "Si esto es tan real para ti como lo es para mí."

    "Llevo una hora sentada en una oficina diciéndole a mi doctora lo afortunada que soy de haberte encontrado." Besó a Lily en la cabeza. "Soy una idiota, debería habértelo dicho."

    "No fue suerte, fue el destino. He estado pensando en cómo convencerte de que dejes de trabajar tanto y que vengas a alguna parte conmigo. Esto no puede ser saludable, creo que soy adicta a ti. "

    "O..." Alex vaciló.

    "¿O?" Lily la miró con los ojos muy abiertos.

    "No importa," sonrió Alex. "¿Te quedarás esta noche? Me gustaría que lo hicieras."

    "Yo también. ¿Por qué no vas a darte una ducha o lo que sea y te pediré algo de cenar si no has comido? ¿Qué te apetece?"

    Se sentaron a la mesa de la cocina y comieron, Alex estaba famélica y se sentía muy bien de tener a Lily allí con ella, pero la otra mujer aún parecía apagada, posiblemente incluso molesta y Alex la miraba mientras comía.

    "No pareces estar bien esta noche. ¿Qué está pasando?"

    "¿Recuerdas ese sueño que me contaste de que eras un soldado en una guerra?"

    "Lo recuerdo. No es un sueño inusual para mí."

    "¿Lucharías? ¿Si tuvieras que hacerlo, quiero decir? ¿Si las cosas se fueran al infierno y tu vida estuviera en peligro?"

    "Qué pregunta más extraña." Alex se detuvo entre bocados, masticando pensativamente. "Es una posición difícil en la que ponerme de manera realista. La respuesta automática sería sí, pero en lo que respecta a eso, ¿quién sabe? Creo que damos muy por sentada nuestra cultura, la seguridad de la misma, nuestros derechos, pero se necesitaría algo bastante importante para que se perturbe el statu quo. Un colapso de la civilización debido a algún desastre ambiental que otro," Alex se detuvo y miró a Lily, ella estaba esperando una respuesta real como de costumbre. "Si nuestros derechos, nuestra libertad estuvieran amenazados, sí, absolutamente, lucharía por ellos. Mataría por defender esos derechos y moriría. Perdona si esto te sorprende, pero no puedo imaginarme quedándome de brazos cruzados y permitiendo la reemergencia de un mundo en el que todo por lo que hemos trabajado como sociedad durante milenios sea arrebatado sin más. Esa idea me asusta mucho más que la muerte."

    "Buena respuesta. No debería haber esperado menos de ti. Aunque has saltado hasta un escenario bastante interesante desde la pregunta original."

    "¿Por qué lo preguntas? ¿Tú lucharías?"

    "Sí. Pero tengo un sueño recurrente en el que me estrangulan y siempre hay un punto en el que simplemente me dejo ir, dejo de luchar y me rindo, y una sensación de paz se apodera de mí, como si todo estuviera bien, como si así fuese como se supone que debe ser." Alex dejó de comer y miró desconcertada a Lily.

    "Eso es horrible. Maldición, y yo que pensaba que mis sueños eran malos. Pero tú lucharías en realidad, ¿cierto?"

    "Sí," asintió Lily. "Y no solo estoy hipotetizando."

    Alex dejó el tenedor y se limpió la boca. "¿Estás hablando de tu marido?" le preguntó.

    "No. No," Lily rió y redirigió la conversación como era su costumbre. "Estoy hablando de nosotras. De ti y de mí."

    "Oh," Alex sintió hundirse su corazón mientras comprendía hacia donde estaba llegando Lily. Lily empujó a un lado su plato y miró a Alex directamente, su expresión era grave.

    "Sé que tienes miedo. Yo tengo miedo. Valoras tu independencia y a mí también me gusta la mía, pero esto ni siquiera se acerca a ser solo sexo para mí, siento tantas cosas por ti que nunca pensé que sentiría," vaciló, arrugó el ceño. "Pero tengo un problema y necesito muchísimo ser honesta contigo al respecto. Así que... ¿puedes venir escaleras abajo a dar un paseo conmigo? ¿Solo para dar la vuelta al bloque o algo así?"

    "Hace bastante frío... y es tarde. Si tienes algo que decir..."

    "Por favor," interrumpió Lily a Alex. "Esto es importante."

    "¿Dar una vuelta al bloque?"

    "Tenemos que hablar sobre una cosa." Alex no dijo más y, en silencio, se envolvió en un abrigo, guantes y bufanda mientras Lily hacía lo mismo. "Deja tu teléfono aquí."

    "¿Por qué?"

    "Por favor, hazlo."

    Cuando dejaron el edificio, el aliento de ambas era visible en la noche helada y Alex comenzó a caminar hacia el Oeste con Lily a su lado. Esperó a que Lily hablara, preparándose interiormente. Teniendo en cuenta los últimos días y lo ansiosa que parecía Lily de pasar tiempo con ella esta noche, no se esperaba esto, pero parecía inevitable que Lily estuviera a punto de romper con Alex. En realidad no podía culparla, las cosas se habían vuelto demasiado intensas demasiado pronto, pero esto iba a ser doloroso. Caminaron durante un minuto entero por la neblinosa calle iluminada por las farolas antes de que Lily se volviera hacia ella y, subiéndole las mangas del abrigo y la camisa, le comprobara cada una de las muñecas.

    "¿Qué estás haciendo?"

    "¿Tienes otros dispositivos contigo?" Lily buscó su rostro a la tenue luz de la calle. "¿En los bolsillos o algo?"

    "No. ¿Por qué? ¿Qué es esto?" Alex se plantó frente a ella, muy confundida.

    Lily enlazó su brazo con el de Alex y comenzó a caminar de nuevo tirando de Alex con ella. Se inclinó hacia Alex y habló en voz baja.

    "¿Recuerdas nuestra primera conversación telefónica? ¿Cuando te hablé de Frank?"

    "Sí," dijo Alex, correspondiendo inconscientemente la voz baja de Lily.

    "Te dije que era un hombre violento y cruel, y me preguntaste si yo le había matado," Alex tenía que esforzarse para escucharla. "¿Por qué me preguntaste eso? Esto está tan liado y yo..." Su voz se apagó en un sollozo. Alex la miraba de reojo.

    "Mira, si esto es algún bizarro intento de..."

    "¡Shhh! Por favor, Alex, solo escucha. Necesito sacar esto ahora, es muy difícil para mí." Hizo una pausa unos segundos y Alex quedó en silencio mientras caminaban. "Frank era un monstruo. Estaba haciendo cosas... si no hubiera sido él, habría sido Jacob, o yo u otra persona."

    "No sé lo que estás diciendo."

    "Estoy diciendo que... éticamente, moralmente... y posiblemente legalmente," continuó Lily en un susurro mecánico, "podría ser considerada responsable de la muerte de Frank."

    Alex tuvo que evitar gritar un improperio en respuesta. Tensó con fuerza el codo de Lily con el suyo y aceleró el paso, con la mente corriendo. "¿Qué has hecho, Lily?"

    "Frank tuvo un ataque cardíaco leve en 2011 y lo habían sometido a una dieta estricta y un régimen de ejercicio. Su temperamento, su capacidad para controlar sus niveles de crueldad empeoraron... pensé en lo fácil que sería que él tuviera otro ataque al corazón y deshacerme esa vez de él para siempre. Nunca pensé que alguien lo sabría o, más exactamente, que en realidad fueran a culparme a mí. Pero yo lo sé. Yo sé lo que he hecho."

    "De acuerdo," Alex trató de mantener la voz firme. "Pero ahora yo lo sé también. Creo que deberías decirme lo que hiciste."

    "Su corazón ya estaba mal, le di un empujón en la dirección que hizo que todo nos fuera mejor a los demás. Había ciertos medicamentos que él tenía que tomar con regularidad y otros que debía evitar a toda costa para mantener su presión arterial estable. Reemplazarlos fue bastante simple, cuando llegó el momento no estuve segura de si realmente creía que aquello funcionaría, lo cual lo hizo más fácil."

    "Jesús, joder."

    "Debes entender que no se trataba de dinero. Se trataba de protegerme a mí y a Jacob. Frank era un sociópata, el mundo estaba mejor sin él."

    "Está bien. Pero ¿que hay de ti?"

    "¿Crees que soy una sociópata?"

    "No. Pero..." Alex se quedó sin palabras.

    "Fue Frances quien me dio la idea. No directamente, pero fue una comunicación muy clara dentro del contexto. Intentaré explicarlo. Frances y su marido habían venido a cenar una noche y, como siempre, el ambiente era patéticamente amenazador. Ella siempre había sabido cómo nos dominaba Frank a Jacob y a mí, y a cualquier otra persona que pudiera. Esa noche en particular, me dijo ella más tarde, ellos se habían ido y Frances había ido a buscar su capa al área de la piscina y nos había visto a través de la ventana. Frank tenía las manos alrededor de mi cuello, sonriendo como un maníaco y aunque ella no había podido distinguir las palabras, pudo ver que a Jacob le estaba ocurriendo algo, pues estaba acurrucado en una esquina. Esta no era una escena inusual para nosotros, pero causó una impresión duradera e inaceptable en Frances, quien comenzó a venir a verme más después de eso, específicamente cuando sabía que yo estaba sola. Me hizo muchas preguntas sobre cómo era Frank con nosotros en privado, pero también me dijo cosas, me hizo sentir más fuerte y poco a poco la idea empezó solidificar en mi mente."

    El quedo discurso de Lily se detuvo momentáneamente cuando una mujer con dos perros pasó junto a ellas.

    "Después de que ocurriera, hablamos directamente sobre ello solo unas pocas veces; principalmente, creo; porque Frances necesitaba la seguridad de que yo no me iba a desmoronar. Frances es una diplomática extranjera, pero comenzó su carrera en derecho, es dura de pelar, fue ella quien me mantuvo protegida de miradas indiscretas inmediatamente después y, aunque aquello siempre ha estado ahí entre nosotras, ha permanecido en gran parte tácito desde entonces." Lily se detuvo y giró para mirar a Alex con el rostro afligido, las manos agarrando sus brazos.

    "Lo siento," dijo Alex, la plena visión del pasado de Lily pesaba mucho sobre ella.

    "¿Qué vas a hacer, Alex?"

    "¿Yo? Esto no es algo que yo vuelva a repetir nunca." La certeza de ello fue evidente en la voz de Alex. "Ahora entiendo a qué querías llegar antes. Luchaste como defensa."

    "Del único estúpido modo que pude, sí." Lily buscó sus ojos inquisitivamente

    "Estoy conmocionada, no puedo negar eso, pero con toda honestidad, también estoy un poco orgullosa de ti, basándome en lo que dijiste, el hombre era un completo cabrón y, sí, esa es una posición en la qué las medidas drásticas pueden ser razonables. Probablemente habría sucedido de todos modos, dado su estilo de vida extenuante e abusante... ¿cierto?"

    "Cierto." Lily la tomó del brazo de nuevo y continuaron.

    "¿Estás bien?" preguntó Alex incómoda.

    "¿Estás preocupada por mí?"

    "Sí. Perdóname por decir esto, pero has cruzado una línea que no puede ser cruzada a la inversa. Creo que hiciste lo correcto, viste una salida y la tomaste, pero... ¿estás bien? Este es el tipo de cosas que pueden destruir a una persona."

    "Podría haberme destruido. Si no hubiese sido por Frances. Y ahora por ti, al decirlo. Gracias."

    "No puedo creer que me hayas contado esto. Sabía que habías pasado una dura época con él, pero no había querido presionarte para que me hablaras de eso. Esto es simplemente..."

    "¿Demasiado para ti?"

    "No. Sé que ocurren este tipo de cosas. Solo lamento que te haya pasado a ti. Frances parece buena gente, me alegra que la tuvieras de tu lado," Alex sacudió la cabeza con asombro. "Su propio hermano."

    "Esto es serio, Alex. Lo que ella ha hecho por nosotros... yo podría aceptar que le contaras a la gente lo que hice, pero no que hablaras sobre su participación."

    "Si te he entendido correctamente, entonces no podría probarse aunque alguien murmurara al respecto. Cosa que yo no quiero hacer, puedes estar segura." El cerebro de Alex estaba trabajando horas extra. "No se lo diré a nadie," repitió con firmeza.

    "Estaba muy asustada por cómo ibas a reaccionar. A ella le gustaría conocerte."

    "¿A quién? ¿A Frances? ¿Qué sabe ella de mí?"

    "Hablé un poco de ti cuando estuve en Roma. Frances captó la imagen. Llevo loca por ti desde la primera vez que te vi y eso no es algo que me pase a mí. Tengo la sensación de que esto no es algo que te pase a ti tampoco. Te he contado todo esto porque o bien era eso o te dejaba en paz. No podía seguir sintiéndome como si te estuviese tomando por una idiota, lo cual definitivamente no eres."

    Las palabras de Lily, su confesión, la última pieza de un rompecabezas que ella no sabía que había estado tratando de completar, llenaron a Alex de una totalmente inapropiada sensación, tanto de alivio como de deseo. En esos momentos, muchas cosas cambiaban para Alex, sintió como si le hubieran dado algo, una ofrenda de poder, de confianza y de amor como nunca antes había tenido. Quizá después la gravedad de lo que Lily había hecho la golpeara de un modo diferente, pero justo ahora, lo único que sentía era una intensa necesidad de abrazarla, tocarla, besarla, decirle que todo estaba bien.

    Se detuvieron y se encararon, casi habían regresado al edificio de Alex.

    "Estás llorando." Lily se quitó un guante y secó una lágrima perdida en la mejilla de Alex. "Me has contado tantas cosas horribles sobre tu pasado y nunca te he visto derramar una lágrima. Eres humana después de todo." Lily le examinó el rostro con ojos llenos de preocupación. "¿Me vas a dejar?"

    "¿Dejarte?" Alex trató de secarse las lágrimas con una tímida risa. "Pensé que me habías traído aquí para dejarme educadamente. Para decirme que ya no podías estar cerca de mí."

    "¡Alex! ¿Cómo pudiste pensar eso?" Lily se sorprendió. "Te he mentido. Si alguien va a dejar algo, eres tú."

    "Cuando te pregunté si yo estaba en peligro de ser engañada, no fue eso lo que quise decir. Todo el mundo miente, son las mentiras diseñadas para herir las que me molestan. Además, esta no es la clase de cosas de las que hablas con alguien en una conversación de solo un segundo. No voy a dejarte, eres increíble. Que hayas confiado en mí lo bastante como para contarme esto ahora me está volviendo un poco loca."

    Lily envolvió a Alex con los brazos y la apretó con fuerza.

    "No tendremos que volver a hablar de eso nunca más. A menos que lo necesites. Siempre estaré aquí si lo necesitas, no importa lo que pase entre nosotras, ¿de acuerdo?" Dijo Alex. Lily la besó y Alex metió las manos dentro del abrigo.

    "¿Podemos volver arriba ahora?" susurró Lily con las manos recorriendo la cintura de Alex, sus pechos.

    Irrumpieron por la puerta del apartamento de Alex tirándose mutuamente de la ropa, desesperadas por sentir piel con piel.

    "Creo que, de una manera muy extraña, acabas de decirme que me amas. ¿Es eso lo que estabas diciendo ahí fuera?" preguntó Alex sin aliento.

    "Eso es exactamente lo que estaba diciendo. Que soy tuya, completamente, sin compromisos. Si me quieres."

    Alex la besó en el cuello, en la línea de la mandíbula, se perdió en los labios de Lily.

    "Dime que no dejarás que nadie te haga daño nunca más." Dijo Alex.

    "No dejaré que nadie nos haga daño a ninguna de las dos," murmuró Lily.

***

    Lily despertó vagamente con la alarma de Alex y sintió que esta se apartaba suavemente deslizándose entre sus brazos. Volvió a dormirse, pero se despertó de nuevo al oír la puerta cuando Alex regresaba de su carrera matutina. Revisó su teléfono, eran poco antes de las siete, pero Lily se sintió de pronto muy despierta, su mente zumbaba con los pensamientos de la noche anterior, una extraña mezcla de alivio y preocupación. Se estiró, necesitaba levantarse y asegurarse de que todo iba bien. Pero cuando vio a Alex con los auriculares puestos, haciendo abdominales en el suelo del salón, olvidó sus preocupaciones y la observó en silencio. ¿Cómo diablos se las arregla para estar tan malditamente hermosa haciendo eso?, se preguntó con la boca abierta. Alex terminó y se tumbó boca arriba en el suelo, respirando con dificultad. Se quitó los auriculares de los oídos.

    "Vaya, te esfuerzas mucho," dijo Lily. "No es de extrañar que no haya grasa en tus huesos." Se dejó caer en el suelo junto a Alex y le pasó el brazo por la cintura.

    "No empieces," se rió Alex, "Estoy toda sudada y asquerosa."

    "Lo sé. Es jodidamente sexy."

    "No para mí. Pero puedes entrar conmigo en la ducha si quieres."

    "Mm, sí. Te lavaré el pelo." Pero cuando vio el cuerpo desnudo de Alex bajo el agua humeante, no pudo concentrarse en enjabonarlo. Su boca fue a los pezones y su mano fue entre las piernas y adoró el modo en que Alex respondió a su tacto, le encantaba hacerla gemir. La empujó espalda contra la pared de la ducha y la hizo jadear de éxtasis, y el abundante líquido que se formó entre sus propias piernas no era agua de la ducha.

    "Creo que estoy empezando a irritarme," dijo Alex con el rubor del orgasmo todavía en el rostro.

    "Yo también," dijo Lily incapaz de apartar las manos de ella. "Pero todavía quiero más. Más, más, más."

    "Joder, como yo." Y Lily vio como Alex le abrió las piernas y comenzó a lamerla. Ella llegó rápidamente. Quiso quedarse allí todo el día envolviendo a Alex con sus brazos, sintiendo la lengua contra la suya, pero se recompuso y comenzó con champú a frotar el largo cabello de Alex.

    "Podría acostumbrarme a esto," dijo Alex haciendo sonreír a Lily detrás de ella. Yo también, pensó Lily. Los pensamientos de su revelación de la noche anterior volvieron a ella y, como estaban bajo el agua corriente, abordó el tema con cautela.

    "Haces ejercicio como si estuvieras enfadada por algo."

    "Sí, bueno, no tengo pistolas para disparar. Una hace lo que puede," se rió Alex. "¿Dormiste bien?"

    "Siempre cuando estoy contigo. ¿Has estado pensando en lo de anoche? ¿Por eso estás enojada?"

    "¿Te preocupa que pudiera haber cambiado de opinión?"

    "Un poco. Odio la idea, pero si quieres que lo haga, te dejaré en paz." Alex se volvió y la miró con aquellos grandes y oscuros ojos.

    "Por favor, no, Lily. Sí, eso está en mi mente, pero no eres tú con quien estoy enojada. Estoy enojada con un hombre muerto. Eso es aplicable a tantas situaciones que todavía están sucediendo."

    "No puedo evitar sentir que te he puesto demasiado encima," dijo Lily animada por lo cómoda que se sentía siendo honesta con Alex. Necesitaba tranquilidad y no le importaba admitirlo.

    "He estado pensando en mis padres," comenzó Alex y Lily la miró interrogante. "Particularmente en mi padre, en mi brújula moral. Si él hubiera sabido de una situación como la tuya, lo que tú y Jacob estabais soportando, lo habría hecho él mismo y tenido mucho respeto por tu valentía. Él nunca tuvo mucha confianza en la ley ni en el sistema de justicia."

    "¿Crees que yo no podría haberme marchado simplemente?"

    "No podías dejar a Jacob. Y no podías haberle llevado contigo. Lo entiendo." Lily sintió que su corazón se aceleraba, no debería haber dudado de la resolución de Alex.

    "¿Y tu madre? ¿Qué pensaría ella?" preguntó Lily genuinamente interesada y Alex se rió ligeramente.

    "Bueno, mi madre querría tener primero una maldita buena discusión contigo sobre algo que no tuviera nada que ver, luego, si te las arreglabas para defenderte, admitiría reluctante que hiciste lo correcto y te aceptaría de por vida. Sé que probablemente te sientes como una forajida por esto y que tuviste una experiencia horrible con tus propios padres. Ojalá hubieras conocido a los míos, habrías encontrado refugio en ellos. Pero esto no trata de ellos. Por favor, no sientas que estoy confundida sobre querer estar contigo." Lily se sintió sin aliento. "¿Te sientes mal por lo que hiciste?" le preguntó Alex y ella desvió rápidamente la mirada.

    "No puedo," frunció el ceño. "Me siento mal por haber tenido que hacer algo así. Pero me alegro de que él se haya ido. Yo lo volvería a hacer."

    "Lily, mírame," y Lily lo hizo. "Eso es todo lo que necesito saber." Alex sonrió. "Si tuvieras alguna duda en tu corazón sobre lo que hiciste, entonces tendría que preocuparme por ti. Pero si no tienes ninguna duda, yo tampoco." Las lágrimas asomaron por los ojos de Lily bajo el agua humeante, pero no eran lágrimas de desesperación, Lily besó el suave rosa de los labios de Alex.

    "¿Cómo es que te encontré siquiera?"

    "Mereces ser amada," dijo Alex con sinceridad y luego agregó: "Te amo."

    "Yo también te amo. Mucho." Lily sintió que nunca había dicho palabras más verdaderas en su vida.

    "Bien," Alex dio una risita. "Ahora basta de esto. Voy a llegar muy tarde al trabajo."

    Lily se secaba el pelo con el secador y observó a Alex vestirse y maquillarse, luego Alex fue a un cajón de la cocina y le entregó a Lily un juego de llaves.

    "Ahora puedes ir y venir cuando quieras. Estaba pensando que podría tomarme el sábado libre. ¿Quizá ir a tu casa y jugar al Global Offensive con Jacob?"

    "A él le encantaría. Le caes muy bien." Lily abrazó a Alex con fuerza y ​​luego la dejó marchar, sabiendo que todo iba a estar bien.

FIN

Notas de esta versión

    Fuente: Wikipedia.

Capítulo 1

    [1] No, todo bien: en español en el original.

    [2] Orphan Black, Sense8 [...] Fortitude: Orphan Black es una serie de televisión de ciencia ficción canadiense creada en 2013 por Graeme Manson y John Fawcett, protagonizada por Tatiana Maslany. La serie se ambienta en el mundo presente y narra la extraña vida de Sarah Manning, quien sobrevive gracias a su ingenio tras haber crecido yendo de un orfanato inglés a otro. Trata temas sobre el clonado de seres humanos y la evolución genética (y también sale el actor que hace de "cazador de animales chiflado" en la serie Eureka).

    Sense8 es una serie web estadounidense de ciencia ficción producida por Netflix y creada (2015), escrita y dirigida por las Hermanas Wachowski y J. Michael Straczynski. La trama gira alrededor de ocho desconocidos, cada uno de una parte diferente del mundo, que de repente se conectan telepáticamente y son capaces de sentir, ver y escuchar lo mismo que el otro. La serie explora temas como la política, la identidad, el racismo, la sexualidad, el género y la religión.

    Fortitude es una serie dramática británica, estrenada el 29 de enero de 2015 por medio de la cadena Sky Atlantic. La comunidad de Fortitude es un pueblo tranquilo rodeado por la belleza salvaje del Ártico hasta que hallan a un miembro prominente de la comunidad asesinado en su propia casa. El detective inspector Eugene Morton viaja a la comunidad para ayudar con la investigación del asesinato.

    [3] American Housewife: es una comedia de situación estadounidense creada y escrita por Sarah Dunn y estrenada el 11 de octubre de 2016 en ABC. La serie narra la vida cotidiana de Katie Otto, una mujer normal y madre que intenta sobresalir entre las amas de casa arrogantes de gran fortuna junto con sus hijos privilegiados en su ciudad natal de Westport, Connecticut.

    Katie vive con Greg (su marido y su profesor universitario), Taylor (su hija mayor atlética que quiere encajar con sus compañeros), Oliver (su segundo hijo con capacidades intelectuales) y Anna-Kat (su dulce, pero obsesiva-compulsiva, hija pequeña).

Capítulo 3

    [4] Trapt: banda de rock estadounidense formada en 1995 y originaria de Los Gatos, California, (actualmente establecida en Vancouver, Columbia Británica en Canadá). La banda incluye géneros de Hard rock, Rock alternativo, Metal alternativo, Post-grunge, Nu metal y es más conocida por su sencillo «Headstrong» (2002).

    [5] No exactamente: en español en el original.

    [6] Disturbed y Godsmack: Disturbed es una banda de heavy metal estadounidense con sede en Chicago, Illinois. Fundada en 1994 bajo el nombre de Brawl y solo hasta 1996 (cuando David Draiman fue contratado como nuevo vocalista) cambió su nombre a Disturbed. La banda incluye géneros de Heavy metal, Metal alternativo, Metal Industrial, Hard rock, Nu metal (inicios).

    Godsmack es una banda estadounidense de metal alternativo formada en 1995 y originaria de Lawrence, Massachusetts, formada en 1995. La banda incluye géneros de Heavy metal, Hard rock, Metal alternativo, Post-grunge, Nu metal

    [7] INTP: acrónimo para Introversión, iNtuición, pensamiento (Thinking) y Percepción utilizado en el Indicador de Tipo Myers-Briggs (MBTI) para el Pensador Introvertido Intuitivo, uno de los dieciséis tipos de personalidad. Algunos INTP famosos son Albert Einstein, Thomas Jefferson y Marie Curie.

    Los INTPs son callados, pensativos y analíticos que tienden a pasar largos períodos de tiempo solos. Durante la interacción con otros, si están concentrados o reuniendo información, pueden parecer distantes, ajenos o incluso rebeldes. Aunque son reservados pueden tener mucho encanto, y a veces se sorprenden por la alta estima en la que le tienen sus amigos y compañeros.

    Experimentan las emociones como una parte importante de sus vidas internas y a veces las comparten con otros, no obstante, ellos creen que las emociones no deben jugar un papel en las discusiones lógicas ni ser expresadas en una manera que los pueda mostrar vulnerables o en desventaja.

    [8] Doctor Who: serie de televisión británica de ciencia ficción producida por la BBC. Está dividida en dos etapas: la denominada serie clásica, emitida entre 1963 y 1989, y la serie moderna, (iniciada en 2005) y que continúa emitiéndose en la actualidad.

    La serie narra las aventuras de un Señor del Tiempo conocido como «el Doctor», que explora el universo en su TARDIS, una nave espacial con consciencia propia capaz de viajar en el tiempo y el espacio. el Doctor se enfrenta a una variedad de enemigos mientras salva civilizaciones, visita tanto el pasado como el futuro, ayuda a gente común y corrige injusticias.

    [9] Black Mirror: serie de televisión antológica, británica y de ciencia ficción distópica creada por Charlie Brooker en 2011. La serie se caracteriza por presentar relatos distópicos autoconclusivos que muestran generalmente un sentimiento de «tecno-paranoia» y analizan cómo la tecnología afecta al ser humano.

    [10] Lo siento: en español en el original.

Capítulo 4

    [11] Quantum Evolution (Evolución Cuántica): término de Biología sin relación con la Mecánica Cuántica per se.

    Fue acuñado por el paleontólogo George Gaylord Simpson (1902- 1984) en el marco de su teoría del ritmo del cambio evolutivo para designar aquellas líneas evolutivas donde se observa un ritmo de especiación rápido.

    [12] Counter Strike: videojuego multijugador de disparos en primera persona desarrollado por Valve para Microsoft Windows en 1999. El juego consta de dos bandos (Terroristas y Antiterroristas) que combaten a tiros en diferentes escenarios urbanos y misiones.

    [13] Global Offensive: última versión del juego Counter-Strike lanzada como beta al mercado el 21 de agosto de 2012 para las plataformas de Microsoft Windows, Mac OS X y Xbox 360.

    [14] MPA: acrónimo de Muestras Públicas de Afecto.

Capítulo 5

    [15] ISRS: acrónimo de Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina. Son una clase de compuestos generalmente usados como antidepresivos en el tratamiento de cuadros depresivos, trastornos de ansiedad y algunos trastornos de personalidad.

    [16] TCC: acrónimo de Terapias Cognitivo-Conductuales. Son orientaciones de la terapia cognitiva enfocadas a la vinculación del pensamiento y la conducta, y que recogen los aportes de distintas corrientes dentro de la psicología científica, como la aplicación clínica, la psicología cognitiva y la psicología conductista. Suelen combinar técnicas de reestructuración cognitiva, de entrenamiento en relajación y otras estrategias de afrontamiento y de exposición.

    [17] La hierba siempre es más verde: fragmento del dicho popular: "La hierba siempre es más verde al otro lado de la valla". Alude a que la gente nunca está satisfecha con su propia situación, siempre piensan que a los demás les va mejor.